Una experiencia de pastoral de juventud en misiones populares

Francisco Javier Fernández ChentoJuventudLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Antonio Molina Salmerón, C.M. · Año publicación original: 1986 · Fuente: XIII Semana de Estudios Vicencianos, Salamanca.
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Introducción

«Mensaje Vicenciano y Juventud Actual», como tema cen­tral de una Semana de Estudios vicencianos dentro del Año Internacional que estamos celebrando parece lo más normal e interesante. Lo que no ví, desde el principio, fue mi presencia dentro de esta ponencia. No lo ví y me sigue costando verlo ahora, delante de ustedes: Jóvenes unos, cargados de experien­cia pastoral otros y llenos de espíritu vicenciano, todos.

Con suma humildad, voy a ofrecer, no mis conocimien­tos vicencianos o de juventud —cosa que dejamos a los exper­tos—, sino lo que pude vivir en mi primera y única, por ahora, experiencia misionera.

Quiero dejar claro esto: es una experiencia y, además, mi experiencia. No quiero que se le dé más valor del que tiene. Fui a ella con gran ilusión y, a la vez, miedo; pero confieso que con mucho cariño en todo. En la planificación y en las maletas no podía estar ausente mi experiencia pastoral con jóvenes de diversos lugares y los medios y el talante que he dado siempre a mis trabajos.

En mi exposición quiero, sencillamente, presentar a todos este cuadro de trabajo, para unirlo al gran mosaico de pastoral vicenciana que todos estamos realizando.

Empezaré por situar la misión y la realidad de los jóvenes, el enfoque y estilo de la misión, los ejes metodológicos, los contenidos y una síntesis del desarrollo de cada día, terminan­do con una valoración personal y la que el grupo de jóvenes realizó al concluir la misión.

1. Situación

1.1. Situación geográfica

A estas alturas creo que todos los presentes tienen conocimiento por diversos medios, de las misiones que PP. Paúles e Hijas de la Caridad hemos llevado a cabo este curso que hemos terminado. Yo formé parte de la Misión del Valle del Tiétar en la provincia de Avila.

La Adrada fue el campo que nos correspondió al equipo formado por el P. Angel Solá, Sor Ana M.a Copetillo y un servidor.

La Adrada, como el resto de los pueblos de la zona, es un pueblo que ha perdido su identidad como pago al progreso o a salir de la pobreza económica. La población censada es de 1.700 habitantes. En los fines de semana se aproxima a los 3.000 y en verano supera los 15.000.

1.2. Situación económica

Económicamente, podemos decir que ha sabido abrirse paso, dentro de esta enrarecida identidad nueva. Su índice de paro es escaso y éste mayormente, recae sobre el elemento femenino. Sigué siendo un trabajo eminentemente agrícola, derivados del monte, las huertas son muy poco cultivadas. Abunda la construcción. Siendo en este sector donde se produ­ce algún paro y en la vasta gama de la «hostelería». La Adrada pone todos sus efuerzos en explotar el turismo interior, prefe­rentemente los de Madrid.

Su mayor pobreza, radica en la cultura. Ni siquiera las generaciones actuales entran ampliamente en el mundo de la cultura. Personalmente, las mayores dificultades que encontré partían de aquí.

Fe y política siguen siendo la tarjeta de identidad. Las oscuras ideologías políticas han dividido a un pueblo a lo largo de la historia y hoy, como ayer, la fe sigue siendo atrapada como terreno particular de unos pocos de la «derecha».

1.3. Situación de los destinatarios de la Misión

Condicionados por el entorno planteado, marcados por la historia y la no menos lacra que produce el turismo y sus fáciles ofertas, encontramos unas nuevas generaciones cansa­das, desencantadas, marginadas y explotadas. Unos jóvenes que no llegan al centenar en número, comprendidos entre los 15 y 30 años. Llegar a ellos no nos fue fácil. No sólo se sienten rechazados o ignorados por la sociedad, sino también, en cierto modo, acusados, incomprendidos… por la Iglesia; la Iglesia que ellos conocen, la de «andar por casa», en el nombre de personas concretas.

