24 de octubre de 1923
«Estoy verdaderamente indignado porque la Bandera que tantas veces, aunque indigno, he llevado en los cortejos religiosos la has expuesto en el balcón como homenaje a aquel que destruye las Obras pías, que no reprime a los fascistas y deja asesinar a Ministros de Dios, como Don Minzoni, etc., permite que se cometan otras porquerías, y trata de cubrir esos delitos poniendo el Crucifijo en las escuelas, etc.
Me he tomado la responsabilidad de quitar esa Bandera -tarde, por desgracia-, y desde ahora te comunico mi renuncia irrevocable. Seguiré, con la ayuda de Dios, fuera del círculo, aunque me da mucha pena, haciendo lo poco que pueda por la causa cristiana y por la paz de Cristo. Deseo que esta carta, escrita apresuradamente pero dictada desde lo más profundo de mi ánimo, sea leída en la próxima Asamblea.
Con profunda estima
Pier Giorgio Frassati»