Parroquia de Zaragoza (1967)

Mitxel OlabuénagaHistoria de la Congregación de la Misión, Historia de la Congregación de la Misión en EspañaLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Aurelio Ircio · Fuente: Anales españoles 1967.
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El Director de ANALES aprovechó las vacaciones de verano para visitar gran parte de las Casas peninsulares de la Provincia para recoger alguna información de las mismas, especialmente de las novedades de que aún no se ha dado cuenta en las cróni­cas de ANALES. Claro es que la información no ha podido ser muy completa por varias razones: primera, que el tiempo apenas pasó de tres semanas; segunda, que los desplazamientos iban acoplados a necesidades de revisión o intervención del P. Pro­curador provincial, y en general tenía que ajustarse a sus planes; aunque no por eso tengo que agradecerle menos su cooperación, lo mismo que la fotográfica del Hno. Pato y en alguna ocasión también del Hno. Limia.

La primera salida, a mediados de julio, y que duró tres meses escasos, tuvo por hitos Teruel y Zaragoza. El objetivo para Teruel era buscar información y ponernos de acuerdo sobre lo que se ha de escribir con motivo del próximo Centenario de la fun­dación de dicha Casa. Pero la ausencia del P. Superior y también del Padre a quien él había encargado de estudiar el asunto hicieron para mí casi inútil el viaje. Así que al día siguiente salimos para Zaragoza.

Apenas estábamos entrando en la Ciudad de los Sitios, antes de llegar a la Feria de Muestras, me señalaron a la izquierda de la avenida una fachadita como de ermita, como la sede actual de la nueva Parroquia de San Vicente de Paúl, que era el objeto principal de mi investigación. Como la hora ya era algo avan­zada, no nos detuvimos, sino que dejamos su visita para el día siguiente. Ya al llegar a la casa principal de la Avenida de Goya nos dimos cuenta de que también allí desarrollan los Padres un culto bastante intenso, pero pronto se puede ver que no es muy necesario, pues a pocos pasos se encuentran otras, por lo menos, dos iglesias de más categoría y amplitud.

A la mañana siguiente, en efecto, y acompañados por el Párro­co P. Francisco Domingo, nos fuimos a ver el campo de su Parroquia de suburbio. Lo primero, la residencia de los PP., que está constituida por dos pisitos de un bloque moderno de casas; no dos pisos superpuestos, sino contiguos y comunicados al mismo nivel. Allí saludamos a los dos PP. Coadjutores, Domingo Coeli° y Eugenio García Espinosa, que nos obsequiaron con un refresco. Desde luego, todo se supone provisional, lo mismo que la iglesita misma en que actualmente se celebran los cultos, la que a continuación fuimos a visitar dando un paseo que nos pareció de cerca de medio kilómetro, demasiado para darlo varías veces al día. En el paseo nos sorprendió agradablemente el ambiente de familia que se respiraba. Estaban adornando las calles —de sólo tierra más o menos dura, fuera de algunas estrechas aceras— con colgaduras y festones de papel de color con farolillos pasan­do de parte a parte de la calle en preparación de la próxima fiesta del Patrón de la Parroquia, San Vicente de Paúl. Todos, a lo largo del paseo, saludaban constantemente al Párroco y acompañantes, la mayor parte de los niños, mujeres y aun hom­bres con que tropezábamos. La iglesia realmente parece una er­mita, pero ya hemos dicho que esperan sea provisional y que pronto, en un descampado contiguo, se levantará otra de gran capacidad, aunque sea prefabricada.

Antes de pasar a describir la Parroquia, material y formal­mente, digamos algo de su corta historia.