También la realidad de estos adolescentes y jóvenes es muy diversa. Aunque no me gusta trabajar con cifras y menos porcentajes, aquí no creo que venga mal una visión aproxima­tiva:

Trabajadores: 30%
Estudiantes: 70%

F.P.: 40%
B.U.P.: 20%
C.O.U.: 10%
Est. super.: 10%

Parados: 5%

Directamente, la Misión llegó a unos sesenta jóvenes. El grupo más asiduo se mantuvo en torno a los cuarenta jóvenes. Los ambulantes formaban parte del grupo trabajador y de los que estudian fuera, que son todos los no comprendidos en los dos primeros años de F.P.

La realidad de cada día tuvo que enfrentarse con un serio problema: dos niveles en edad, formación, madurez, formación religiosa y compromiso de fe. Dos extremos difíciles de unir, pero que, desde el principio, tuvimos la suerte de tener de nuestra parte.

La convocatoria, por diversas dificultades en la pre-misión, no se había podido llevar a los «alejados» hasta la víspera de iniciar la Misión, directamente por el equipo misionero. El grupo de J. M. V. que, con mucha ilusión y esfuerzo nos fue a preparar el camino, cayó en contra de su voluntad, atrapado por «los de dentro», expresión nada afortunada, pero real.

2. Enfoque

2.1. Objetivos

Quisimos que los jóvenes fueran, no una parcela más a misionar, sino un campo preferentemente atendido, dada su situación marginal y la nuestra de misioneros vicencianos.

Intentamos que adolescentes y jóvenes reconocieran su situación, la experimentaran y sintieran juntos y cada uno en particular la necesidad de salir de ella, como protagonistas de su propia historia.

Que adolescentes y jóvenes descubrieran la actualidad y fuerza del Mensaje cristiano a través de una imagen renovada de la Iglesia.

Que vieran en Jesús de Nazaret la salida de su situación marginal.

Nos preocupó siempre el poder caer en una situación de entretenimiento y de que todo acabara en unos días. Buscamos proyectarlos hacia su propio futuro en y desde una Iglesia joven (esto no ha sido posible).

2.2. Estilo

En todo momento tratamos de dirigirnos y actuar con sencillez y humildad; tarea nada fácil por más que le demos vueltas, ya que no estamos a la misma altura, por más demago­gias que utilicemos. Pero consideramos que había que inten­tarlo una y mil veces o, de otra forma, nuestro carisma estaría siendo falseado.

Tener esto presente nos ayudó a superar los consiguientes desalientos, lógicos por otra parte, ante una realidad nada espectacular ni brillante en el hacer camino cada día. Una tarea lenta y esperanzadora muy a largo plazo.

Siempre buscamos iluminar la situación personal de su experiencia, consciente o inconsciente, como punto de partida en todo. Asumir sus realidades para transformarlas desde Jesús.

2.3. Ejes metodológicos

  • Experiencia: VER (personal, institucional y social)
  • Reflexión: JUZGAR Iluminación
  • Comunicación: ACTUAR Celebración Compromiso

2.4. Contenidos

Vista la realidad, optamos por ampliar el espacio. Por supuesto que veíamos que era necesario presentar el Mensaje; pero juzgamos necesario utilizar la primera semana como preparación del terreno para llevar luego el Anuncio.

2.4.1. Temas antropológicos

Con los temas de la primera semana intentamos despertar el interés personal y de grupo, concientizarlos de su esclavitud y lanzarlos al interés por algo.

  • La misión es nuestra. Ven, vamos. Tú eres necesario.
  • Realidad que nos circunda y en la que vivimos. ¿Hacia dónde voy?
  • La confianza en el otro me ayuda a salir de mi «YO».
  • Sólo la verdadera amistad libera.
  • No somos islas. Llamados a vivir en comunidad.
  • Ser ¿o tener? La auténtica comunicación es la que nace del SER.

2.4.2. Temas de iluminación cristiana

Con esta segunda semana pretendimos iluminar toda la temática de la primera semana. Fueron los días del Anuncio, de la síntesis de fe. Pasamos del interés por algo a interesarse por alguien. Un alguien que da sentido, que tiene actualidad, que atrae, que no margina, que libera.

