Luisa de Marillac, Carta 0657: A mis Hijas de la Caridad

Francisco Javier Fernández ChentoEscritos de Luisa de MarillacLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Luisa de Marillac .
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Siervas de los Pobres Enfermos

Hospital de Ussel Lemosín.

Hoy, 26 de octubre de 16581

Mis queridas Hermanas2:

Por fin, la buena señora Duquesa3 ha llegado a París; no he tenido el honor de verla hasta anteayer en que se tomó la molestia de venir aquí y me dijo que me había escrito cinco veces desde que había marchado; no obstante, yo no he recibido más que una sola carta suya. Alabo a Dios con todo mi corazón por el bien que se ha dignado hacer ahí por medio de dicha señora y por los medios que ella les ha dejado para que lo continúen, aunque no alcanzan todavía la medida del deseo que tiene de aliviar a los pobres. Ha obrado con prudencia dando orden para que se conozcan bien las necesidades; me ha dicho que han estado ustedes siempre con (ellos), lo que le ha servido de gran consuelo.

Quizá encuentren ustedes extrañas las comidas de esa tierra que consisten en sopa hecha con aceite. Pero cuando vean que es la costumbre del país y que la persona a la que creo aprecian ustedes más4, apenas sale de una enfermedad, toma sopa hecha con aceite para que le vuelva el apetito, ya no tendrán ustedes tanta compasión a esas gentes. En fin, la buena señora Duquesa espera que la caridad de ustedes dará ahí mucho fruto, y yo siempre lo he creído así. Sabiendo las oposiciones que hay, han obrado ustedes con prudencia contentándose con lo que la señora les ha dejado; porque sé muy bien que su intención no es la de que sea para todo el año, pero de todas formas, la libertad que les ha dado de pedir más si lo necesitan, basta.

Les enviamos dos jeringas y cuatro pistones, como nos han pedido. Como nos indican que sea barato, no les enviamos tarros porque no los venden por menos de 32 sueldos cada uno. Podremos enviárselos también en otra ocasión que no sea esta; las dos jeringas y los cuatro pistones cuestan 8 libras. Sor Eduvigis, no me ha contestado usted a lo que me decía de su hermana; ya me informaré yo más detenidamente. Les ruego me den noticias suyas lo más a menudo que (puedan).

Su muy humilde hermana y afectísima servidora.

P.D. Supongo que los motivos de disipación del espíritu que han tenido, ahora les servirán para mayor recogimiento y sujeción de la curiosidad, como no sea para las cosas que pueden servir a su perfección. Le ruego, Sor Eduvigis, que cuando cante usted para distraerse juntas, ponga cuidado en que no la oigan los de fuera. Ya sé que enseñará todo lo que pueda a las niñas pobres, acordándose de que lo más necesario es lo relativo al conocimiento de Dios y su amor. Y también, querida Hermana, que, como verdadera Hija de la Caridad, tomará usted todo lo que le diga la que en la tierra le representa a su verdadera (Madre) del Cielo, sin atribuirle doble explicación, sino con la sencillez que Nuestro Señor le recomienda.

Les envío las jeringas por conducto de la señora Duquesa: ella y su camarera han tenido la bondad de encargarse de ellas.

  1. C. 657 Rc 3 It 598. Letra de Sor Guérin. Firma y P. D. de santa Luisa. Carta firmada.
  2. Ana Hardemont (ver C.120 n. 2) y Eduvigis Vigneron (ver C. 642 n. 3).
  3. La Duquesa de Ventadour (ver C. 306 n. 6).
  4. Es probable que aluda a San Vicente, oriundo de una región muy próxima (Nota de la traductora).

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