El primer documento que encontramos en nuestro archivo re­ferente a este asunto es un Certificado que creemos debe ser publicado en su integridad. Dice así :

 

DON FERNANDO PEREZ AYSA,

Presbítero, Canciller-Secretario de Cámara y Gobierno del Arzobis­pado de Zaragoza

Certifico: Que en el archivo de esta Secretaría de Cámara y Gobierno, de mi cargo se conservan originales los documentos que a continuación se transcriben literalmente:   Excmo. y Rvdmo. señor: La Visitadora Provincial y la Comisaría en Zaragoza, de la   Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, ante V. E. Rvdma., con veneración y respeto comparecen: Acaba- dos los brillantes actos que constituyeron la semana vicentina en la ciudad del Pilar, toda ella encaminada, bajo su sabia dirección a exaltar la figura del Gran Santo Español de la Caridad San Vicente de Paul, y en la que tomaron parte el Clero y Seminario, las más altas autoridades militares y civiles, y las clases sociales, a las que de una manera u otro les alcanzan los beneficios de la caridad que difunden en su Archidiócesis las Hijas de la Caridad, van a culminar con el acto académico dispuesto para la Universidad Literaria de Zaragoza, que tendrá lugar en el principio del curso académico próximo. Todo ello considerado nos alienta a suplicar a V. Excia. Revdma. como un modo permanente de espiritual recuerdo del tricentenario, que sin duda ha de atraer gra­cias de mayor protección del Santo Aragonés sobre toda su diócesis, decretaré que una de las Parroquias de nueva creación en la capital de su Sede, estuviera canónicamente bajo la advocación de San Vicente de Paul, cuya efigie en piedra ya recibió el honor de ser colocada en la hermosa fachada del Primer Templo Mariano. El honor que V. Excia. Revdma. dispensaría con ello a nuestra amada Congregación habría de servir para que las 20 Casas esta­blecidas en su Archidiócesis, bajo su pastoral dirección, se comprometieran a realizar de modo permanente en la nueva parroquia aquellas actividades que quisiera determinar a esas Comunidades y sus correspondientes alumnados; venerado encargo y gran honor para todas las Hijas de San Vicente de Paul, en España.

Aún me atrevería a solicitar de V. Excia. Revdma., que para antes de la fecha de cierre del Año Vicentino, e independiente del Decreto de erección y demarcación de la nueva parroquia, expidiera un documento previo en el que constase, que una de las nuevas parroquias de la ciudad, se titulara de San Vicente de Paul, y en ella las Hijas de la Caridad, habrán de realizar aquellos ministerios perroquiales que tenga a bien encomendar su Sagrada Persona.—Es gracia que constituirá uno de los mejores beneficios espirituales que puede reportar para la Con­gregación el presente Tricentenario en honor de San Vicente de Paul.—Dios guarde a V. Excia. Revdma. muchos años.—Madrid, a 17 le agosto de 1960.—Sor María Sanz.—Sor Mercedes Pérez.­»Rubricados.—Hay un sello en tinta de la Dirección de las Hijas de la Caridad, en España.—Excmo. y Revdmo. Sr. Arzobispo de   Zaragoza.

«Arzobispado de Zaragoza.—Zaragoza, a 14 de septiembre de 1960.—Con suma complacencia hemos leído y considerado el escrito que la Visitadora Provincial y la Comisaría en Zaragoza  de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul Nos han dirigido en súplica de que como recuerdo permanente de las fiestas vicentinas celebradas en esta ciudad, con ocasión de la con­memoración del tercer centenario de la muerte de San Vicente  de Paul, decretemos la erección de una parroquia en esta nuestra  ciudad Arzobispal, bajo la advocación y título de San Vicente de   Paul.—Al acusar recibo del escrito y petición, queremos anticipar nuestra gratitud por los ofrecimientos que se Nos hacen, a la   vez que manifestamos que las Hijas de la Caridad han prevenido nuestro propósito; pues en nuestro deseo de resolver la urgente   necesidad de las almas habíamos pensado dedicar una de las   nuevas parroquias que proyectamos erigir, a San Vicente de Paul  y pedir a la Compañía de las Hijas de la Caridad tomaran a su   cargo el patrocinio y ayuda de la misma. Aceptamos con satis   facción el ofrecimiento que se Nos hace y expresamos nuestro   propósito de erigir en su día en esta ciudad una iglesia parro­quial dedicada a San Vicente de Paul: encomendando a las Hijas  de la Caridad los servicios y ministerios de caridad que puedan realizarse en ella.—Dése traslado del presente decreto a la Visi­tadora Provincial de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, y archívese el original en el de nuestra Secretaría de Cá­mara y Gobierno.—Lo acuerda y firma Su Excia. Revdma. el Arzobispo, mi señor, de que certifico. i CASIMIRO, Arzobispo de   Zaragoza.—Rubricado—Hay un sello en tinta con las armas arzobispales—Por mando de Su Excia. Revdma. el Arzobispo, mi   señor: Dr. Luis Borraz, Canciller-Secretario. — Rubricado. — Reg.   folio 106, núm. 591.