  • Apareció un Peregrino: Jesús de Nazaret.
  • Jesús, el hombre libre y único que realmente libera.
  • La comunidad de Jesús ¿o la Iglesia de hoy?
  • La familia, primera comunidad cristiana, lugar de en­cuentro y estímulo.
  • El pecado, respuesta negativa a la oferta de Dios al hombre libre.
  • La Eucaristía, fiesta cristiana.
  • Y… ¿ahora, qué? ¿Cómo ha ido todo? (evaluación).

2.5. Medios

  • Audiovisuales, en todas sus manifestaciones y formas.
  • Técnicas de dinámicas de grupos.
  • Técnicas de psicomotricidad.
  • (Celebraciones).

2.6. Celebraciones

En algún caso nos sirvieron como medio para llevar el Mensaje o desarrollar el tema. En otras, como conclusión. Fueron pocas, ya que, a nivel de fe —como grupo— había muy poco que celebrar. Pero las que se tuvieron, como una forma educativa o iniciática, gustaron: Celebramos:

  • La amistad.
  • La libertad.
  • En encuentro con los padres, en oración. La Penitencia o reconciliación, fiesta del Perdón. La Eucaristía de clausura.

3. Desarrollo

Día 1.°: La misión es nuestra. Ven, vamos. Tú eres necesario

Objetivo: Con este primer día pretendíamos conseguir un clima libre de prejuicios, cálido, acogedor. Despertar el interés personal y de grupo. Hacerlos protagonistas de la misión.

Medio: Después de buscar muchas posibilidades, un título rockero «Bienvenidos» y un cantante, Miguel Ríos, nos dieron la clave. A modo de disco-forum, conseguimos con aquella canción decirles:

Bienvenidos. Gracias por estar aquí, os saludan estos «alia­dos de la noche», de todas estas noches. Ayúdanos a conectar, vuestro impulso nos hará seres eléctricos, sólo por ti el Rock (nuestro particularísimo rock y concierto de dos semanas) existirá, necesitamos muchas manos, pero un solo corazón.

El diálogo, por supuesto dirigido y «manipulado» llegó a donde menos esperaban y sí que bastante a donde nosotros queríamos ir.

Día 2.°: La realidad circundante. ¿Hacia dónde vamos?

Objetivo: Con este segundo día pretendíamos que adoles­centes y jovenes se cuestionaran hacia dónde van o quisieran ir. Que analizaran con objetividad los valores y contravalores de la sociedad que les rodea, las ofertas y las explotaciones.

Medio: Análisis y comentario de un audiovisual «Silba­mos contigo» y de un spot publicitario. Lectura y comentarios sobre un documento, «El coco me quieren comer».

Día 3.°: Al encuentro del otro. La confianza en el otro me ayuda a salir de mi «YO»

Objetivo: Pretendimos que el grupo llegara a experimentar la inseguridad las dificultades ante lo nuevo y los mínimos indispensables exigidos para confiar en otro. Que sintieran la necesidad del otro como complemento de las limitaciones personales.

Medio: Técnica de psicomotricidad, «Ciegos y mudos».

Día 4.°: Sólo la verdadera amistad libera

Objetivo: Avanzando en nuestra escala, este día pretendía­mos que el grupo fuera capaz de juzgar los distintos comporta­mientos sociales y optase cada cual por la amistad y el ponerse a caminar con, como el único medio de liberación humano.

Medio: Un audio-visual, «¡Sacadme de aquí!».

Día 5.°: No somos islas, sino personas llamadas a vivir en comunidad

Objetivo: Una vez conseguida la amistad, conviene un consejo avisor. Este día buscamos que adolescentes y jóvenes saliesen de todas las situaciones aislantes por propia iniciativa, una vez experimentada la soledad-solitaria y egoísta. Vivir los valores que conlleva la convivencia y el gozo de valorar y saborear el trabajo de los demás.

Medio: Dinámica de psicomotricidad, «Islas de papel».

