La integración de la familia en la misión

Francisco Javier Fernández ChentoMisiones «Ad gentes»Leave a Comment

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Autor: Antonio Ruiz Barbacil, C.M. .
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La presente ponencia intenta ser un ejemplo vivo de dar misiones rurales involucrando a toda la familia, desde la fase pre-misión hasta la predicación de la misión como tal. Ofrezco dos modelos, el uno para usarlo en la Iglesia Parroquial, y el otro en las casas de las familias. El primero contiene un plan de acción para la pre-misión más elaborado que el segundo, si bien el anuncio en el boletín parroquial, el énfasis en la oración por el éxito de la misión y otros medios de publicidad anunciando la misión son exactamente lo mismo. En cada uno de ellos el contenido es diferente y lo mismo la forma.

Modelo uno

La misión parroquial empieza varias semanas antes con el anuncio. El personal de la Parroquia la planifica después de haber sido recomendada por el Consejo Parroquial y por el Párroco mismo. Los niños, jóvenes, y padres de familia disribuyen los folletos preparados por los ministros de la juventud a los vecinos, a familias que residen en distintas calles, bloques de pisos y apartamentos, a las entradas del metro y de los super-mercados, etc. Pueden ponerse los anuncios también en los escaparates, barberías, salones de belleza, centros comerciales y otros lugares de reuniones. Si se da la misión en zonas rurales donde habitan obreros emigrantes se pueden distribuir los folletos a la gente del campo en los lugares del trabajo anunciandoles el acontecimiento parroquial. Si hay posibilidad, el equipo de la pre-misión lanza por radio noticias sobre la Misión. Una vez que lleguen los misioneros pueden hacerlo ellos directamente desde la estación de radio.

Durante todo este tiempo las familias de la parroquia en conjunto planifican, piensan, dialogan y rezan por la Mision inminente. Se piden oraciones a la Legión de María, a los Grupos de Oración, para que los misioneros lleguen a santificarse y se llene la iglesia de ovejas perdidas, de alejados, de tibios, y de quellos que necesitan crecer en la fe y obtener la salvación.

El tiempo fuerte de la Misión empieza con cánticos y oraciones. El canto congregacional es muy útil para captar al pueblo y para despertar entusiasmo por las actividades de la misión. El sacerdote entra a la iglesia en procesión acompañado por el lector, el presentador de las familias, los jóvenes y otras personas mostrando objetos de testimonios, y niños con banderas y material de proyección visual que se va a utilizar en la presentación oficial. El grupo de familias está presente desde el principio de las ceremonias de la apertura de la Misión y permanece allí tomando parte activa en todas las actividades que el equipo misionero les haya asignado de antemano. Después de una oración preliminar dirigida por el que preside, el lector proclama la Palabra de Dios, a continuación el misionero presenta el tema – un asunto de familia -, hace resaltar algunos puntos y a continuación se sienta. Uno o ambos padres salen a presentar un tema, por ejemplo violencia familiar. Explican cómo la violencia puede ser física, emocional, sexual, verbal etc.. poniendo algunos ejemplos. A continuación un jóven, una jóven o ambos salen al estrado y dan testimonio de cómo les ha afectado esa conducta de violencia familiar en sus vidas y cómo se sentían ellos entonces y ahora. Hablan de las cicatrices que ha dejado en sus personalidades: miedos, insomnia, ausencia de propia estima, rechazo, enojo etc.. Explican también cómo estas familias rotas producen un efecto desfavorable en el desarrollo de las relaciones familiares y cómo facilmente termina la familia en protegerse y fortalecerse para su seguridad en pandillas callejeras. Mientras tiene lugar toda esta presentación, los niños muestran a la asamblea material de promoción como posters etc. Se puede invitar a los niños a que cuenten alguna historieta. Todo esto contribuye a crear un ambiente propicio para captar la atención de la gente.

En algunos casos, los jóvenes presentan alguna obra teatral o alguna película con escenas de violencia doméstica, de drogas, de borrachera o de sexo. En estas presentaciones, los niños pueden ofrecer alguna contribución con bailes, pantomimas, despliegue de banderas etc. como telón de fondo mientras el relator da sus explicaciones.

Una vez que la asamblea ha llegado a comprender el problema, el misionero expone a la gente la manera de proceder. Bien puede exponer la actitud de desengaño al no recibir ayuda esperada, o bien puede presentar la actitud del que dice que no tiene ninguna dificultad, o que puede producir su propia transformación por si mismo y sin necesidad de nadie. A continuación invoca al nombre de Dios probando cómo sometiéndose a su poderosa intercesión podemos cambiar nuestra vida. Necesitamos el apoyo y la animación de otros y por eso es sumamente importante formar grupos parroquiales, celebrar sesiones de formación bíblica, reuniones de oración y servicios litúrgicos, visitar a los enfermos, practicar el voluntariado en la parroquia y en la comunidad, y apuntarse a los ministerios de la Familia Vicenciana.

La sesión termina cantando toda la asamblea algún cántico apropiado a su cultura y a su habilidad linguística. Otros temas de gran interés podrían ser aficiones de la familia a televisión. dinero, centros comerciales, salidas de compras y ventas, o bien salir echando un vistazo a los escaparates para quitar el aburrimiento, o ausentarse de la bebida, de las drogas, de la violencia juvenil, de las cuadrillas callejeras, etc. etc..

