Bajo la denominación de Misioneros Vicencianos se hace referencia en este artículo al carisma misionero de los Padres Paúles, Hijas de la Caridad y Misioneros Seglares Vicencianos. Una galería de hombres y mujeres de talla excepcional que se encuentran allí donde más se les necesita –entre los perseguidos, huérfanos, hambrientos, enfermos, esclavos, encarcelados, humillados…–. Son anunciadores y testigos de la predilección de Dios por los más pobres.
Vocación misionera de los Paúles
Vicente de Paúl, el gran fundador, respondió con generosidad a la llamada de Dios para evangelizar y socorrer a los pobres de cualquier parte del mundo donde se encuentren. Empezó su «misión popular» en un señorío feudal, pero pronto esa misión se haría universal. «Nuestra vocación consiste en ir –diría S. Vicente– no sólo a una parroquia, ni sólo a una diócesis, sino por toda la tierra». «Esta pequeña Compañía ha sido educada para estar en disposición de dejarlo todo e ir a países de infieles cuando el Papa lo quiera».
En su tiempo envió misioneros a Irlanda, Túnez, Argel, Islas Hébridas, Escocia y Madagascar. «Entreguémonos a Dios para ir a encender el fuego divino del Evangelio por todas las naciones donde los pobres nos necesitan». «Yo mismo, aunque ya viejo, estoy dispuesto a marchar a las Indias aunque tenga que morir en el empeño».
Las Hijas de la Caridad misioneras
«Ser buenas Hijas de la Caridad significa ir a socorrer a los pobres donde Dios quiera, a África, a las Indias». «En Madagascar nuestros Padres nos piden que les enviemos algunas Hermanas para hacer más completo el Evangelio». (Sta. Luisa de Marillac, primera Hija de la Caridad y Cofundadora de la Compañía).
Las Hijas de la Caridad se fueron incorporando gradualmente al trabajo misionero. Y actualmente, en sus Constituciones, puede leerse: «La Compañía es misionera por su naturaleza». Actualmente hay unas 24.000 distribuidas por todo el mundo.
Misiones con historia
Durante el siglo XVIII tuvieron gran importancia las misiones atendidas por los misioneros vicencianos en Turquía, Persia y Siria. Hoy son misiones con muchas dificultades.
También las misiones en China tuvieron especial desarrollo, con cerca de 300 misioneros. Hasta que el vendaval de la revolución comunista arruinó casi todo el trabajo misionero. Algunos padres y hermanas pasaron a Taiwán, donde actualmente siguen su tarea evangelizadora y caritativa.
Unos pocos continúan su difícil trabajo misionero en el continente chino. Decía recientemente el superior general: «Nuestra misión actual en el continente es de simple presencia. Aparte de la docencia no pueden ejercer ningún ministerio religioso públicamente». «Me he entrevistado con varios cohermanos. Uno de ellos ha pasado 20 años en la cárcel. He visitado también a un grupo de Hijas de la Caridad muy ancianas todas; una, de 96 años. Y en otro lugar –que tampoco puedo citar– una Comunidad de 25 hermanas. Viven muy pobremente, pero permanecen fieles, están contentas, y hacen lo poco que pueden».
Paúles e Hijas de la Caridad de España, hace 80 años, se hicieron cargo de un territorio misional en la India: La Misión de Cuttack. Acaban de entregar «el testigo de la fe» a los católicos nativos indios: tres diócesis, con sus respectivos obispos y 150 sacerdotes diocesanos; dos Provincias canónicas de Padres Paúles, con 153 misioneros; dos Provincias canónicas de Hijas de la Caridad, con 253 hermanas.
Misioneros laicos Vicencianos
Los jóvenes de la Familia Vicenciana se agrupan en la organización internacional de Juventudes Marianas Vicencianas (JMV). Con unos 65.000 miembros en los cinco continentes. La dimensión misionera se vive con especial ilusión y fuerza.
Uno de los retoños de JMV ha sido MISEVI (Misioneros Seglares Vicencianos), con casi 20 años de antigüedad y Estatutos Internacionales aprobados por la Santa Sede hace unos cuatro años. Su finalidad, preparar misioneros laicos vicencianos para trabajar en misiones ad gentes. Les proporciona formación, un lugar de trabajo misionero, un ambiente comunitario, apoyo material y espiritual, y ayuda en la reinserción en su propio país cuando regresan de la misión. En su Asamblea General de enero de 2001 participaron 70 personas de 16 países.
Después de cuatro años de trabajo se acaba de promulgar, para toda la Congregación, un documento misionero de excepcional importancia: Ratio Missionum. Reorientación, actualización y animación misionera para el siglo XXI. Sus frutos se verán pronto.
Para la animación misionera –información y formación– y ayuda a los misioneros, las misiones vicencianas de España se sirven, de un modo organizado, de AMVE (Acción Misionera Vicenciana Española), que actúa en nombre y por delegación de todos los visitadores y visitadoras provinciales. Como órgano de información publican la revista misionera Caminos de Misión.
Misioneros Vicencianos hoy
En el continente africano, los misioneros paúles trabajan en 11 países: Argelia, Burundi, Camerún, Egipto, Kenia, Madagascar, Mozambique, Nigeria, R.D. del Congo, Ruanda y Tanzania. Con un total de 262 misioneros. En Asia trabajan en: China, Filipinas, India, Indonesia, Irán, Líbano, Siria, Taiwán y Vietnam. Un total de 408 misioneros.
Las Hijas de las Caridad están presentes en África: Angola, Argelia, Burundi, Congo, Chad, Egipto, Eritrea, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Libia, Madagascar, Marruecos, Mozambique, Nigeria, R. D. del Congo, Ruanda, Sierra Leona y Tanzania. Con un total de 913 hermanas.
De Asia, se encuentran en China, Filipinas, India, Irán, Taiwán y Vietnam. Un total de 1.685 hermanas.
También trabajan en algunas zonas de especial pobreza en varios países de América Latina.