Día 6.°: La auténtica comunicación es la que se realiza desde el SER

Objetivo: Llegamos al momento de la opción. ¿Tener o ser?

Este día pretendíamos que el grupo encontrase su propia identidad personal, que entrase en una auténtica comunica­ción, al desnudo, en profundidad.

Medio: Fotomontaje, «El País de los Pozos» y documentos elaborados en el libro de Antonio Botana, «Convivencias cristianas para adolescentes», CVS.

Con este medio, conseguimos que el grupo descubriera los ídolos y contravalores que viven y las evasiones que les impi­den SER. Despojarse de un TENER que vacía y engaña, descubrir la esencia que les une y que da pleno sentido a sus vidas.

Día 7.°: Payasos en acción

Objetivo: Que adolescentes y jóvenes entrasen de lleno como misioneros en la Misión, desde la alegría y libre expre­sión de un grupo joven.

Intentamos con ello, dar a conocer a los de fuera los descubrimientos del grupo, convertir al grupo asiduo a la Misión en mensajeros de las actividades de la segunda semana, a todos los niveles, llegar a los alejados en un ambiente festivo, con la sencillez y la alegría del payaso.

Medio: Escenificación de la Parábola de un Payaso, de José Sorando, en plena plaza y visita posterior a los lugares de ocio, dentro de un correteo callejero festivo, repartiendo programas de actividades.

N.B. Por dificultades con los «actores», la representación no se pudo llevar a cabo hasta el día de la clausura, por lo cual, quedó un tanto desdibujada la planificación, aunque la prime­ra parte sí se tuvo el primer domingo.

Día 8.°: Apareció un peregrino. Presentación de Jesús de Nazaret

Comenzamos esta semana sabiendo las dificultades que el grupo tenía para captar de golpe el Mensaje, síntesis de fe; pero totalmente convencidos de que teníamos que realizar el Anuncio.

Objetivo: Que el grupo como tal y cada uno en particular, llegara a Jesús y lo sintiese cercano, amigo, en sintonía perfecta con él.

Medio: Happening.

  • Comunicación de experiencias y descubrimientos.
  • Trabajo dos a dos de un cuestionario sobre el Happe­ning representado.

Día 9.°: Jesús, el hombre libre y único que libera

Objetivo: Descubrir la posibilidad de ser realmente libera­dos de todas las esclavitudes de la primera semana, asumiendo el Mensaje Cristiano.

Medio: Análisis personal y de grupo de dos documentos y una recopilación de textos bíblicos y testimonios, en respuesta a la pregunta de Jesús: «LA quién buscáis?» (Antonio Botana, o. c.) y «Jesús, modelo de hombre libre, liberado y liberador» (pastoral de juventud de Madrid).

Día 10.°: La Comunidad de Jesús y la Iglesia, hoy

Objetivo: Que llegasen a captar el valor entrañable de la comunidad, más allá del cansancio y deterioro real de una Iglesia pecadora con 20 siglos de historia.

Medio: Análisis histórico-evolutivo de la Iglesia, su com­promiso sociopolítico, ayer y hoy, el sentido de pertenencia, miedos, alegrías y esperanzas de una Iglesia Joven para los jóvenes.

  • Primera parte: discoforum sobre «La Casa de mi Ami­go».
  • Segunda parte: Análisis, reflexión y debate sobre un documento «Iglesia de los jóvenes, una Iglesia joven. Jóvenes y sociedad, jóvenes e Iglesia» (pastoral de ju­ventud de Madrid).

Día 11.°: La familia, primera comunidad cristiana, lugar de encuentro, estímulo y crecimiento

Objetivo: Que padres e hijos se encontrasen en un clima de distensión, constructivo y celebrasen el amor que los une.

Medio: Técnica grupal, expresión en mural de «Mis valores y contravalores», con la peculiaridad que los valores eran apuntados por los «contrarios» (padres o hijos en trabajos aparte), mientras que cada grupo homogéneo se paraba sólo a ver sus contravalores.

Puesta en común, ver coincidencias, reconocer las aprecia­ciones excesivas de los «contrarios».

