Perfil del visitador de la Congregación de la Misión como líder

Francisco Javier Fernández ChentoCongregación de la MisiónLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Joseph L. Levesque, C.M. · Traductor: Teodoro Barquín, C.M.. · Año publicación original: 1996 · Fuente: Vincentiana.
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Prólogo

Antes de nada, desearía decir unas palabras sobre el tema o término liderazgo. (He tomado varias ideas de escritores contemporáneos que centran su atencion en «la Vida Religiosa Hoy»; ofreceré también una bibliografía al final de mi segunda presentación)

En la última reunión de Visitadores en Rio en el año 1989, el P. Alejandro Rigazio desarrolló un tema excelente titulado «La Función del Visitador». Les invito a que obtengan de la Curia Generalicia una copia de esta ponencia. Mucho de lo que el P. Rigazio expuso allí trataré de reflejar yo aquí; su ponencia presentaba las funciones del Visitador bajo los títulos de Enseñanza, Santificación y Gobierno.

Yo tomo algunos comentarios introductorios de la ponencia del P. Rogazio; son unas observaciones muy perspicaces al empezar este tema de «el Visitador como Lider».

«Es digno de notar que durante el tiempo de San Vicente de Paúl, el concepto de Provinicias no correspondía a nuestras definiciones de hoy; más bien existían en estado de embrión. Algo debería haber, ya que la Asamblea del 1651 hablaba de Asambleas Provinciales según menciona el P. Lucas en sus notas, «Se decidió que deberiamos trabajar en las reglas de la Congregación Provincial, en las que se deja notar que se ha de corregir todo». Había Visitadores cuya única función era el visitar las casas a las que San Vicente les enviaba con poderes especiales».1

Escojo dos declaraciones sobre líderes famosos para ilustrar la importancia del liderazgo en el mundo actual:

1. «Lideres famosos se interesan mucho en ejercer el poder y la influencia para obtener los fines congregacionales y apenas si se interesan en supervisar y aconsejar a los miembros individuales..» Por el contrario, «la carencia entre los líderes de las órdenes religiosas que más llama la atención es su incapacidad de formular estrategias para alcanzar los objetivos o misión».2

Como sabemos bien, «los objetivos congregacionales» son parte de una visión más amplia; esto está contrastado con estrategias que centran la atención en los detalles de «qué, cuando, cómo, y por quién» se ha de hacer algo.

2. Un Banco de Ideas sobre la Viabilidad de los Institutos Religiosos en los Estados Unidos en otoño de 1994, y el equipo de dirección de ese estudio averiguó que el único factor más importante en la viabilidad de un instituto3 es la calidad de dirección.

¡Liderazgo es importante, y liderazgo destacado y notalle es algo esencial en la actualidad!.

Que esta historia que voy a compartir con vosotros sea una imagen viva que permanezca en vosotros durante todo el tiempo de mi presentacion o ponencia.

«En cierta ocasión, la historia relata, Abba Lot fue a visitar a Abba Joseph y le dijo, «Abba, en cuanto me es posible sigo una regla de vida muy modesta: todos los pequeños ayunos, alguna oración y meditación, guardo silencio, y en cuanto puedo mantengo mis pensamientos limpios. ¿Qué más debo hacer?. Entonces el monje anciano se puso de pie, extendió sus manos al cielo, y sus dedos parecían diez antorchas encencidas. Y dijo, ¿»por qué no convertirse totalmente en fuego»?»4

San Vicente nos habló también sobre el fuego cuando hablaba de llevar a lo largo y a lo ancho el amor de Dios, y de inflamar las naciones con fuego. Si esto es nuestro fin y nuestro deseo, entonces también nosotros hemos de arder ahora en fuego divino, hermanos mios. ¿Por qué no transformarno totalmente in fuego?.

Introducción

Empezaré exponiendo algunas ideas fundacionales importantes que forman parte de lo que debe alimentar el fuego y pasión que uno necesita como lider/visitador notable hoy:

  1. Refundación de la Comunidad
  2. Carisma
  3. Visión
  4. Misión/fin

Explicaré un poquito cada uno de estos conceptos porque encierran unas ideas tan consistentes y robustas que son las que abren el paso por entre la bibliografía sobre la vida religiosa actual.

1. Refundación de la comunidad

Gerald Arbuckle, S.M. es un autor que escribe mucho sobre este concepto. Usa estos términos en vez de renacimiento o renovación, porque, según él, expresan mucho mejor el desafío fundamental que hace frente a la Iglesia para dirigir el movimiento responsable de adaptar el mensaje evangélico a una sociedad en constante proceso de cambio sin perder continuidad con el pasado, donde se encuentran las raices de nuestra identidad.5

Un Refundador debe hacer dos cosas, primero redescubrir el poder de Cristo dentro de uno mismo, fruto de una conversión, y segundo descubrir con vitalidad renovada e identificarse con, el poder del mito fundacional de la congregacion misma, y verse a si mismo, como el fundador, como algo que tiene que acomodarse a las necesidades pastorales aquí y ahora.6

Moisés fue un refundador, y en palabras de Arbuckle, un administrador organizativo con mucho éxito. Moisés pudo también dirigir su comunidad a través del desierto, libró a su propio pueblo de las plagas haciendo lo que Yavhé le ordenó, y reconoció, como todo buen administrador de hoy día, que para obtener una comunidad renovada, los buenos elementos del pasado han de traspasarse al presente, para que lo nuevo se levante sobre unos fundamentos sólidos.7

Las comunidades religiosas están experimentando muchos cambios hoy. Tenemos que eliminar actividades del pasado, trabajos que eran fundamentales para nuestras Provincias, como es el caso de los seminarios, y la gente se lamenta por causa de todos estos cambios tan significativos; Ahora tienen que prepararse para los nuevos cambios y planear nuevas actividades, nuevas formas de servir a los pobres. Todo esto puede decirse hoy también de la Iglesia en general, puede decirse de nuestras propias Provincias y de nuestros trabajos específicos y de nuestras casas. Nosotros, Vicentinos, tenemos que hacer nuestra refundación en todo el mundo.

C.2: Supuesto este fin, la Congregación de la Misión, atendiendo siempre al Evangelio, a los signos de los tiempos y a las peticiones más urgentes de la Iglesia, procurará abrir nuevos caminos y aplicar medios adaptados a las circunstancias de tiempo y lugar, se esforzará además por enjuiciar y ordenar las obras y minsterios, permaneciendo así en estado de renovación contínua.

Efectívamente, muchos de nosotros aquí presentes sentimos en nuestro interior más profundo ese continuado estado de renovación, y le damos la bien venida como algo defícil de llevar a cabo, pero lo aceptamos como una bendición de Dios que nos guia a algo nuevo.

2. Carisma

Nuestro carisma es una gracia particular por la que oimos, o meditamos o llegamos a ser Cristo en manera particular y limitada; Así podemos ofrecer servicio en un contexto específico en una parte determinada del mundo de la misma manera que Cristo mismo (Lineamenta 17 del Sinodo sobre la Vida Consagrada)…un Carisma implica un estilo de vida espiritual específico y concreto, una forma determinada de apostolado, una experiencia específica de vida comunitaria, un envolvimiento particupar en el mundo (Lineamenta 16 y 8)- El Carisma de una Comunidad es la contribucion o el don específico que una congregación ofrece a la Iglesia.8

En C:101, se nos dice que nuestro Superior General a una con toda la Congregación debe de continuar la misión de nuestro Santo Fundador, adaptada a las diversas circunstancias. Así pues, deberá gobernar la Congregación con tal desvelo que el carisma de San Vicente permanezca vivo siempre en la Iglesia.

