En Akamasoa se empezaron a crear escuelas primarias, secundarias, a instancias de Pedro Opeka… Actualmente, hay más de 7.000 alumnos, sin contar las guarderías. También hay talleres escuela (carpintería, mecánica … ) que forman y dan trabajo a los jóvenes; talleres y escuelas de bordado, de artesanía… en las que las mujeres no sólo aprenden un oficio, sino que consiguen unos ingresos que les ayudan a sobrevivir.
Poco a poco las colinas que rodean el basurero se fueron llenando de hermosas casas, fabricadas con ladrillos y agradables para vivir. Lo que antes era un paisaje de basura y porquería se fue transformando en una auténtica ciudad, con jardines, flores, calles pavimentadas y limpias. Aquello se llamó Akamasoa («buenos amigos», en lengua malgache).
El P. Opeka cuenta con la ayuda de Manos Unidas, de la Comunidad Europea, del Principado de Mónaco y de otras muchas instituciones internacionales. Eslovenia y Mónaco lo han propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Ha recibido numerosos premios y galardones a nivel internacional, entre los que destaca la Medalla de la Legión de Honor, máxima distinción francesa.
Akamasoa es hoy un ejemplo de cooperación y solidaridad. Por toda su obra y por ese ejemplo de cooperación y solidaridad, Mundo Negro (Misioneros Combonianos) ha decidido otorgarle el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2007.