Y para que así conste expido el presente, visado por Su Se­ñoría Ilustrísima el Vicario General, sellado con el de armas arz­obispales, en Zaragoza, a 15 de mayo de 1965.—Fernando Pérez Aysa.—Visto bueno: El Vicario General, Dr. Luis Borraz.

La petición de las Hermanas encontró eco cinco años después en el Excmo. Sr. D. Pedro Cantero, Arzobispo de Zaragoza, tan relacionado con la doble familia vicenciana, quien firmó el si­guiente Decreto:

DECRETO DE ERECCION DE LA PARROQUIA DE SANVICENTE DE PAUL

Nos el Dr. D. PEDRO CANTERO CUADRADO, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Zaragoza.

Visto el expediente de división de las parroquias de San Brau­lio, Santa Engracia y San Valero, en esta ciudad, y de la de Cuarte de Huerva.

Resultando: Que incoado el expediente de orden Nuestra por haber aumentado grandemente el número de fieles y resultar para muchos de ellos difícil el acceso a la actual iglesia pa­rroquial;

Resultando: Que, consultados el Excmo. Cabildo Metropoli­tano, el Ilmo. Sr. Arcipreste de Zaragoza y los Curas párrocos de las de San Braulio, Santa Engracia y San Valero, en esta ciudad, y de Cuarte de Huerva, han dado su voto favorable a la división y erección de que se trata;

Resultando: Que, pasado el expediente el M. I. Sr. Fiscal del Arzobispado, lo ha encontrado conforme con los disposicio­nes canónicas, reconociendo que aparece manifiesta la causa ca­nónica para la división de las parroquias de San Braulio, Santa Engracia, San Valero, en esta ciudad, y de la de Cuarte de Huerva ;

Considerando: Que entre las facultades del Ordinario del lugar está la de dividir las parroquias y crear otras nuevas, siempre que exista gran dificultad para que los fieles acudan a la igle­sia parroquial o sea excesivo el número de los mismos, de manera que no pueda atenderse convenientemente a su cuidado es­piritual;

Considerando: Que en el presente caso se han reconocido las dos causas canónicas de que se habla en el canon 1.427, a saber: el crecido número de feligreses y el difícil acceso de los mismos a la iglesia parroquial;

Considerando: Que la erección de esta parroquia llevará con­sigo un aumento de la contribución económica del Estado, por lo cual, y a tenor del artículo XI del vigente Concordato entre la Santa Sede y el Estado Español, la autoridad eclesiástica habrá de ponerse de acuerdo con la autoridad del Estado por lo que se refiere a dicha contribución;

Considerando: Que la nueva parroquia cuenta con unas cua­tro mil almas, con aumento próximo, y debe ser clasificada como de TERMINO, con derecho a dos coadjutores;

Vistos los cánones 1.427 y 1.428 del Código de Derecho Ca­nónico;

Venimos en decretar y decretamos la división de las parro­quias de San Braulio, Santa Engracia, San Valero, en esta ciu­dad, y de la de Cuarte de Huerva, y erigimos una nueva parroquia, enteramente libre de sus matrices, con el título de SAN VICENTE DE PAUL, y le señalamos como límites: partiendo del puente de Trece de Septiembre, sobre el río Huerva, se sigue por el eje de la avenida de Isabel la Católica hasta la carretera de circun­valación. Sigue por el eje de ésta hasta el camino de la Torre de los Pajaritos, límite de la parroquia de San Francisco Javier, y por el eje de este camino llega al ferrocarril de Caminreal. Por la vía férrea se continúa hasta alcanzar los límites septen­trionales del término de Cuarte y siguiendo dichos límites se llega al río Huerva, por él desciende hasta el punto de partida.