Nosotros, como San Vicente, tenemos que seguir a Cristo evangelizador de los pobres, etc. (C:1).

C:10: La Congregación de la Misión, desde los tiempos de su Fundador y por inspiración suya, se reconoce llamada por Dios a llevar a cabo la obra de la evangelización de los pobres.

Puede afirmar de sí misma, como la iglesia toda, pero de un modo peculiar, que la misión de evangelizar constituye su gracia y vocación propia y expresa su verdadera naturaleza (cf. EN 14).

Más aún, todos y cada uno de sus miembros se atreven a decir con Jesus: «Tengo que anunciarles el reino de Dios; para eso me han enviado» (Lc. 4.43).

3. Visión

Visualizar implica meditar en los mensajes de la Escritura y en los mensajes de una comunidad, con el fin de que uno pueda ver el futuro tan claramente como, en sentido figurado, otros pueden verlo, tocarlo y gustarlo.

Visión es el espíritu detrás de una organización. Define el estado futuro deseado que motiva a un grupo a la vocación de la acción. Una visión interroga donde está el lugar donde queremos ir. ¿Qué es lo que deseamos conseguir?. No se ha de confundir visión con la misión del grupo, que se centra en el por qué una organización existe y describe su función en detalle.

Podemos ver nuestra Visión descrita claramente en nuestras Constituciones:

C:5: El espíritu de l Congregación es una participación del espíritu del mismo Cristo, como lo propone San Vicente: «Me ha enviado a evangelizar a los pobres» (Lc. 4,18). Por eso «Jesucristo es la regla de la Misión» y ha de ser considerado como centro de su vida y actividad (SV XII, 130; E.S. XI, 429).

C:6: El espíritu de la Congregación comprende, por consiguiente, aquellas íntimas disposiciones del alma de Cristo que el Fundador recomendaba, ya desde el principio, a sus compañeros: amor y reverencia al Padre, caridad compasiva y eficaz con los pobres, docilidad a la Divina Providencia.

C:7: La Congregación intenta expresar su espíritu también con las cinco virtudes sacadas de su peculiar visión de Cristo, a saber: la sencillez, la humildad, la mansedumbre, la mortificación yel celo por almas, de las cuales dijo San Vicente: «En el cultivo y la práctica de estas virtudes la Congregación ha de empeñarse muy cuidadosamente, pues estas cinco virtudes son como ls potencias del alma de la Congregación entera y deben animar las acciones de todos nosotros» (RC II. 14).

4. Misión / fin

La misión de cada Instituto Religioso es un reflejo de la misión de Cristo, una manera de meter el evangelio dentro de la vida de la Congregación. La pasión (amor) por la misión es una chispa que enciende nuestra Compañía; si esa pasión se amortigua o se extingue, la Congregación pierde su fin.

La misión del Instituto Religioso es el punto central para todo el planing. La elección de los objetivos y de la dirección por parte del grupo depende de esta misión. ¿Qué podrá realzar y promover la misión de Jesus en nuestra Comunidad, Provincia?.

Nuestra misión nos proporciona una respuesta muy concreta:

C:1: El fin de la Congregación de la Misión es seguir a Cristo evangelizador de los pobres. Este fin se logra cuando sus miembros y comunidades, fieles a San Vicente:

1º procuran con todas sus fuerzas revestirse del espíritu del mismo Cristo (RC I,3), para adquirir la perfección correspondiente a su vocación (RC XII, 13);

2º se dedican a evangelizar a los pobres, sobre todo a los más abandonados;

3º ayudan en su formación a clérigos y laicos y los llevan a una participación más plena en la evangelización de los pobres.

Parte central de la Buena Nueva de Jesús is la prioridad de misión sobre mantenimiento (conservación). Misión pone la mirada en lo que es el bien perdurable que deseamos conseguir el cual nos proporcionará la paz, la justicia y el amor establecidos por Jesús y predicado por la iglesia primitiva.

Misión mira a los desafíos inciales que inspiraron a nuestros fundadores a arriesgar sus vidas, reputación y energias para traer a la Iglesia y al mundo un nuevo método de vivir el evangelio. Misión interroga por qué dirigimos una escuela, hospital, parroquia o centro social y cómo podemos continuar (mantener) cada una de los trabajos únicamentte en cuanto promueven los valores genuinos de nuestro carisma y satisfacen las necesidades más esenciales de nuestro tiempo. Por consiguiente, mantenimiento es una parte de misión pero nunca es un substituto.9

Hermanos mios, una exhortación personal basada en estos conceptos fundacionales:

Hermanos: refundad la Congregación en vuestras propias Provincias por medio de una renovación que transforme vuestros cohermanos y vuestras obras; que vuestra propia conversión y vitalidad os anime a poner todo vuestro empeño en vuestra Vision de evangelizar al pobre. Que Jesús, el Evangelizador de los Pobres, sea vuestra regla de vida, encendiendoos con nuestro carisma. Sed lideres misioneros humildes y celosos y desarrollad con precisión todo lo que promueva la misión de Jesús en vuestras Provincias!. Si, ¿ por qué no transfomarse totalmente en fuego?.

Perfil del visitador de la C.M. como líder

I. Visitador como lider: Hay dos párrafos en nuestras Constituciones que son muy útiles para entender el rol del Visitador como Lider, C:97 y C:123

A. C:97,&1 usa la imagen del evangelio del «Buen Pastor» y el título de «siervo de la comunidad». Estas dos imágenes son sumamente importantes para San Vicente cuando considera a los Líderes en el Gobierno de nuestra Congregación.

C:97, &1: Los que en la Congregación ejercen la autoridad , que procede de Dios, y los que de cualquier modo participan en su ejercicio, incluso en las Asambleas y Consejos, tengan presente el ejemplo del Buen Pastor, que no vino a ser sevido sino a servir. Por ello, conscientes de su responsabilidad ante Dios, ténganse por servidores de la comunidad, para promover el fin propio de la misma según el espíritu de San Vicente, en una verdadera comunión de apostolado y vida.

Henri Nouwen nos ofrece una percepción interior de la naturaleza de esta imagen del «Buen Pastor», una figura gramatical que no es tan popular en nuestra cultura de hoy, pero que sin embargo simboliza perfectamente la función de Cristo como líder siervo:

Jesús dice: «Yo soy el Buen Pastor. Yo cnozco mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y doy mi vida por mis ovejas» (John 10:14-15).

De la misma manera que Jesús sirve así el quiere que nosotros sirvamos. El manda a Pedro que alimente a sus ovejas y que las cuide, no al estilo de ejecutivos profesionales que conocen los problemas de sus clientes y se preocupan por ellos, sino más bíen como hermanos vulnerables que conocen y son conocidos, que se interesen y son objeto de interés, que perdonan y son perdonados, que aman y son amados.

«El mando (dirección) al que Jesús se refiere es radicalmente distinto del mando que el mundo ofrece. Es un mando servil en el que el líder es un siervo vulnerable que necesita a la gente tanto como la gente le necesita a él».10

«El mayor de entre vosotros debe portarse como si fuera el más pequeño, el maestro como si fuera el que sirve. Por que ¿quién es mayor…. el que se sienta a la mesa o el que sirve?. Ciertamente el que se sienta a la mesa. Sim embargo, aquí estoy yo entre vosotros como el que sirve».

