Hoy, 2 de agosto [1659]1
Aquí tiene la carta de la señora de Bouillon2 que he recibido esta mañana, y me ha parecido que tenía que contestarle con rapidez; se la envío para saber si su caridad encuentra bien lo haga en esa forma.
La Sor Renata de quien habla es la del rumor de aquel buen eclesiástico, a la que hemos hecho venir aquí en dos ocasiones diversas y a la que dicha señora quiso que le dejáramos mientras ella estuviera en el campo. Si le parece a su caridad considerar todas estas circunstancias y que el hecho de que pidan otra, puede ser con el fin de dejar a ésta siempre allí, como lo desea. Hace ya más de un mes que me habían dicho que no salía del palacio, y es costumbre de la señora mandarlas ir allí con frecuencia para que le den conversación, y ésta sabe hacerlo.
No tenemos a nadie que conozca al señor Pietre, cuyas conclusiones pueden o perjudicarnos o favorecernos mucho. ¿Nos atreveríamos, mi muy Honorable Padre a suplicar a su caridad que le enviase a alguien de su parte? Hoy se reúnen hacia las dos de la tarde para tratar del asunto de las fuentes3. Me han dicho que debe de vivir por San Juan4; mandaré a preguntar allí y Hermanas al Ayuntamiento. Su caridad hará lo necesario con Nuestro Señor para que consigamos lo que nos conviene, y también nos bendecirá por su santo amor, creyéndome, mi muy Honorable Padre, su muy humilde.