La dotación de la nueva parroquia estará constituida por la nómina y derechos de arancel que corresponden a las parroquias de TERMINO, y mandamos que el presente Decreto se publique en el   Boletín Oficial del Arzobispado» y en las puertas de las iglesias de San Brauilo, Santa Engracia y San Valero, en esta ciudad, y en la de Cuarte de Huerva, y disponemos que la nueva parroquio de SAN VICENTE DE PAUL comience a regir el día 1 de junio del año en curso.

Dado en nuestra Residencia Arzobispal de Zaragoza, a 1 de marzo de 1965.

PEDRO, Arzobispo de Zaragoza

Por mandato de su Excia. Rvdma., el Arzobispo, mi Señor:

FERNANDO PEREZ AYSA,

Canciller- Secretario

Apenas constituida canónicamente la nueva Parroquia y antes de la fecha en que había de entrar en funcionamiento, el señor Arzobispo se apresuró a ofrecerla a la Congregación, al mismo tiem­po que pedía a Roma la licencia para hacerlo así. Días después daba también un decreto autorizando el establecimiento de una Casa de la Congregación en el barrio Casablanca, emplazamiento de la nueva Parroquia. Aceptada en principio por el R. P. Visi­tador, previa la aprobación del M. R. P. General, aún se discutie­ron durante algún tiempo las bases de la entrega, que por fin fueron firmadas el 11 de noviembre por el P. Visitador y el mismo día de diciembre por el señor Arzobispo. Copiamos la primera y la novena, que son las que tienen interés:

«Primero.—El Excmo. Sr. Arzobispo de Zaragoza, previo indulto de la Santa Sede y oído el parecer del Excmo. Cabildo Metropolitano, con todas las forma­lidades prescritas en el Canon 1.428, p. I», erige en Parroquia, bajo la advoca­ción de SAN VICENTE DE PAUL, de nueva erección, entregándola pleno iure» (can. 452, 1.°) a la Comunidad de Padres de la Congregación de la Misión, la iglesia establecida en el barrio de Casablanca de esta ciudad; conviniendo desde ahora en que, al construir los Padres de dicha Congregación en la zona parro­quial de San Vicente de Paúl su iglesia propia, en ella quedará erigida definitiva­mente la citada Parroquia de San Vicente de Paúl.

«Noveno.—La Parroquia y beneficio parroquial se confieren a la Comunidad de Padres de la Congregación de la Misión   ad norman iuris et ad nutum Sanctae Sedis».

Entretanto, y sólo cinco días después de la fecha señalada para comenzar a funcionar la Parroquia, ya se hacía cargo de ella pro­visionalmente el P. Esteban Velasco, comenzando los cultos en el único local que se encontró en el término de la Parroquia, que era la arriba aludida ermita o capilla, amablemente cedida por la Dirección de la Empresa del Canal Imperial.

En noviembre ya tomó posesión de Párroco el actual, P. Fran­cisco Domingo, quien, con su actividad característica y con la ayuda del P. Remón, comenzó a buscar los elementos indispensa­bles para el trabajo parroquial: algún salón para la catequesis, medios de atracción para los niños, la misma casa parroquial y, sobre todo, el terreno conveniente para edificar la nueva iglesia y casa parroquial. Y esto, que es lo principal, no se acaba de so­lucionar.

La Parroquia es de gran extensión: unos 3.400 por 2.800 me­tros. La mayor parte está por ahora deshabitada, pero tiene gran­des perspectivas. En el momento de su erección se calculaba la población de la misma en unas 4.000 almas. La mayor parte son obreros. Unas 100 familias de militares en tres pabellones. Es zona residencial, con chalets. En su demarcación hay abiertos varios colegios y otros en proyecto: el Estadio de Deportes   Casablanca», de Acción Católica, cuatro campos de fútbol, seis pistas de tenis, dos frontones, pista de patinaje y varias piscinas.