Un siervo líder – Historia (relato)

«Vemos en este relato una banda de hombres en un viaje mítico. La figura central en la historia es Leo, el cual desempeña en el grupo el papel de criadillo encargado de los quehaceres más bajos, pero que también les anima con sus buenas disposiciones y su canto. Es una persona de una gran utilidad. Todo va bien hasta que Leo desaparece. Entonces el grupo cae en un desorden total y el viaje se interrumpe. No pueden continuarlo sin el siervo Leo. El narrador, uno del grupo, despues de muchos años de vagabundo, encuentra a Leo y le recoge en la Orden que había patrozinado el viaje. Allí descubre que Leo, al que había conocido primeramente como criado, era en realidad el superior mayor de la Orden, su espíritu viviente y un líder grande y noble.»11

La idea de Robert Greenleaf para su libro, «Liderazgo Servil», fue producto de su lectura de «Viaje al Este» de Herman Hesse. La historia fue importante para Greeleaf porque relata con toda claridad que al gran líder se le ve ante todo como siervo (criado), y ese simple hecho es la llave de toda su grandeza. En relidad, el líder es ante todo y sobre todo siervo, y es así porque en su interior se sentía sumamente bajo y humilde. Se confirió mando a un hombre que por naturaleza era siervo.

B. C:123,&2 da la siguiente descripcion de las responsabilidades del Visitador como líder. «El Visitador,

  1. celoso por la activa participción de todos en la vida y apostolado de la Provincia
  2. debe dedicar los misioneros y bienes al servicio de la Iglesia según el fin de la Congregación,
  3. debe fomentar los ministerios de las casas
  4. debe mostrarse solícito del progreso personal y actividades de cada uno,
  5. y así procurar una viva unión entre todos»

II. Responsabilidades del visitador como lider

A. «El Visitador, celoso por la activa participación de todos en la vida y apostolado de la Provincia….»

1. Asamblea provincial

C:143: «Corresponde a la Asamblea Provincial, por ser la «reunón de misioneros» que en calidad de diputados «representan a la Provincia»: 2º «tratar, como órgano consultivo del Visitdor, de los asuntos que puden servir al bien de la Provincia».

La Asamablea Provincial ofrece a los miembros una participación activa en el gobierno de la Provincia. La Asamblea Provincial puede asesorar al Visitador en asuntos que pueden promover el bien de la Provincia. Si las asambleas están bien preparadas y si se las proporcionan buenos facilitadores profesionales,(especialmente compañeros religiosos), tanto la dirección como los miembros obtendrán un gran provecho. Es uno de los grandes momentos en la vida, y aun posiblemente ocasión de un santo furor y fuego para la vida de la Provincia.

2. Consejo provincial

C:127: «Los Consejeros, que forman el consejo del Visitador le ayudan y asesoran en el gobierno de la Provincia», en orden a promover la unidad y vigor de la misma, poner en práctica las Constituciones y las decisiones de la Asamblea Provincial y hacer que todas las Casas y sus miembros colaboren en la promoción de las obras.

El Visitador debe colaborar en unión íntima con sus consejeros los cuales le ayudan con su trabajo y asesoramiento en el gobierno de la Provincia. Esta colaboracion íntima exige reuniones regulares del consejo y sesiones de planificación. En algunas ocasiones se originan ciertas tensiones cuando no se les dice nada a los miembros del consejo antes de tener la reunion para pedir consejo, v.g. ¿qué clase de participación se les pide?, ¿es simplemente una consulta o consenso o una votación deliverativa?12

Sofield/Kuhn nos ofrece algún otro consejo para nuestro equipo de dirección (gobierno) (Visitador y Consejeros):

  • Clarificar funciones y usar delegación, subsidiaridad
  • Todo lo que puedan hacer los miembros del equipo por ellos mismos no se les debe de quitar de su competencia para confiarselo a otros (e.g. visitador).
  • Fomentar habilidades útiles para el trabajo en equipo
  • ¿Son comunicativos entre ellos?.
  • ¿De que habilidades disponen los miembros para el trabajo que tienen que desempeñar?
  • ¿Qué especialidades se deben traer de fuera para subsanar la carencia de las cualidades necesarias del grupo?.
  • Utilizar asesores y facilitadores
  • Apoyar conferencias de Superiores Religiosos Mayores
  • Los Visitadores deben verse a si mismos como parte de una voz nacional para la vida religiosa; normalmente las conferencias nacionales proporcionan a los Visitadores un apoyo en maneras muy adecuadas y profesionales.
  • Alimentar la vida de vuestro grupo humana y espiritualmente
  • orar juntos
  • compartir alguna comida juntos
  • divertirse juntos
  • Hacer frente a vuestra propia impotencia y necesidad de la ayuda de Dios. Unicamente por una fe compartida en el Cristo Resucitado los miembros están en posición de aprender….»a disculpar sin límites, a confiar sin límites, a esperar sin límites y a soportar sin límites.» (I Cor. 13.7).13

3. Participación activa

C:96 nos dice con toda claridad que el dialogo es totalmente necesario si queremos ser coresponsables:

«Todos los miembros de la Congregación, habiendo sido llamados a trabajar en la continuación de la misión de Cristo, tienen el «derecho y la obligación» tanto de «colaborar» al bien de la comunidad apostólica, como de «participar en el gobierno de la misma», según nuestro derecho propio. Por tanto, todos han de cooperar activa y responsablemente en el «desempeño de los oficios, en la aceptación de las tareas apostólicas y en el cumplimiento de los mandatos».«

El Visitador y su consejo deben trabajar en conjunto para crear nuevas formas de realzar la participación activa de los cohermanos en la vida y apostolado de la Provincia, e.g. encuentros, reuniones de superiores, cuestionarios, etc……

4. Diálogo

C:97, &2: Ellos (aquellos en la Congregación con autoridad de gobierno) deben entablar, pues,» el diálogo con los compañeros», quedando, no obstante, a salvo su autoridad de decidir y mandar lo que se ha de hacer.

C:37.&1: La participación en este misterio de Crito obediente requiere que todos, comunitariamente, busquemos la voluntad del Padre, mediante la mutua comunicación de experiencias y el diálogo abierto y responsable. En éste concurren las diversas edades y temperamentos, de modo que a partir de él van madurando las tendencias coincidentes y surgen las que nos llevan a la toma de decisiones.

El Visitador debe dialogar con los cohermanos a la hora de hacer decisiones. La consulta es una parte necesaria en el proceso de toma de decisiones. Si el Visitador y su Consejo son los únicos responsables del cambio, entonces ahí tienes la receta para el fracaso. La participación habilita la visión.14 Este proceso en algunas ocasiones puede llegar a ser un tanto engorroso, pero normamlmente algo anda mal cuando no hay desacuerdos antes de tomar decisiones importantes. Debemos prestar oido atento a lo que los cohermanos comentan a cerca de las nuevas necesidades pastorales. Una dirección eficaz permanece siendo eficaz únicamente si aprendemos el arte de escuchar y dialogar.15

El Centro Nacional de Dirección Pastoral en Annapolis, MD, después de haber consultado a más de 500 líderes religiosos, desarrolló una «Visión Pastoral para el Ministerio en el siglo XXI». Como resultado de su estudio, los líderes se preguntaron también sobre lo que «no funciona hoy en la Iglesia». Se dió como respuesta que había en la Iglesia carencia de colaboración y diálogo.