Celebración de oración, iluminando el tema «Vivir juntos todos los días».

Celebración lúdica.

Día 12.°: Dios te llama a colaborar. Tú decides porque eres libre

Objetivo: Que adolescentes y jóvenes consigan una con­ciencia de pecado a través de una valoración positiva de la vida y la libertad.

Ofrecer también la posibilidad de una celebración festiva del Sacramento del Perdón o de la Regeneración.

Medio: Primera parte: Estudio, comentario y debate de los documentos, «Dios nos llama a colaborar» «Pecado, conver­sión, perdón» (Pastoral de juventud de Madrid).

Segunda parte: Técnica de psicomotricidad, «Gru­pos escultóricos».

  • Experimentar la ruptura, la soledad.
  • Analizar las causas de esa ruptura destructora.
  • Intentar la reconstrucción.
  • Gozar el reencuentro.
  • Celebrar la reconstrucción y la necesidad de vivir juntos en libertad.

Tercera parte: Celebración sacramental (o peniten­cial de la libertad).

Día 13.°: El testamento del Señor. La Eucaristía, fiesta de la vida

Objetivo: Descubrir el sentido y exigencias de la Cena del Señor.

Medio: Primera parte: «Seis montajes en torno a la Euca­ristía».

— Comentario, análisis e iluminación de cada una de las partes de la Eucaristía.

Segunda parte: Presentación, estudio y debate de un documento, «El testamento del Señor» (Past. de Juv. de Madrid).

— Preparación por grupos de la Eucaristía del domingo con todos los grupos.

Día 14.°: ¡Hagamos juntos la fiesta! ¡Que tu fiesta no tenga fin!

Objetivo: Que adolescentes y jóvenes vivan la clausura de la misión como fiesta de todos, integrados en la realidad de la parroquia, sintiéndose parte importante de ella.

Vivir la Eucaristía como el centro de la vida cristiana, punto de partida y meta de cada semana.

Medio: Preparación con todos los grupos de la fiesta euca­rística y del fin de fiestas misionales.

Celebración de la Eucaristía y envío.

Celebración lúdica.

4. Evaluación

4.1. Personal

4.1.1. Premisión

Valoro los esfuerzos que realizaron los jóvenes, pese a las dificultades. Creo que, dentro de lo posible, es importante que se realizara en conexión o con algún miembro del equipo misionero.

4.1.2. Misión

Creo, sinceramente, que se pudo hacer otra cosa por su­puesto; pero estoy contento de mi experiencia, de la acogida por parte de los jóvenes, de la colaboración de los jóvenes mayores. Sigo considerando necesario dos semanas y dentro de un plan progresivo.

4.1.3. Postmisión

Es importantísimo la continuidad; pero soy consciente de que es muy dificil. Por ello creo que la pre-misión debería extenderse más, de forma que se pudiera quedar algún joven o adulto preparado y dispuesto a seguir. En mi caso, dudo. Han querido continuar vinculados a mí y temo que sea contrapro­ducente ¿no he sabido desaparecer a tiempo?

4.2. Del grupo

Pasando por alto todos los elogios, comprensibles pero excesivos, creo conveniente destacar lo que ellos más valora­ron en el equipo:

  • Nuestra cercanía.
  • Romper moldes.
  • Presentar alegremente el Mensaje y la vida del hombre.
  • Su disponibilidad a seguir en la línea emprendida, si alguien los acompaña.
  • Su capacidad crítica, analítica, desconocida por ellos mismos.
  • Nuestro vivir y hacer en equipo-comunidad, aunque sólo uno llevase la batuta.

Esta es mi sencilla experiencia, ofrecida del mismo modo. Personalmente, puedo decir que en ella he vivido más las propias virtudes y carisma, que me ha ayudado a valorar esta forma de ejercer la pastoral extraordinaria y a introducir más el carisma específico en mi labor pastoral ordinaria. Hay como ayer, los pobres del campo siguen teniendo necesidad de ser evangelizados. No doy prioridades; pero sí que los pongo, al menos al mismo nivel que otras actividades pastorales vicen­cianas.

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