Tal día como hoy: 26 de agosto

Francisco Javier Fernández ChentoEfemérides VicencianasLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Benito Martínez, C.M. · Fuente: Enciclopedia Vicenciana.
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1657. Conferencia de Vicente de Paúl a las Hijas de la Caridad sobre el buen uso de los bienes de los pobres y de la comunidad, en la que explica el artículo décimo de las Reglas Comunes. Vicente dice que uno de sus mayores temores es que haya en la Compañía personas que no usen fielmente los bienes de los pobres, porque es tan difícil manejar bien el dinero, que hasta los más prudentes tienen dificultades para no apropiarse del dinero que no es suyo, incluso siendo santos, como los apóstoles. Cita que Judas, al que Nuestro Señor había elegido como administrador del dinero de su compañía, pensó que no sabía si esa compañía duraría y que parecía que no, por lo que debía reservarse algo para sus propias necesidades. Así es como el diablo empezó a tentarle: por la avaricia. Poco a poco fue acumulando dinero y entonces sintió repugnancia de las cosas santas hasta no soportar escuchar a Nuestro Señor, del que empezó a dudar si no sería un farsante y acabó teniéndolo por un falso profeta. Criticaba la Palabra del Señor, murmuraba de las acciones más santas, como la unción del Señor por la Magdalena, y cuando dijo que era mejor dedicar el dinero a los pobres pensaba en apropiarse de una parte. Fue a ver a los príncipes de los sacerdotes y les habló tan mal de Él que eso les animó a tentarle con vender a su maestro, lo que hizo. Después se arrepintió, fue a devolverles el dinero y se colgó. Vicente concluye:¡»Que miserable fin! este desgraciado reconoce su falta, pero es demasiado tarde». Vicente previene a las hermanas para que no les ocurra lo que a Judas y dice que, de ordinario, las que pierden la vocación es porque se han quedado con el bien de los pobres, aunque solo sea unos céntimos. Más adelante, Vicente explica que un motivo para quedarse dinero es comprarse alguna cosa, por ejemplo para vestirse mejor. Dice que para evitarlo, Dios ha inspirado que no se vistan ellas mismas sino que reciban de la superiora el hábito ya confeccionado. Vicente añade que si la gente se entera de que una hermana se ha quedado con dinero, se dirá que todas las Hijas son unas ladronzuelas y ya no se fiarán de ellas y las jóvenes que habrían querido entrar en la Compañía quedarán disuadidas. Vicente termina pidiendo a Dios que las Hijas sena fieles en la observancia de esta regla.

1663. Conferencia del sucesor de Vicente de Paúl, P. Renato Alméras, a las Hijas de la Caridad sobre el buen ejemplo, en la que se trata de las razones para darlo, las faltas contra él y los medios.

1732. Muere, en Macao, Ludovico Antonio Appiani, que junto con Juan Mullener, habían sido los dos primeros paúles que pisaron suelo chino. Hace dos días que el P. Appiani ha llegado desde Cantón, junto con los demás misioneros expulsados, completamente agotado por lo que ha habido que transportarlo en unas parihuelas. Cuando en octubre de 1699 desembarcó en China, enviado por la Propaganda como visitador apostólico, en compañía de treinta y dos religiosos de diferentes órdenes y tres sacerdotes seculares, parecía que podría poner en pie uno de los proyectos de Roma: fundar en Pekín o en Cantón un seminario para el clero chino. Pero pronto se dio cuenta de que no sería posible. En 1706, por instigación de los Jesuitas, fue detenido en Pekín y condenado a muerte por haber mantenido su lealtad, como secretario e intérprete, al legado del Papa en China, el Cardenal Tournon, que condenaba los «ritos chinos». El Emperador le perdonó la vida, pero lo mantuvo prisionero, primero en Pekín y luego en Cantón, liberándolo en 1726, en atención a la petición del papa Benedicto XIII.

1938. Muere, en la clínica «Reina Elisabeth» de Coquilhatville, el P. Félix Dekempeneer, fundador y superior de la Misión lazarista del Congo Belga. Nació en Bruselas el 12 de octubre de 1871. En 1924, el superior general de la Congregación de la Misión, P. Francisco Verdier, le encargó que fundará la Misión en el Congo Belga. Después de trece años en que tuvo que hacer frente a todo tipo de dificultades, dejó, a su muerte, cuatro residencias de misioneros y seis de Hijas de la Caridad.

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