Los participantes señalaron, sin dudar, esta carencia como el obstáculo principal para el mejoramiento del Ministerio en la Iglesia.

B. «El Visitador…. debe dedicar los misioneros bienes de la Congregación al servicio de la Iglesia según el fin de la Congregación….(C:123 &2).

1. Misión y plan apostólico

C:2: Supuesto este fin, la Congregación de la Misión, atendiendo siempre al Evanagelio,» a los signos de los tiempos» y a las peticiones más urgentes de la Iglesia, «procurará abrir nuevos caminos y aplicar medios» adaptados a las circunstancias de tiempo y lugar, se esforzará además «por enjuiciar y ordenar las obras y ministerios, permaneciendo así en estado de renovación contínua».

C:13:» Las Provincias, por su parte, juzgarán sobre las formas de apostolado que han de asumir», de suerte que, fieles al espíritu y ejemplo de San Vicente, integren su actividad apostólica en la acción pastoral de la Iglesia local, según las enseñanzas e instrucciones demanadas de la Santa Sede, de las Conferencias Episcopales y de los Obispos diocesanos.

Según las Constituciones y Estatutos, nuestra misión puede realizarse por medio de una variedad de diferentes trabajos apostólicos, e.g. misiones populares, misiones ad gentes, seminarios, ministerio de las Hijas de la Caridad, parroquias, universidades,etc. Sin embargo, pertenece a cada provincia el determinar las formas de apostolado que pueden realizarse teniendo presentes la limitación de personal y los recursos materiales de que dispone. Por lo tanto, es necesario evaluar y planificar nuestros trabajos y ministerios para poder estar en un estado constante de renovación para la misión. Es función del Visistador como líder fomentar este proceso de evaluación y de planificación de los trabajos.

Pensando en C:2 y C:13 me viene a la mente una práctica que según me han dicho está en uso en Irlanda:

Grieshog: Muerte/Nueva Vida

«Los Irlandeses tienen una palabra «grieshog» y los gaelic parlantes nos dicen que significa el proceso de enterrar por la noche las cenizas de las ascuas de carbón para preservar el fuego para la mañana fria del día siguiente. En vez de limpiar el hogar de carbón, la gente conservaba durante la noche el carbón incasdescente del día anterior bajo capas de cenizas con el fin de tener un fuego nuevo rápido al día siguiente. Este proceso es sumamente importante. De lo contrario, si el carbón se consume, hay que preparar y encender un nuevo fuego por la mañanita, un trabajo que lleva tiempo y que retrasa otro quehacer más importante del nuevo día. Así, el interés principal era no permitir que el fuego del día anterior se consumiese completamente al final del día. Por el contrario, el carbón escondido bajo montones de cenizas durante la larga y orcura noche era atendido con cuidado para que el fuego pudiese saltar de nuevo a la vida a la primera luz del alba. El fuego viejo no murió: conservó su calor con el fin de poder encender el fuego nuevo.16

Cuando nosotros, misioneros, evaluamos y planeamos nuestros trabajos, sucede como si enterrasemos ascuas de carbón en capas de cenizas, i.e., estamos evaluando lo que se ha de hacer al día siguiente, qué cambios hay que realizar, qué renovaciones se han de hacer. Nuestra costumbre de «Grieshog» nos permite cambiar del pasado al presente y, más importante todavía, al futuro. No podemos permitir que aquellos carbones de evaluaciones, planes y relaciones del pasado desparezcan o nos arriesgaremos a no saber el lugar donde pisamos o como podemos movernos hacia una nuevo día, hacia el futuro, con luz y claridad.

Y un vez que el fuego esta prendido, debemos de trabajar con paciencia y con constancia para mantenerlo en ascuas. Lo que se pide es una fidelidad creativa. Y de nuevo podemos preguntarnos: ¿por qué no nos transformamos totalmente en fuego?.

2. plan provincial

S.69: Corresponde al Visitador:1º: «hacer el proyecto provincial» según las Normas Provinciales y con el consentimiento de su Consejo

Esto requiere siempre un gran esfurzo de colaboración de parte de los cohermanos de la Provincia. El plan es para todos nosotros y, por lo tanto, debe de ser preparado por todos nosotros. Además, la planificación del apostolado debe de formar también parte del plan provincial

3. Destinos de personas

C:96: Todos los miembros de la Congregación, habiendo sido llamados a trabajar en la continuación de la misión de Cristo, tienen el derecho y la obligación tanto de colaborar al bien de la comunidad apostólica , como de participar en el gobierno de la misma, según nuestro derecho propio. Por tanto, «todos han de cooperar activa y responsablemente en el desempeño de los oficios,» en la aceptación de las tareas apostólicas y en el cumplimiento de los mandatos.

Una de las decisiones más importantes que tiene que hacer el Visitador es el asignar a las personas a las distintas actividades de la Provincia. Al hacer los destinos el Visitador debe de tener siempre presente «la misión». Es también obligación suyA el conocer las cualidades especiales y las necesidades de cada cohermano.

Otros recursos

C:148, &1: La Congregación de la Misión «posee bienes temporales por exigencias pastorales y comunitarias; se sirve de ellos como de recursos para el servicio de Dios y de los pobres», según el espíritu y la práctica del Fundador, y los administra, como patrimonio de los pobres, con solicitud, pero sin afán de atesorar.

Las decisiones Provinciales sobre bienes y propiedades temporales deben tener siempre como principal objetivo el servicio de la «misión». El Visitador y el Procurador deben siempre trabajar juntos en diálogo muy abierto, compartiendo siempre información importante dentro y fuera de las reuniones del consejo.

C. «El Visitador.. debe fomentar los ministerios de las casas».

1. Proyecto comunitario

C:27: Cada comunidad se esforzará por elaborar «su proyecto común» según las Constituciones, los Estatutos y las Normas Provinciales. Este proyecto se tendrá presente en la «ordenación de la vida y del trabajo», en la celebración de los consejos y en la evalucación periódica de nuestra vida y actividad.

S16: El proyecto comunitario que cada comunidad confecciona en cuanto es factible, al comienzo del año de trabajo, ha de abarcar: la actividad apostólica, la oración, el uso de bienes, el testimonio cristiano en el lugar de trabajo, la formación permanente, los tiempos de reflexión comunitaria, el tiempo necesario de esparcimiento y de estudio y el órden del día. Todo esto se revisará periódicamente.

S:69.5: Es función del Visitador ….. «aprobar el Proyecto comunitario de las casas preparado por el superior local con su comunidad.

El proyecto comunitario es la herramientA fundamental de planificación que orienta la vida ordinario de los cohermanos en una comunidad local. El Visitador debe poner interés especial en estos proyectos comunitarios que deben hacerlos todos los miembros de la comunidad local. Cada cohermano debe tener también su propio proyecto personal. Los siguientes elementos deben constituir parte de ese proyecto: conversión personal, fidelidad al Señor, compromiso de evangelización, vida de comunidad, oración, votos, formación permanente, desarrollo físico y cultural. El cohermano debe de compartir su proyecto personal con su Superior.

