5. Relaciones con la Jerarquía de la Iglesia
5.1 Una estrecha relación
Fiel a la clara intención de Federico Ozanam y de sus compañeros fundadores, la Sociedad y cada vicentino, mantiene una estrecha relación con la Jerarquía de la Iglesia Católica. Es el libre respeto hacia la Jerarquía, lo que proporciona la base para una cooperación mutua, fluida y armoniosa.
Comentario.- Desde la laicidad eclesialmente responsable, las Conferencias mantienen un absoluto respeto y amor para con la Jerarquía de la Santa Iglesia. Desde la Parroquia, la Diócesis o la Santa Sede, la Sociedad en general y cada Conferencia en particular, se esfuerza por respetar escrupulosamente la voz de la Jerarquía en todo lo que la concierne.
El respeto es recíproco. Los laicos tienen el derecho, y a veces el deber, de utilizar sus conocimientos, sus competencias, y su posición, para servir a la Santa Iglesia manifestando a los Pastores, su punto de vista sobre asuntos que se refieren al bien de la Iglesia.
5.2 Autonomía
La Sociedad es jurídicamente autónoma en su existencia, constitución, organización, normas, actividades y en su gobierno interno. Los Vicentinos eligen a sus responsables, y la Sociedad gestiona su patrimonio libremente, en conformidad con sus propios Estatutos y la Legislación de cada país.
Comentario.- La Sociedad, habitualmente reconocida institución civil en la mayoría de los países, es libre en todas sus actuaciones y no necesita la autorización formal de entidad alguna para el desarrollo de sus actividades. Autonomía que es reconocida en distintas ocasiones por la Santa Sede, y en particular, por su sentencia de fecha 13 de noviembre 1920.
5.3 Reconocimiento moral
La Sociedad reconoce el derecho y el deber del Obispo católico, en su diócesis, a confirmar que ninguna de sus actividades es contraria a la fe y la moral. La Sociedad, siempre que sea posible, informa a sus Obispos diocesanos anualmente de sus actividades, como muestra de comunión eclesial.
Comentario.- Las Conferencias, la Sociedad de San Vicente de Paúl, toda ella formada en la inmensa mayoría de sus miembros por personas que quieren ser fieles hijos de la Santa Iglesia, reconoce que ha de ser con el Ordinario de cada Diócesis, con quien debe colaborar en la Pastoral Diocesana que aquel entienda conveniente, y que fomente el contacto personal con el pobre. En particular, reconoce la competencia del Ordinario para confirmar que las actividades de la Sociedad en su Diócesis, son conformes a la fe y la moral católica. [«Nunca hagamos nada nuevo sin haber recibido su bendición –se refiere a la Jerarquía en sus distintos niveles- Nunca hagamos nada nuevo ni importante en el distrito de una jurisdicción eclesiástica sin ponerlo en conocimiento del que la ejerce; nada hagamos a espaldas de la autoridad espiritual…» (Consideraciones Preliminares al Reglamento S.S.V.P. 1.835)]