El templo parroquial actual ya hemos dicho que es una ermi­ta muy pequeña y que ni siquiera pertenece a la Parroquia, sino a la Empresa del Canal Imperial. Tienen proyectada, como se in­dicó antes, una iglesia prefabricada de 475 metros cuadrados de extensión, incluida sacristía, despachos y sala de reuniones con capacidad para 100 asistentes.

El movimiento parroquial es notable. Los bautismos han ido aumentado notablemente: en el presente año, a mitad de julio, llevaban ya 115, cuando en todo el año anterior sólo fueron 56. Matrimonios, desde el comienzo, 22 en total. Las defunciones, muchísimas, por estar enclavado en la Parroquia el Deambulatorio. De los feligreses, todos, excepto uno, han muerto con Sacramentos. Comuniones, unas 1.000 al mes.

Terminaré estas notas copiando parte de una carta en que el P. Párroco informa al P. Visitador sobre sus trabajos y preocu­paciones:

«Quisiera informarle del movimiento actual de la Parroquia. Y no llamo Parroquia al edificio-piedra, que tanto tiempo me lleva en jaque sin poder alcanzar nada eficaz sobre el asunto, sino de la parroquia-persona.

Hace unos días nos visitó el P. Ircio para informarse del mo­vimiento parroquial, y se llevó los datos estadísticos de la misma, que creo aparecerán en los próximos ANALES. Pero eso para mí son datos fríos que me dicen muy poco, ya que el problema del ambiente y mentalidad no se transforman en dos días. La Parroquia ya va formando ambiente de Comunidad, que es vital. Siempre he pensado que la carencia de locales, iglesia y salones acomodados me impelían a realizar una urgente labor pastoral personal, y con este fin me dediqué a visitar familias, enfermos y a realizar de lleno la campaña de hablar con todos por las calles. Sé que un porcentaje muy grande no frecuentan la iglesia, pero han iniciado un diálogo de amistad y desterrado el respeto hu­mano de hablar con el sacerdote. Salgo a pasear muchas veces con ellos sin dificultad por parte de ellos.

Lo más importante ha sido la dedicación intensa para formar a los niños. Sabía que, queriendo a sus hijos, ellos se irían acer­cando, a pesar de estar repletos de prejuicios. Hoy se dan cuenta de que no se les trata como cosas; antes bien, se les mima como a miembros de la familia. Se ha hecho que las siete misas do­minicales se vean repletas en esta iglesia de juguete, que se va convirtiendo en ridícula. Sé que la Parroquia no es la iglesia-tem­plo, pero se requiere y hoy se hace indispensable para que puedan cumplir con lo fundamental en un barrio que crece vertiginosa­mente, y conviene ponerse en contacto en un principio. Lo que ahora puede costar unos meses teniendo medios, después costará muchos años.

Después de dos años de trabajo se ha concluido el censo pa­rroquial, realizado por cuatro Asistentas Sociales que generosa­mente han venido sin esperar una peseta. A la catequesis vienen cuatro Hermanas y unas 25 señoritas. Las Asociaciones ya están en marcha: Conferencias de San Vicente de Paúl, Acción Cató­lica con algunas de las Ramas especializadas, Caritas, etc…

Hace unos días me comunicaron de la Curia que el Canal Im­perial les notificó que ellos por sí mismos no podían resolver la cesión de la plaza donde se iba a construir la iglesia prefabricada. Hace falta autorización de dos Ministerios de Madrid. Lo antes que se pueda comenzar a construir será de un par de años…

Francisco Domingo.»

Esperemos que las dificultades se resuelvan más pronto. Es cosa sabida que las obras de Dios han de pasar por un período de tribulación y de dificultades. Pero dice San Vicente que,   cuan­do faltan los medios humanos», entonces es cuando Dios acude con su ayuda». Esperamos que así suceda en la Parroquia de San Vicente de Paúl de Zaragoza.

A. IRCIO

 

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