2. Visitas a las casas

C:125.6º: Es función del Visitador.. «hacer visitas frecuentes» a las Casas y a los misioneros, «lo que hará por oficio al menos cada dios años.«

S:69.6º: Es función del Visitador… enviar al Superior General informes sobre los asuntos de la Provincia y sobre las visitas de oficio hechas a las Casas.

La visita a las casas ofrece al Visitador una buena oportunidad para ver los ministerios de la casa «in situ». Durante la visita, el Visitador tiene, además, la oportunidad de hablar individualmente con cada uno de los miembros en particular y debería encontrar la ocasión de poder hablar a todos los miembros de la casa en comunidad.

3. nombramiento de superiores

C:125.4º: Es función del visitador….. con el consentimiento de su Consejo y después del haber consultado a los miembros de la comunidad, nombrar los superiores de las Casas e informar del nombrammiento al Superior General.

El Visitador debe tomar muy en serio el nombramiento del superior local porque él es el «centro de unidad y el animador de la vida de la comunidad local» (cnf. C:129,&1). En cierto sentido el Visitador da destino a la dirección local de la provincia.. La vida y espíritu de la Congregación debería crecer en cada casa como en un microcosmo.

El Visitador puede ayudar en gran manera al Superior en la «animación» de las comunidades. Los Visitadores en Rio 1989 lo detallaron así:

  • esforzándose en acercarse a los cohermanos e interesándose en sus vidas y trabajos.
  • escribiendoles cartas de animación
  • fomentando dias de retiro espiritual para toda la Provincia o por regiones
  • asignando el «Día de la Provincia» y preparando su celebración, compartiendo información, etc.
  • teniendos reuniones regulares con los Superiores (por lo menos una vez al año).
  • ofreciendo atención a los cohermanos jóvenes y mostrando mucho interés en sus trabajos
  • animando a compartir la fe, y favoreciendo la oración comunitaria, las reuniones regulares, las comidas en comunidad, sencillez en el uso de los bienes materiales, actos de penitencia comunitaria y tiempos de recreo juntos.

D. «El visitador…. debe preocuparse del desarrollo personal y de la actividad de cada cohermano…»

1. Formación permanente

C:81: La formación de los nuestros ha de» prolonqarse y renovarse todo el tiempo de la vida».

S:42: Con la ayuda de la Comisión de Formación cada una de las Provincias procure organizar y fomentar la formación permanente tanto comunitaria como individual.

El Visitador debe proveer oportunidades provinciales para la formación permanente de los miembros de la provincia. Algunas ideas adicionales sobre lo que se debe hacer en este respecto fueron indicadas por los Visitadores en Rio (1989):

Practicas para la formacion permanente (de la reunión de Visitadores en Rio, 1989):

  • Cursos profesionales para ponerse al día
  • Nombrar un director que pueda estudiar cuestiones y preparar programas.
  • Organizar dias de formación para toda la Provincia y repetirlo varias veces.
  • Adquirir libros y revistas para mantenerse al día.
  • Presentaciones breves en algún día señalado.
  • Señalar varias semanas de formación todos los años, con carácter obligario, sobre temas de teología, sociología, moral, liturgía y Escritura.
  • Semanas de estudio y otros cursos anuales.
  • Ofrecer a los cohermanos años sabáticos bien planificados
  • Boletines y revistas de formación e información.
  • Lectura y reflexión comunitaria sobre documentos vicencianos.
  • Sesiones de estudio de espiritualidad vicenciana.
  • Tomar parte en meses o semanas vicencianas, o en sesiones de estudio.
  • Preparar una biblioteca vicenciana para la Provincia.
  • Participación obligatoria en retiros comunitarios.

Quiero añadir aquí algunas reflexiones sobres la «promoción de vocaciones y sobre la formación inicial» en vista de la relación tan íntima que tienen con el tema de «formación permanente».

San Juan Chittister dijo algo que merece nuestra reflexión:

Para buscar hoy vocaciones, para trabajar hoy en la formación de la vida religiosa, para crear hoy una vida religiosa con carácter profético, debemos dirigir la formación hacia un concentrarse resuelto (firme)…Debemos dar formación para un preocuparse desenfrenado… Debemos formar para arriesgarse… Debemos formar para entablar una crítica social, para levantar ampollas, para quemar concentraciones de sistemas que hacen a los pobres,más pobres, y mantienen al pobre, igualmente pobre. Debemos dirigir la formación hacia la comunidad, construyendo más allá de nosotros mismos hacia la configuración de la comunidad de extraños en un mundo universal. Debemoos formar para la suficiencia, no para una pobreza que se funda en licencias (permisos)…Debemos educar para langostas y para miel en un mundo lleno de trajes (uniformes). Debemos de formar para una marginación voluntaria, para separarse del sistema antes que para beneficiarse en él. Debemos de formar para un proceder profético mejor que para un proceder sumiso y obediente, para lo pastoral antes que para lo propiamente eclesiastico. Debemos formar para una presencia profética…. «No sufrimos crisis de vocaciones». Tenemos crisis de espiritualidad. Ningún programa de promoción vocacional puede sustituir a estos».17

Yo admiro a Chittister y a los que escriben a cerca del «recrutamiento de vocaciones», o mejor, de proporcionar nuevos miembros a la Congregación, cuando centran todo el interés en la «calidad de nuestra vida» como misioneros proféticos y compasivos. Para algunos provincias, debemos poner en práctica lo de «Grieshog» cuando planificamos la promoción vocacional y traemos nuevos miembros a nuestra «Pequeña Compañia».

«Debemos enterrar los carbones, llevarlos a nuevos lugares para que puedan arder de nuevo… Amontonar y enterrar carbones son, sencillamente, partes distintas de un mismo proceso llamado Vida de Dios, llamado también crecimiento en compromiso, en espiritualidad, en santidad, en sabiduría, en edad y en gracia…La cuestion es…acaso nuestra generación tiene el calor espiritual suficiente, reservadado para «Grieshog»….. No somos la primera generación para la que éste es el contenido de nuestras vidas, pero si no lo hacemos de todo corazón, otras generaciones posteriores tal vez no tengan la oportunidad de hacer lo mismo, calentarse en el mismo fuego, poner el mundo en llamas con los carbones de sus vidas.18

Deseo añadir aquí también algunos puntos valiosos que se desarrollaron en la Reunión de Visitadores en Rio de Janeiro, Julio 3-17, 1989 referente al VISITADOR Y ANIMACION DE FORMACION:

  • Debe tener un contacto cualitativo con el personal de formación y con los jóvenes;
  • Debe fomentar algunos factores esenciales para la formación, como son la identificación con Cristo y la voluntad de seguirle;
  • Un estudio serio, profundo,y permanente y una apreciación de la vida, del carisma y de las intuiciones de San Vicente;
  • Contacto con los pobres y con los ministerios de servicio al clero y al laicado;
  • Los novicios en el Seminario Interno deben vivir por algún tiempo en las comunidades locales, y los que vivan en estas comunidades deben compartir con los novicios la responsabilidad de dar la formación espiritual vicenciana misionera a los que se les han enviado.
  • Los del equipo de formación deben preocuparse de que los candidatos aprendan lenguas, y se familiaricen con distintas culturas y mentalidades con el fin de que puedan prepararse para el contexto universal de nuestra misión.
  • Nuestra vocación misionera y nuestras actividades exigen una formación específica para que podamos asumir (manejar) los cambios del mundo, los problemas particulares en nuestros apostolados, las necesidades de distintos grupos y las inovaciones en el conocimiento religioso y profano.

