Luisa de Marillac, Carta 0379: A Sor Juana Lepintre

Francisco Javier Fernández ChentoEscritos de Luisa de MarillacLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Luisa de Marillac .
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Hija de la Caridad, sierva de los pobres enfermos

Nantes

(hacia agosto de 1651)2 sobre el asunto del que me dice usted no puede hablarme; pero no tiene el menor recuerdo de nada, así que le suplico, querida Hermana, me escriba con más claridad. Sus cartas me son entregadas puntualmente, y además, si tiene usted ahí al señor de Annemont,3 le será todavía más fácil. Ruego a Dios que nuestras queridas Sor Marta4 y Sor Luisa5 estén aliviadas, pero me parece sería mejor, querida Hermana, que no le pidieran ya más hacer ninguna peregrinación.

La compadezco, querida Hermana, de que no haya usted hecho Ejercicios Espirituales desde que está en Nantes. El Señor Vicente, a quien he comunicado su carta, dice es preciso se tome usted tiempo para hacerlos. Le diré cómo he hecho yo un poco antes de Pentecostés por orden de nuestro Muy Honorable Padre; me dijo que tomara cinco o seis días, después de haber dejado resueltas las cosas más urgentes, para emplearlos en ello, descargándome de las cosas ordinarias en nuestra Sor Asistenta. No quiere decir que en caso de necesidad, en algunos momentos, no hablase de las cosas que podían surgir, y puedo asegurarle, querida Hermana, que nuestro buen Dios suplía lo que a mí me faltaba, cosa que hace con todos, más todavía que conmigo, puesto que suelo llevar tan pocas disposiciones para recibir sus gracias.

No hay más que resolverse a tomar ese tiempo, y esté usted segura de que a nadie va a parecerle mal. Puede usted confiar el cargo de las demás a Sor Enriqueta,6 a no ser que el señor Vicente le haya dicho algo a ellas, o a usted, que pueda impedirlo; quizá esa confianza que le demuestre usted apacigüe su espíritu. Si no lo juzga usted a propósito, ponga los ojos en otra. Le ruego, querida Hermana, que salude respetuosamente al señor de Annemont de mi parte, y muy cordialmente a todas nuestras queridas Hermanas, de las que soy, como de usted también, en el amor de Nuestro Señor, mis queridas Hermanas, su humilde hermana y servidora

P.D. Rece y haga rezar a nuestras Hermanas por la conservación de nuestro Muy Honorable Padre.

  1. C.379 Rc 3 It 326. Carta autógrafa)

    Mi querida Hermana:

    Sus dos últimas cartas me han producido singular interés; pensaba poder.tener una aclaración por parte del señor Lamberto1El señor Lamberto (ver C.22 n.1), acaba de hacer la visita, en el mes de junio

  2. El señor de Annemont (ver C.189 n.4).
  3. Marta Dauteuil (ver C.178 n.1).
  4. Luisa Michel (ver C.406 n.3).
  5. Enriqueta Gesseaume (ver C. 86 n. 1, 1).

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