Luisa de Marillac, Carta 0440: Al señor Vicente

Francisco Javier Fernández ChentoEscritos de Luisa de MarillacLeave a Comment

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Author: Luisa de Marillac .
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(septiembre 1653)1

Me equivoqué al decir que uno de los Padres de los Pobres se había ofrecido para acompañar al señor Alméras2 a ver al señor Obispo de Nantes: sólo le aconsejó que fuese a verle.

Pero al final de la última carta del señor Alméras, dice que acaba de estar tratando el asunto con el señor de Beaupréau3 y que han resuelto hacerlo sin hablar de ello al señor Obispo, por algunas razones que indica; que posiblemente dicho señor Obispo gritaría un poco a su regreso, pero que no pasaría de ahí y que todo recaería sobre él, el señor de Beaupréau, pero que estaba decidido y sabía qué contestar; esas son sus propias palabras.

En cuanto al artículo de la distribución de los oficios, la opinión del señor Alméras es que sea la Hermana Sirviente quien siga teniendo el encargo de ello, y yo lo creo absolutamente necesario para mantener la paz y para poner a la Hermana Sirviente en la situación de tener efectivamente que dirigir a las demás, y esto puede entenderse más como acto de obediencia espiritual que temporal; y aunque hasta ahora parece que los Padres4 no han querido intervenir más que en el asunto del vino y también en el de las desavenencias, si se les concediera a ellos,5 irían metiéndose en todo lo demás uno tras otro. Una Hermana Sirviente sabrá hacer aprobar lo que hace a aquellos señores Padres que quisieran indignarse por su gobierno, si se comporta siempre con prudencia y respeto en todas las demás funciones de su cargo.

¿No estará el Señor Alméras en el momento de marchar nuestras Hermanas?6 Me parece sería muy necesario.

¿No hay que decir nada de Hennebont?7

  1. C. 440 Rc 2 lt 373. Carta autógrafa
  2. El señor Alméras (ver C. 197 n. 2), está pasando visita en Nantes.
  3. Señor de Beaupréau, administrador del Hospital de Nantes.
  4. Los Padres de los Pobres: los administradores.
  5. La distribución de los oficios
  6. Ana Hardemont y Luisa Michel han de salir de Nantes, llamadas a París.
  7. Marta Dauteuil había marchado a Hennebont, como se explica en su nota biográfica (C. 178 n. 1). Los administradores de Nantes la reclamaban.

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