- MOVIMIENTO DE COMPASIÓN EFICAZ EN SU CORAZÓN Y EN SU APOSTOLADO
Para san Vicente, el servicio a los «encarcelados» es una expresión de la compasión de Dios que había tocado su corazón y le había enviado a liberarlos. Así lo comunica a las Hijas de la Caridad proyectando su experiencia: «Es Dios el que os ha dado el empleo de la asistencia a los pobres criminales o galeotes… Yo he visto a esas pobres gentes tratados como bestias; esto fue lo que hizo que Dios se llenara de compasión. Le dieron lástima y luego su bondad hizo dos cosas en su favor: primero, hizo que compraran una casa para ellos; segundo, quiso disponer las cosas de tal modo que fueran servidos por sus propias hijas, puesto que decir una hija de la Caridad es decir una hija de Dios».
Según el P. Jean Pierre Renouard, Vicente de Paúl experimenta un triple movimiento hasta llegar a ser testigo eficaz de la compasión divina con los pobres forzados:
1.° Movimiento del conocimiento: San Vicente nombrado Capellán general de las galeras a los treinta y ocho años conoce los males de las cárceles, de las cadenas de las galeras por un contacto directo con la realidad. Se preocupa de los detalles: conoce cada galera por su nombre, tal como lo revela el índice de materias de Coste que aporta los nombres de 18 galeras citadas por san Vicente. Conoce a los galeotes por su nombre. Le hemos visto enviar fondos para obtener la liberación de un determinado esclavo. Las cartas que escribió al superior de Marsella, Fermín Get, son particularmente ricas a este respecto. Sería interesante leer las veinte cartas publicadas en el número 19-20 de la revista «Misión y Caridad» que forma el volumen XV de la colección de Coste. La mayor parte de estas cartas datan de 1660 y están muy centradas sobre la liberación de los esclavos.
2.° Movimiento de compasión: Después de esta toma de conciencia, san Vicente quiere conmover el corazón. Pasa de la visión a la comunión, del ver a los galeotes a la empatía con ellos. No se contenta con observar la miseria o la pena de los demás, se identifica con la miseria del prójimo hasta exclamar: «¡Cómo! ¡ser cristiano y ver afligido a un hermano, sin llorar con él ni sentirse enfermo con él! Eso es no tener caridad; es ser cristiano en pintura; es carecer de humanidad; es ser peor que las bestias»48. Por eso al hablar del servicio a los galeotes, san Vicente sólo tiene palabras como éstas: «dulzura», «humildad», «sinceridad». Así escribe a un compañero de la Misión en 1650: «Si Dios ha derramado alguna bendición sobre nuestras primeras misiones, se ha hecho notar que era por haber tratado con amabilidad, con humildad y con sinceridad a toda clase de personas,… Los mismos condenados a las galeras, con los que estuve algún tiempo, se ganan por ese medio; cuando en alguna ocasión les hablé secamente, todo se perdió».
San Vicente tempera el celo excesivo de Felipe Vacher, Vicario apostólico: «Aproveche todo lo que haya de bueno en los sacerdotes y religiosos esclavos, en los comerciantes y en los cautivos, por medio de la dulzura… Le ruego que condescienda todo lo que pueda con la flaqueza humana». Emplea expresiones que se ajustan a una pastoral de la bondad y del servicio evangélico: «Ganará a los eclesiásticos compadeciéndose de ellos», y «por el buen ejemplo y por la unción de sus palabras» …»remedios dulces y benignos» …»gran prudencia». Ante el celo indiscreto de Felipe Le Vacher, san Vicente le advierte: «Prefiera la paciencia al activismo; de este modo, Dios hará por usted solo, lo que todos los hombres juntos no podrían hacer sin Él»… Y en san Lázaro no quiere que se maltrate a los alienados, lo cual sería injusto», y se niega también a las actuaciones de los internamientos arbitrarios.
3.° Movimiento de la acción: San Vicente desconfía de las buenas intenciones y de los grandes deseos y sentimientos. Quiere que pasemos del amor afectivo al amor efectivo, esto es, «a la práctica de las obras de la caridad, al servicio de los pobres, emprendido con alegría, coraje, constancia y amor». Para él, la persona jamás debe ser sacrificada a los principios y a las Instituciones; éstas deben doblegarse a las exigencias de las necesidades de los pobres. La caridad en acto pasa por delante de todo. Por eso crea redes de caridad, redes de acción. En el sentido estricto de la palabra, san Vicente es un hombre de relaciones humanas impresionante. Lo pone de relieve en su correspondencia. Establece relación entre las personas: pone en comunicación a los sacerdotes y a los laicos con los forzados; a los miembros de las familias con los sacerdotes y por ellos, con los prisioneros. Abarca a todo el pueblo de Dios en su conjunto porque tiene el sentido de la persona y de las relaciones humanas, por eso diseña un Reglamento para la misión con los galeotes y no ajustar las necesidades de estos pobres a su Reglamento, tal como afirma el José Mª Ibáñez con fuerza convincente.
CEME
Mª Ángeles Infante