2. Cohermanos enfermos y ancianos

C:26.&1: Los misioneros enfermos, los delicados de salud y los ancianos nos serán entrañablemente queridos y estimaremos su presencia como una bendición para nuestras casas. Por eso, además de procurar los cuidados médicos y aliviarles en su vida, les reservaremos una participación adecuada en la vida familiar y en nuestro apostolado.

S 13: Los misioneros enfermos y los ancianos, como están unidos a Cristo paciente de manera especial, cooperan con nosotros en la evangelización del mundo. Los acogemos con gusto en la casa que se benefició de su trabajo. Pero el Visitador, atentamente considerado todo, proveerá lo que sea mejor para ellos.

El Visitador se interesará de que los cohermanos enfermos y ancianos reciban un cuidado esmerado, vendiendo los cálices si fuese preciso por atenderlos debidamente, como nos dice el P. Maloney, citando las palabras de San Vicente.19

3. Cohermanos afectados con alguna dificultad

C:123. &2: El visitador… debe mostrarse solícito del progreso personal y actividades de cada cohermano…..

S:14, &2: Procuraremos ayudar fraternalmente y a tiempo a los compañeros que pasan por dificultades.

El Visitador no debe escatimar los recursos que sean necesarios para ayudar a los cohermanos que estén afectados con dificultades, e.g. dirección espiritual, tratamiento psicológico, descanso, etc.. Es ideal que el Visitador muestre su atención y dedique algún tiempo en estos casos, como llamadas telefónicas, visitas. Se entiende que esto no debe de ocupar al Visitador la mayor parte de su tiempo; debe siempre equilibrar misión y mantenimiento.

E. «….procurando una viva unión entre todos.

1. Unión en la provincia

C:123. &2: El Visitador, celoso por la activa participación de todos en la vida y apostolado de la Provincia, dedique los misioneros y bienes de la misma al servicio de la Iglesia según el fin de la Congregación, fomente los ministerios de las Casas y muéstrese solícito del progreso personal y actividades de cada uno, «procurando una viva unión entre todos».

El resultado final de una buena dirección provincial será un sentido de viva unión y misión corporativa en la Provincia. Al contrario, si la dirección provincial no es buena, la moral de la Provincia se deteriorará y se dejará sentir inmediatamente por todos. La llave de esta frase es «viva» ! Qué desafío tan grande para un Visitador el asegurar no sólo unión, sino «unión viva» para toda la Provincia.

Al final de mi ponencia, desearía centrar la atención a la «dirección», muy especialmente a las cualidades de dirección. Deseo ofrecer el siguiente material como una ayuda, unas lineas de dirección para que los Visitadores puedan reflexionar sobre sus propias cualidades de liderazgo.

Herramienta de autoevaluacion para examinar las cualidades propias de liderazgo

  • Aclárate y Relájate. No seas violento
  • Aprende a confiar en la gente con la que trabajas
  • No tengas miedo a la gente, a las relaciones y a la intimidad.
  • No tengas miedo a luchar con el aferramiento de la gente
  • No te aisles de la gente ni de sus problemas
  • Abrete emocionalmente
  • No tengas miedo en exponer tus propias ansiedades, tu propia vulnerabilidad, y tu propia humanidad
  • Sé asequible y disponible
  • No huyas de los problemas y de las situaciones de la gente a quienes pretendes sevir.
  • Rezuma vida y energía
  • Conserva tu idealismo y frescura
  • Proyecta un sentido de esperanza
  • Arriesgate y actúa para crear una nuva vida en una nueva dirección
  • No te desanimes
  • Evita sentirte seguro y perezoso
  • Alterna con la gente y haz que ellos te cambien
  • Amplía tu experiencia de la vida
  • No seas tan inflexible, abre y ensancha tus horizontes

Lideres sobresalientes

Permítanme compartir con Uds. algunas de las conclusiones sacadas por Nygren-Ukeritis en su estudio FORUS, especialmente en cuanto al liderazgo.

«La investigación presenta un pérfil de los líderes sobresalientes de las órdenes religiosas. Son hombres y mujeres enraìzados profundamente en la fe, capaces de reconocer la centralidad de Dios en sus vidas. Se sienten personalmente la necesidad de realizar mucho y reconocen claramente el impacto que podría tener la congregación. Se caracterizan, sin embargo, por la objetividad y la compasión. Con todos estos atributos, líderes sobresalientes no tienen tanto necesidad en sí de pertenecer al grupo que intentan dirigir, pero al mismo tiempo sí encuentran sentido precisamente en este contexto de fe, membresía e impacto. El lider sobresaliente tiene una clara visión del futuro y exitosamente emplea las decisiones del grupo.

Por otro lado, líderes eficaces están enraizados en el reconocimiento que ellos actuan con, y en el nombre de, Dios. Tratan a los miembros como si fueran iqualmente responsables por la vida de la congregación sin perder, sin embargo, la claridad de su papel como líderes. Los líderes eficaces saben posicionar su congregación estratégicamente para responder a las necesidades humanas, y generalmente su autoridad es reconocida por los miembros. En congregaciones apostólicas, mendicantes, monásticas o enclautradas, líderes comprenden la importancia de un enfoque y una identidad clara para poder guardar optimismo y productividad entre los miembros.20 Los impulsos hacia extremos de reformismos o reaccionismos se pueden controlar enfocando crear competencias más que ideologías.

Lista de cualidades notables en la bibliografia utilizada para esta ponencia

La cualidad que debe ocupar el primer lugar, por ser muy fundamental, es el deseo y la aptitud del Visitador para «escuchar», la base de todo ministerio. Expresa el deseo del oyente para aprender y crecer por el conocimiento y la sabiduria que otros ofrecen.

Bob Maloney, en su libro «EL OYE EL GEMIDO DEL POBRE»: sobre la espiritualidad de Vicente de Paul, ha indicado que «el escuchar» es la base para la espiritualidad. Habla de las cualidades que caracterizan a los «buenos oyentes»: «humildad», reconociendo que todo es un don o regalo; «oración y meditación», únicamente cuando se medita lo que se oye se llega a entender todo su significado; respeto hacia lo que oimos de la gente, como en el caso de San Vicente, que llegó a convencerse poco a poco de que «los pobres son los que poseen la verdadera religión» y de que debemos ser evangelizados por ellos; y «cortesía», uno de los signos más importantes de respeto hacia la persona humana. En nuestra vida de comunidad, y especialmente en las reuniones, encontramos múltiples ocasiones para «prestar atención viva, humilde y fraternalmente a las opiniones y necesidades de cada cohermano. (C.24.3º)

2. El corazón y esencia de toda dirección se basa en la capacidad de uno para ser «compasivo».

La compasión empieza en nuestros corazones, que debemos abrir «para que lleguen a sensibilizarse a los sufrimientos y miserias del vecino. Debemos orar a Dios para que nos dé un espíritu de misericordia, que es en verdad el espíritu de Dios. La Iglesia dice que Dios por naturaleza es compasivo y que El nos otorga este espíritu».21