Es conveniente involucrar a toda la familia en la preparación de las oraciones y selección de cánticos, en la organización de juegos y de sesiones de cantos. El canto congregacional es la mejor manera de unir los sentimientos de la asamblea. Hay que animarles a que alaben a Dios con las manos y con los sentimientos emocionales del cuerpo. Es conveniente que haya uno dirigiendo el cántico en frente de la asamblea gesticulando con sus manos, e invitando a la asamblea a que imite todos sus movimientos. Asegurarse de que disfrutan lo que están haciendo.

Modelo dos

 

Este modelo es para usalo en las casas de las familias. Se empieza con un equipo de dos o tres personas. Son fieles católicos y entusiastas de compartir su fe con otras personas. El cabeza de familia envia una invitación a sus vecinos para que se reunan en su casa, donde los recibe el sacerdote con la celebración de la Misa. Los invitados pueden ser miembros de familias amigas. El equipo les explica que por razón del sacramento del Bustismo tienen obligación de extender la Buena Noticia a otros. Los dias siguientes las sesiones empiezan con oraciones, cánticos o el rosario en vez de empezar con la celebración de la misa. A continuación discuten sobre temas de catequesis utilizando el «Catecismo Ilustrado», Enseñanzas Católicas Esenciales, Catholic Book Publishing Co. N.Y. Este es un catecismo de preguntas y respuestas, de uso fácil. Es muy sencillo, claro, breve y manejable. Un miembro del equipo hace preguntas a los adultos y estos le preguntan a él. La razón de este proceso es aprender las respuestas adecuadas relacionadas con las verdades fundamentales de nuestra fe, en una manera sistemática, no improvisada y progresiva. Sigue la instrución de Juan Pablo II en «Catechesi Tradendae, 21»: «La Catequesis Cristiana debe encargarse de la doctrina fundamental, sin tratar de abordar todas las cuestiones controvertidas o transformarla en una investigacion teológica o en una exégesis científica; sin embargo, debe ser lo suficientemente completa, sin que se quede corta a la proclamación inicial del Misterio de Cristo tal como le tenemos en el kerigma; debe ser una iniciación cristiana integral, abierta a todos los ámbitos de la vida cristiana». También se usa «El Manual para el Católico de Hoy», con «Referencias al Catecismo de la Iglesia Católica», Liguori Publications. Los mocitos y niños adolescentes pueden estar presentes durante la sesión. En caso de que alboroten o reusen seguir el orden prescrito se les puede poner en otra sala donde un miembro del equipo les enseña pasajes de la biblia u otros temas adaptados a su capacidad. El mismo método de preguntas y respuestas puede aplicarse también en este caso.

Es muy conveniente terminar con una oración donde la gente se sienta con la obligación de expresar y elevar sus necesidades a Dios. En estos casos es fácil invitarles a rezar ya que todos, más o menos, se encuentran en necesidad de algo para ellos mismos o para otros; algo referente a su salud, sufrimientos, penas, problemas familiares, trabajo, estudios de sus hijos, aspiraciones hacia el futuro, etc., etc.. El equipo ha de asegurarse de que todos tienen oportunidad de decir algo, bien en forma de oración de petición o de acción de gracias. Sin prisa. Terminan con un cántico y el beso de paz.

En este método de evangelización, los alejados empiezan a preguntar a los miembros del equipo…¿cómo podría bautizar a mi niño?. Me gustaría celebrar mi matrimonio en la Iglesia. ¿Cómo podría celebrar Lupita su Primera Comunión?. Tengo una hija que está embarazada y no tenemos dinero para sufragar los gastos del nacimiento del niño…¿podría pagarnos la factura del hospital y los gastos de todo lo que sigue?. La madre es una niña. ¿Cómo podría ayudarnos la Iglesia?. Estas y otras preguntas son respondidas por los misioneros seglares quienen a su vez los refieren a los que tienen acceso a recursos Parroquiales, Diocesanos o de la Comunidad Local.

En este modelo de Misiones Populares, el equipo se convierte en lazo de unión entre la Parroquia y la gente, trayéndoles no solo el Evangelio de Jesús, sino también impartiéndoles información sobre mil cosas de gran utilidad para ellos. Obrando de este manera, muestran que la Iglesia se preocupa de todo su ser, no sólamente de sus almas; y que su misión es tambien construir comunidad y establecer lazos de amistad. Esta es una manera de organizar la evangelización permanente en la prroquia por medio de estas pequeñas «celdas parroquiales». Terminada la misión en este casa, uno de los miembros de la familia forma otra pareja con otra persona que ha tomado parte en anteriores grupos de familias y el mismo proceso continúa en otra casa que se inicia también con la presencia y la misa del Párroco.

Para la formación del equipo, es conveniente que las dos o tres personas que lo compongan hayan experimentado la conversión inicial y profundicen en ella por medio de una sólida formación. Esto se obtendrá enviandoles a que hagan un Cursillo de «Vida Interior», Encuentro Matrimonial, o a cualquier otro tipo de retiro espiritual donde la gente se encuentre cara a cara con Dios y su destino final, y donde se fortalezca para salir al mundo y cambiarlo.

En estos tiempos en que escasean los sacerdotes misioneros, este modelo de misión es sumamente conveniente para que los seglares tomen parte activa en el proceso de evangelización utilizando los recursos, el tiempo y los talentos de la gente misma. Una vez que estos misioneros seglares se sienten importantes en estas actividades, llegan a entusiasmarse y son leales y solícitos. Mirando al siglo XXI, este último modelo de evangelización es una herramienta poderosa en las manos de los seglares bajo el paraguas del Párroco o del Asistente del Párroco.

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