Introducción:
«Aires españoles y piezas expresivas», es el título del disco en el que Ana Vega Toscano interpreta al piano obras del catalán Santiago de Masarnau (1805-1880), un compositor en proceso de canonización por su labor benefactora como fundador de la Conferencia de San Vicente de Paúl en España.
El disco fue aportado como un elemento más para la causa de beatificación y surgió a petición de las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paúl, que no conocían la labor musical de su fundador hasta que oyeron su música interpretada por Ana Vega Toscano en Radio Clásica.
Ficha:
Época: | Romanticismo |
---|---|
Compositor: | Santiago de Masarnau (1805 – 1880) (bio) |
Intérpretes: | Ana Vega Toscano, piano |
Duración: | 57 min |
Núm. CDs: | 1 |
Año de edición: | 2005 |
Sello: | SEdeM |
Ref: | DD00524 |
Contenido: | Trois Airs Caracteristiques de danses nationales espagnoles, op. 17 (1837) 1. Boleras 2. Tirana 3. ManchegasDeux Airs Caracteristiques, op. 19 4. Polo 5. Zapateado 6. Jota aragonesa (1837) Trois Morceaux expressifs, op. 18 (1837) 10. Une idée fixe, notturno, op. 22 11. Ballade sans paroles nº 1 (1845), «Invresemblable mais historique», op. 23 |
Crítica:
Grabación: Aula Magna del Campus de Guajara, de la Universidad de la Laguna, 2 y 16 de octubre de 2004.
Una característica curiosa de la música del siglo XIX español es que una parte importante de ella se hace en y para el domicilio particular, tanto a nivel digamos profesional, como aficionado. A la música que se ofrece en tales lugares se le llama, en ocasiones, «música de salón», y no siempre está bien considerada. Esto, como todo lo que se generaliza, suele estar equivocado porque hoy estamos descubriendo, gracias en buena parte a discos como éste, que hay mucha «música de salón» realmente interesante. Hoy asistimos al descubrimiento de música que es buena y que demuestra que existió un interesante, y si se quiere peculiar, Romanticismo en nuestro país.
Por otra parte, esta «música de salón», generó un importante movimiento musical con gran incidencia en el comercio: se escribieron muchas obras destinadas a estos aficionados, transcripciones de páginas favoritas de ópera y zarzuela; páginas de pequeño formato, y en el mejor de los casos música de cámara.
El compositor madrileño Santiago de Masarnau (1805–1880) es un de los ejemplos más interesantes de esta música. Después de su formación inicial en España, viajó en varias ocasiones a París y Londres lo que le permitió establecer contacto con los grandes compositores de su tiempo: Chopin, Rossini, Alkan, Kramer… y con las modas y tendencias de la música en la capital francesa. Su calidad de gran pianista fue la llave que le permitió entrar en aquellos círculos; sus obras fueron aplaudidas en Europa y sus cualidades pedagógicas disfrutadas en España, gracias no sólo a sus clases sino a sus publicaciones, entre las que destacan un Método de solfeo y un conjunto de piezas para piano, propias y de otros compositores, que tituló Tesoro del pianista.
Como creador, cultivó las formas breves: fantasías, variaciones, baladas, y aquellas que trasladaban las danzas características españolas al piano del salón aristocrático. En general, podemos calificarlas de elegantes y expresivas.
Santiago de Masarnau, al margen de la música, dedicó los últimos años de su vida a la ayuda a los demás; fundó en Madrid la Sociedad de San Vicente de Paul, entidad dedicada a socorrer a los pobres espiritual y materialmente.
El disco que comentamos contiene media docena de obras compuestas por Masarnau entre 1837 y 1845 y que son carta de presentación de su música. Gracias a él tenemos la ocasión de escuchar el señorío de las «Boleras», la melancolía sentimental de la «Tirana» y el juego técnico de ambas manos de las «Manchegas» que forman los Tres aires característicos de danzas nacionales españolas. Podemos comprobar la aplicación del virtuosismo romántico en el «Polo» y el «Zapateado», que forman los Dos aires característicos, Op. 19, y la fuerza expresiva de la Jota aragonesa, forma nacional que llamó la atención de compositores extranjeros como Liszt o Glinka. Otro carácter, más cercano al tradicional romanticismo europeo, tienen los Tres fragmentos expresivos, en la línea y el ambiente de Chopin, expresado a través de brillantes arpegios en el «Preludio» o la delicadeza y sencillez del «Nocturno», que lo abren y cierran. En ese estilo romántico, imperante en el París que conoció Masarnau, se inscriben las dos últimas obras del CD: Una idée fixe, y Balada sin palabras nº 1.
Esta hora de música está interpretada por Ana Vega Toscano, pianista, periodista y licenciada en Historia del Arte, investigadora, profesora de la Universidad Autónoma y colaboradora de RNE y TVE. Mujer de gran formación han cosechado importantes éxitos en España y en el extranjero. Su aproximación a la música de Masarnau nos parece interesante porque se plantea sin la afectación lánguida que, en ocasiones, se presta a esta música, y sin tratar de encontrar una inspiración «sublime» que no tiene. Esta música es como es, y en ofrecerla con naturalidad está el mayor mérito de la intérprete. El de Ana Vega Toscano es un piano poderoso que no tiene ningún inconveniente en ponerse al servicio de esta música «sencilla». Quizá falte un punto de picardía en las «Boleras» del Op. 17 que abren la grabación, o un mayor uso del «rubato» en la Jota para suavizar el marcado ritmo ternario, pero el disco, que incluye unas interesantes notas de la propia intérprete, se escucha con satisfacción y deleite.
José Prieto Marugán