Nuestra conducta exterior, dice Vicente, debe ser reflejo de nuestra actitud interior, como la de Jesús, por ejemplo, que lloró por la suerte que amenazaba a Jerusalem. O refiriendose al vecino: «Nosotros debemos usar un lenguaje compasivo con el fin de hacer saber a nuestro prójimo que estamos sumamente interesados por ellos y que sufrimos por sus penas. Finalmewnte, hay que actuar,»en cuanto esté de nuestra parte tenemos que hacer lo posible por dar fin a sus sufrimientos, pues la mano ha de ir dirigida, en cuanto sea posible, por el corazón.» El biografo de Vicente, Louis Abelly, observó este lenguaje vivo en el Santo: «Cuando la gente le hablaba sobre alguna pena o necesidad particular del pobre, el daba un suspiro, cerraba sus ojos, y encorbaba sus hombres como una persona abatida por los sufrimientos. Su cara manifestaba el sufrimiento profundo por el que compartía en las desgracias del pobre».22

Vicente continuaba, animando a sus misioneros a que vistiesen la insignia de reconocimiento: «Pedid esta gracia a Dios, que nos dé este espíritu de compasión y de clemencia, y que nos llene de él de tal manera que al ver nosotros a un misionero al momento pensemos: ahí va una persona llena de compasión.» (Abelly, III, p.118). Nadie puede sentirse satisfecho de haber hecho lo suficiente. Aún San Vicente se lamentaba en su propio caso: » ¡Ay de mi!, los setente y seis años de mi vida me parecen un corto sueño. Lo que queda ahora únicamente es el pesar de haber usado este tiempo tan miserablemente. Pensad en la tristeza que tendremos a la hora de nuestra muerte si no hemos usado este breve tiempo de nuestras vidas para mostrar clemencia hacia otros.» La lección, el advirtió a sus hermanos, es «nunca encontrarse con el pobre sin tratar de consolarle, o con una persona ignorante sin tratar de ayudarle a entender, en pocas palabras, lo que tiene que creer y hacer para asegurar su salvación. Oh Salvador (el oraba).. no retires de este Compañía el espíritu de compasión.»23

Una palabra importante en el pensamiento de Vicente es «corazón». Nuestro corazón conoce primero la miseria de los otros. Es nuestro corazón el que es impulsado a la acción, especialmente cuando nos damos cuenta que es Dios el que nos ha amado primero y nos ha tocado nuestros corazones. Es el corazón el que siente las necesidades de otros y mantiene viva la caridad de Cristo.

«Los Misioneros antes que todos los demás sacerdotes deberían llenarse del espíritu de compasión«.24

C:6 nos recuerda que el Espíritu de la Congregación debe tener aquellas actitudes íntimas y personales de Cristo que nuestro fundador recomendó a los cohermanos desde el principio: amor y reverencia hacia el Padre, amor compasivo y efectivo hacia el pobre, y docilidad hacia la Divina Provicencia. (C:6).

Verdaderamente, hace tiempo que deberíamos habernos transformado en fuego, hermanos mios.

3. Desarrollar y compartir vuestra espiritualidad vicenciana.

4. Comunicad esperanza y alegria para que podáis realizar el deseo de Cristo, «Yo vine para que pudiéseis tener vida y vida más abundante.» (The New American Bible, John 10:10)

5. Ser desinteresados y humildes (C:7)

6. Perdonar y pedir perdon a otros

7. Ser una persona de oracion, teniendo a Dios como centro de nuestra vida (C:41. Dadme un hombre de oración y será capaz de todo (Coste, XI, 83). Nygren en su estudio pone énfasis en la importancia de la vida espiritual, la dependencia radical de Dios, y la necesidad absolut de la oración para Líderes importantes,(notables).25

8. Ser equilibrado

9. Ser abiertos al cambio y capaces de crecer cuando se tenga que afrontar nuevas situaciones.

10. Estar dotados de esperiencia pastoral

11. Planificar fines comunes con otros, desafiando a los otros a ver sus fines y objetivos a la luz de necesidades y metas corporales más amplias

12. poder habilitar personas y grupos a actuar

13. Convertir vuestra admininistración en un equipo directivo, permaneciendo siempre abiertos a la creatividad y a la innovación pastoral, especialmente de parte de cohermanos de vuestra Provincia; el visitador debe invitarles y animarles a que sean creativos e inventivos.

14. Ser un aprendiz

15. Ser un buen comunicador

16. Ser un centro de union, como un director de una orquesta sinfónica que saca artísticamente la música de cada una de las personas, da el tono, guarda el ritmo, y orquestea los «crescendos y diminuendos»

17. Arriesgarse por causa de la misión

18. ENTUSIASMARSE por el ministerio de liderazgo durante este tiempo de transformación con el fin de animar a otros a que se ofrezcan para la dirección.

19. Tener una VISION clara del futuro

20. Ser capaces por si propio o por otros de concretar estrategias de VUESTRA VISION en planes reales de acción

21. Considerar a los miembros IGUALMENTE RESPONSABLES de la vida de la Congregación.

22. ESPERAR más mejor que menos de vuestros miembros y ofrecedles la pauta para una expansión constante de la «misión»

23. ser capaces de tener INTIMIDAD con otros

24. Facilitar LA OBTENCION DE VOCACIONES y traer candidatos a la Comunidad

25, SER PREVISORES e.g., calcular qué va suceder y cuándo (no únicamente reaccionar a lo sucedido). El P. Pedro Arrupe, con ocasión de sus Bodas de Oro en la Compañía de Jeús, (Enero 15, 1977) dió la suguiente respuesta cuando se le preguntó ¿hacia donde va la Compañía? «A donde Dios la guie». En diferentes palabras, «no lo sé».

26. Ser un CURANDERO en el sentido de hacer todo por ayudar a otros a tener una vision más amplia y más noble que la que podrían haber obtenido por ellos mismos; se necesita también curar discordias y heridas del pasado.

27. Ser un LIDER Y GERENTE (misión y mantenimiento); o, como dirían otros, el Visitador tiene la Visión y otros deben ser elegidos por él para ser el administrador, el artífice de los planes y el ejecutador de los detalles.

28. Saber que algunas personas quieren poner obstáculos a la cretividad y al cambio y uno tiene que saber como actúar con ellos «fortiter et suaviter».

29. Estar muy bien informado sobre el personal y los recuersos materiales de la Provincia.

30. Desarrollar las habilidades necesarias para la animacion de la provincia

31. Tener la aptitud de trabajar con gente

32. Ser un innovador, para lo que se requiere paciencia, habilidad y apertura.

33. Aceptar a la gente como es

34. Ser muy sensible a la dignidad de las personas

35. Respetar el potencial de la gente para ser agentes de su propio desarrollo (y para ayudar a algunos de sus cohermanos a ser futuros líderes de la Provincia).

36. Ser Agradecido y agraciado

37. Estar seguro de tener el respaldo adecuado para la direccion espiritual (Considera algunos de estas recomendaciones dadas por el Provincial de los Sulpicianos de USA, P. Gerald Brown, en la Conferencia de Superiores Mayores de Hombres, 1995)

  • Lee y conoce mejor a nuestro mundo, más unido a los sufrimientos de la gente, más despierto a la verdad y más vivo.
  • Conserva un contacto cercano con los amigos
  • Busca dirección espiritul y asesoramiento
  • Busca apoyo de los compañeros, especialmente entre grupos profesionales y grupos de apoyo, como por ejemplo, miembros de las Conferencias de los Superiores Religiosos, Organizaciones de Paz y Justicia, Grupos de Apoyo Regional para Sacerdotes, Programas Emaus, etc.

