- «HAY EN PARÍS CUATRO CASAS QUE HACEN LO MISMO: EL ORATORIO, SAN SULPICIO, SAN NICOLÁS DU CHARDONNET Y ESA MISERIA DE BUENOS HIJOS»
El Diario de los últimos días de san Vicente recoge la visita que le hace el superior de Bons-Enfants, el sábado 18 de septiembre de 1660, y las reflexiones expresadas por el Fundador:
Hay en París cuatro casas que hacen lo mismo: el oratorio, san Sulpicio, san Nicolás du Chardonnet y esa miseria de Bons-Enfants.
Los de san Sulpicio tienden y hacen todo lo posible por elevar los espíritus, por desprenderles de los efectos terrenales, por llevarles a las grandes luces y a los sentimientos elevados; vemos que todos los que han pasado por allí tienen mucho de eso, disminuyendo en unos y aumentando en otros; y no sé si ellos enseñan escolástica.
Los de san Nicolás no elevan tanto, pero tienden al trabajo de la viña, a hacer hombres que trabajen en las funciones eclesiásticas, y para eso se fijan: 1.0 en hacer siempre prácticas; 2.° en ser humildes, barrer, lavar los cubiertos, fregar, etc.; y así disponen de medios, ya que la mayor parte están gratis; y por eso lo hacen bien.
El Oratorio, dejémoslo; no hablemos de eso.
De todas esas cuatro casas la que tiene mejores resultados, sin duda, es la de san Nicolás, en donde son todos como unos pequeños soles; nunca he visto a nadie que se queje de ellos, sino que edifican a todos.
Esa es, pues, la más útil; y hemos de procurar imitarles en todo. Ya sabe usted que no enseñaron jamás escolástica, sino solamente moral y conferencia de prácticas; por eso yo me inclino mucho a pedirle a Dios que nos dé la gracia de seguirles.
Estas reflexiones de san Vicente de Paúl nos obligan a acercarnos a los Seminarios citados y descubrir algunos de sus rasgos. Podremos así apreciar las características de los Seminarios dirigidos por la Congregación de la Misión.
En 1642, el Padre Condren, del Oratorio, abría los Seminarios de Saint-Magloire, Roueny Toulouse. Según informe del P. Bourgoing, los catorce jóvenes eclesiásticos reunidos en Saint-Magloire estudian teología moral, predicación, método catequístico, ritual y administración de los sacramentos, canto, ceremonias… Los Seminarios del Oratorio no tuvieron demasiada fortuna: cenaron pronto los de Rouen y Toulouse y el de Saint-Magloire en París no llegó a tener fuerza durante los años en que vivió san Vicente de Paúl.
Adrián Bourdoise había concebido un tipo especial de Seminario: el Seminario parroquia], anexo a la casa del párroco, para preparar a las funciones parroquiales de forma práctica. El Seminario de san Nicolás du Chardonnet recibía en pensión a clérigos y sacerdotes, niños, jóvenes, e incluso (hasta 1641) personas que no tenían ninguna aspiración a la vida sacerdotal. Estudiaban las humanidades, reflexionaban sobre su vocación, se preparaban para la tonsura y las Órdenes. Los sacerdotes recién ordenados aprendían en la parroquia de san Nicolás las ceremonias de la Misa, las rúbricas del breviario y del misal; si venían de otras diócesis, debían superar un examen. Desde 1637 hasta 1642, una Bolsa clerical permitió hospedar y formar gratuitamente durante un año a 118 eclesiásticos pobres. Entre 1641 y 1644, frecuentaron san Nicolás más de 500 sacerdotes.
Juan Jacobo Olier recibió en enero de 1642 a los tres primeros seminaristas en Vaugirard. Era su proyecto recibir únicamente a eclesiásticos que hubieran completado las humanidades. El Seminario no recibía a jóvenes que no pudieran pagar su pensión. Trasladado a san Sulpicio en agosto de 1642, en territorio dependiente del abad de Saint-Germain-des-Prés y no del Arzobispo de París, prolongó el seminario parroquial de Bourdoise, pero concediendo también una gran importancia a la formación teórica.
Christóbald’Authier de Sisgau, fundador de los sacerdotes del Santísimo Sacramento, continuará la primera propuesta del seminario conciliar: aprendizaje del hebreo, griego y latín; posteriormente, dedicación a las bellas artes y a la filosofía; y finalmente, estudio de la teología positiva, escolástica, moral, derecho canónico y práctica de la controversia, la música sacra, ceremonias y administración de los sacramentos; además tendrán que aplicarse a conformar sus costumbres a las leyes eclesiásticas y elevar su espíritu a la altura de vocación tan sublime. La institución podrá recibir a jóvenes pobres y asegurarles, de sus fondos, todo lo necesario. El Seminario, sin ser éste su objetivo principal, podrá acoger también a los ordenandos durante veinte días antes de la ordenación. Los comienzos resultaron bien. Pero san Vicente no se mostraba demasiado optimista en relación con el futuro de esta forma de seminario, según hemos visto.
- Los SEMINARIOS: LA RE-CONFIGURACIÓN DE LA INSTITUCIÓN
Si queremos recapitular los datos recogidos en estas páginas, nos damos cuenta de la pluralidad de significados y de realidades que va adoptando el concepto de Seminario.
- Seminario Conciliar: un cierto número de niños, a partir de doce años, y clérigos en la misma casa.
- Seminario para Ordenandos: clérigos durante unos meses y después hasta un año antes de la ordenación (el tiempo de permanencia en el Seminario se va prolongando progresivamente).
- Seminario de reforma: sacerdotes «vagos» o sin dinero que pueden vivir allí y recibir formación.
- Seminario para eclesiásticos y candidatos adultos: clérigos o adultos que se preparan al sacerdocio.
La terminología hoy común de Seminario Menory Seminario Mayor aparecerá al final del siglo XVII y sobre todo en el siglo XVIII, pero no es una terminología que pueda aplicarse a los Seminarios que existieron en Francia durante la vida de san Vicente.
La evolución de los modelos, incluso dentro del mismo edificio o en edificios pertenecientes a la misma institución, hace difícil precisar qué tipo de seminario es el que existía en un lugar concreto en una determinada fecha, ya que la realidad fue re-configurándose poco a poco.
De esta realidad plural se llegará, con el paso del tiempo, a los Seminarios diocesanos con características más o menos similares.
- SEMINARIOS DIOCESANOS REGIDOS EN FRANCIA POR LA CONGREGACIÓN DE LA MISIÓN EN VIDA DE SAN VICENTE
Cuando muere san Vicente de Paúl (27 de septiembre de 1660), la Congregación de la Misión dirigía los Seminarios de: Annecy (1641), Buenos Hijos (1642), Cahors (1643), Saintes (1644), Le Mans (1645), Saint-Méen (1645), Marseille (1648), Agen (1650), Montauban (1652), Tréguier (1654), Agde (1656). A esta lista habría que añadir los Seminarios de Périgueux (1659-1660), Meaux (1657-1659) y Montpellier (1659-1660), donde la presencia de los misioneros fue muy limitada en el tiempo; y los de Metz, Troyes, Narbonne, Amiens y Noyon, en avanzado proceso de negociación cuando sobreviene la muerte del Fundador, Seminarios que serán confiados a la Congregación de la Misión entre 1661 y 1662.
CEME
Corpus Juan Delgado