Mis queridos cohermanos, Hermanos Visitadores, Desearía terminar con esta afirmación que un cohermano ofreció como su estímulo a los Visitadores; es un dicho admirable y lleno de esperanza; debería, en verdad, ayudarnos a llegar a transformarnos en fuego en nuestros vidas como Visitadores:

«Jesús no vino a ser servido sino a servir. Y el sirve dando su vida. Jesús recuerda esto repetidas veces a sus apóstoles. «Que los primeros entre vosotros sean los últimos y siervos de todos» (Mt. 10:43). La noche antes de su muerte, El lava los pies de sus apóstoles y les dice: «¿Entendéis lo que yo he hecho?. Vosotros me llamais maestro. Y decís bien. Pero yo os he dado ejmplo, para que lo que yo he hecho, lo hagáis también vosotros». (Juan 13:13-15).

«San Vicente comprendió perfectamente esta verdad del Evangelio. Nos dice que los pobres son nuestros señores y maestros, y que nosotros somos sus siervos. En cierto sentido, el vio, como Jesús, el mundo patas arriba. Solía decir a sus seguidores: «En el reino de Dios, muchas cosas son contrarias a la manera en que las vemos en la vida de cada día. Son diferentes las categorías, las medidas, los premios. En el Reino de Dios, todo es al revés: los verdaderos reyes y reinas son los hombres y las mujeres pobres a los que vosotros lleváis comida y vestido. ¡Cómo se entusiasma la gente, él les diría, cuando ven al rey o, aun más todavía, cuando le visitan. Y nosotros tenemos esa oportunidad siempre que visitamos al pobre!.» Hermanos mios, San Vicente vio las cosas como son en realidad. El sabía perfectamente lo que es el Reino de Dios. El sabía tambien que en el nivel mas serio de las cosas el pobre está en el mismo centro, y que nos acercamos a Dios cuando nos acercamos al pobre. Ellos son los maestros, nosotros somos los siervos.»

Permitidme animaros a ser fieles siervos, así como también que os sugiera dos medios para llegar a serlo:

  1. Como líderes que sois en vuestras Provincias, aseguraros de que vuestro servicio a los cohermanos es competente. Si necesitan aprender una lengua para servir al pobre, permitidles que lo aprendan. Si necesitan aprender el manejo de ordenadores para realizar su trabajo, facilitadles que lo aprendan bien. Si necesitan curso de reciclaje en teología, liturgía, pastoral, etc. ayudadles a que lo hagan. No dudéis proporcionar tiempo libre a los cohermanos para su formación permanente. Merece la pena. Unos meses dedicados al estudio, a la reflexión , etc. pueden traer como fruto años de trabajo muy eficaz por hombres revitalizados. Una semilla que se plante ahora puede producir un roble robusto más tarde. Que la formación permanente de nuestros cohermanos llegue a ser una de nuestras prioridades. Ayudadles a que sean competentes.
  2. Aseguraros de que vuestro servicio es creativo. Os animo que reflexioneis sobre los valores básicos en ese respecto: nuestro servicio, nuestra vid comunitaria, nuestra oración:
    1. Tratad de encontrar medios eficaces de servir a los más abandonados de vuestros países. Algunos de los viejos métodos son todavía válidos, pero buscad nuevas formas también, y hacedlo con coraje.
    2. Tratad de encontrar formas creativas de producir gozo, hermandad y comunicación en nuestras casas. Algunos de los métodos del pasado son todavía válidos, pero sed también atrevidos en buscar nuevas formas.
    3. Tratad de encontrar nuevas formas para hacer que nuestras oraciones sean algo bello, bello para Dios y atractivo para aquellos que oran con nosotros. Que los jóvenes que vienen a nuestras casas digan: «Los Vicentinos saben. en verdad, cómo orar!»

Basta, hermanos mios. Que nuestro servicio sea competente y creativo. Si es así, el Espíritu de San Vicente continuará viviendo en nosotros y la Congregación de la Misión crecerá.

  1. Pierre Coste, Éditeur, Correspondance, entretiens, documents (Paris: Gabalda, 1920-25), Vol. XIII: pp. 293, 295-296, 326-327, 348, Vol. II: pp. 208-209.
  2. David J. Nygren y Miriam D. Ukeritis, The Future of Religious Orders in the United States: Transformation and Commitment (Westport CT: Praeger, 1993), pp. 59, 94.
  3. Sr. Andrée Fries, CPPS, Transformative Leadership – Key to Viability (Joint Assembly of CMSM/LCWR, 1995), p. 3.
  4. Joan Chittister, OSB, The Fire in these Ashes: A Spirituality of Contemporary Religious Life (Kansas City: Sheed and Ward, 1995), p. 52.
  5. Gerald A. Arbuckle, C.M. Refounding the Church: Dissent for Leadership (Maryknoll NY: Orbis Books, 1993), p. 4.
  6. Ibid. , p. 148.
  7. Gerald A. Arbuckle, C.M., Change, Grief, Renewal in the Church: The Spirituality for a New Era (Westminster MD: Christian Classics, Inc., 1991), p. 151.
  8. David J. Nygren and Miriam D. Ukeritis, FORUS (Westport CT: Praeger, 1993), p. 8.
  9. Howard J. Gray, S.J., Challenge to Religious Leadership: Maintenance or Mission (Address to National Assembly of Conference of Major Superiors of Men, 1985). [Found reproduced in Philibert OP, Paul J. «Living in the Meantime: Concerning the Transformation of Religious Life» (Mahwah NJ: Paulist Press, 1994), pp. 50-51.].
  10. Henri Nouwen and Bill Van Buren, In the Name of Jesus (New York: Crossroad, 1989), pp. 42-43.
  11. Robert K. Greenleaf, Servant Leadership: A Journey Into the Nature of Legitimate Power and Greatness (New York: Paulist Press, 1977), p. 7.
  12. Loughland Sofield, ST and Donald H. Kuhn, «The Collaborative Leader: Listening to the Wisdom of God’s People» (Notre Dame IN: Ave Maria Press, 1995), p. 207.
  13. Ibid., pp. 207-216.
  14. Gerald A. Arbuckle, SM, Refounding the Church: Dissent for Leadership (Maryknoll NY: Orbis Books, 1993), pp. 203-204.
  15. Joan Chittister, OSB, The Fire in the Ashes: A Spirituality of Contemporary Religious Life (Kansas City: Sheed and Ward, 1995), pp. 36, 37.
  16. Ibid., p. 54.
  17. Ibid., p. 178.
  18. Robert P. Maloney, C.M., Vendre les calices, in Vincentiana, n° 3, 1996, p 191.
  19. David J. Nygren and Miriam D. Ukeritis, FORUS (Westport CT: Praeger, 1993), pp. 246-247.
  20. Robert P. Maloney, C.M., He Hears the Cry of the Poor: On the Spirituality of St. Vincent de Paul(Hyde Park, NY: New City Press, 1995), pp. 22-26, 27-29.
  21. Louis Abelly, The Life of the Venerable Servant of God Vincent de Paul (Three Volumes), (New Rochelle NY: New City Press 1993), translated and edited from the Premartin Edition of 1891, p. 118.
  22. Ibid.
  23. Ibid., p. 119.
  24. Ibid.
  25. David J. Nygren and Miriam D. Ukeritis, FORUS (Westport CT: Preager, 1993), pp. 91, 245.

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