1.- Nuevas fundaciones. Guantánamo: 1907
Guantánamo, situado al sur de la provincia de Oriente, es uno de los términos más ricos y más pintorescos de Cuba. Produce buen café, tabaco y caña. Dista aproximadamente 20 kilómetros de su puerto de Caimanera.
Por mandato de Mons. Francisco de Paula Barnada y Aguilar de fecha 23 de octubre de 1907, el Pbro. Daniel Ferret y Cros hizo entrega de la Parroquia de Guantánamo, con su anexa de Tiguabos, a la Congregación de la Misión, representada por el P. Maurilio Tobar. Con visión profética predijo el P. Güell al aceptar esta fundación que la parroquia prometía llegar a ser una gran ciudad. En aquel entonces Guantánamo tenía 60.000 habitantes. El informe de 1965 cifra el número de habitantes en 175.000, contando la ciudad de Guantánamo y el campo. Aquello comenzó con una mala experiencia pues la Comunidad hubo de soportar la que creemos que fue la primera deserción de un P. Paúl. El. P. Irisarrin, superior desapareció, yéndose a los Estados Unidos con el pretexto de conseguir recursos para la Parroquia, pero no volvió.
La Vicaría Foránea de Guantánamo comprende dos parroquias, la de Santa Catalina de Riccis, de dicho Guantánamo, y la Parroquia de San Anselmo de Tiguabos. Ésta es más antigua, pues data desde el año 1789, mientras que la de Santa Catalina comenzó el año 1836. Tiguabós es donde radica la iglesia parroquial. La existencia del templo es casi tan antigua como el mismo pueblo, que tuvo su origen en el caserío que se formó en la antigua hacienda de Tiguabós y contenía ya alguna población al mediar el siglo décimo octavo, pues fue elogiado el buen comportamiento de sus vecinos cuando el Almirante Vernón se apoderó de la Bahía de Guantánamo.
El 24 de Octubre de 1907, por la noche, embarcaron en Santiago de Cuba con rumbo a Guantánamo, el P. Ibáñez, Tovar Mauricio, el Hermano Luís Beguería y Joaquín Vicente, con el fin de tomar posesión de la Vicaría de Santa Catalina de Riccis, de la que habían sido nombrados administradores por el Excmo. Don Francisco de Paula Barnada y Aguilar, Arzobispo de Santiago de Cuba. Los Misioneros embarcaron en el vapor Tomás Brooks y desembarcaron en Caimanera. De allí, después de media hora de tren, llegaron a Guantánamo. Componían la expedición el entonces Superior de la Casa de Santiago, Sr. Saturnino Ibáñez, el Sr. Tovar Maurillo, el Hermano Luis Bequería y el Sr. Joaquín Vicente. Es pues Guantánamo la hija legítima de la casa de Santiago de Cuba, y a esta fundación han contribuido todos los que hasta entonces habían trabajado en la Iglesia de San Francisco.
Esta nueva fundación de los Padres Paúles en el extremo oriental de la Isla fue notificada al Superior General de la Congregación por el P. Ramón Güell, entonces Visitador de la Provincia de las Antillas, con estas palabras:
sobre la nueva fundación de Guantánamo, en la provincia de Oriente, con cuya capital está unida por ferrocarril. La Parroquia de Guantánamo abraza un territorio de 30 leguas y cuenta 50,000 feligreses.El objeto de la presente carta es darle algunas noticias.
En la misma carta, el P. Güell explicaba la geografía del territorio, los lugares habitados y pequeños pueblos que comprendía, tales como Tiguabos, Jamaica y por último Caimanera, donde no había Iglesia Católica.
En Caimanera no hay Iglesia Católica y los protestantes tienen una capilla. Pero el Alcalde y otras personas de calidad que he visitado desean levantar una iglesia». También narra otros detalles de interés, como el hecho de que la Iglesia de Tiguabos se había derrumbado tiempo atrás y los fieles querían reconstruirla.
A continuación se extendía hablando de los ingenios azucareros y los cultivos de café y de otros pequeños grupos de población. Se centraba en la misiva que en la ciudad de Guantánamo no había ningún colegio católico.
En la Parroquia de Guantánamo se celebró la primera misa el 8 de diciembre de 1836 y la Iglesia actual fue inaugurada en 1863. Los Padres Paúles la tomaron a su cargo 44 años después, en 1907, cuando se encontraba en estado muy precario. Pero trabajando con gran entusiasmo y dedicación, ya en 1925 había sido totalmente reformada y adornada durante su administración y enriquecida con toda clase de ornamentos y alhajas. La parroquia marchaba a buen ritmo Con mucha ilusión el día 12 de Enero de 1936 escribía el P. Julián Pérez al Visitador, P. Antonio López:
Estimado P. López:
En relación con el asunto de concedernos la Parroquia de Santa Catalina de Riccis a perpetuidad, le he de manifestar que en el día de ayer estuve con el Arzobispo de Santiago de Cuba para tratar algunos asuntos parroquiales, después de ser muy bien atendido en mis gestiones me comunicó que la Parroquia de Santa Catalina de Riccis de Guantánamo se nos había concedido por la Santa Sede a perpetuidad, me leyó el documento en que se nos concedía …le da’ las más expresivas gracias por las gestiones y concesión que el Arzobispo ha hecho por llegar a conseguir lo que se pedía.
Las crónicas hablan con gran encomio del trabajo realizado por los misioneros en los campos ubicados en el territorio de la Parroquia de Guantánamo, donde la institución católica comenzó a hacer sentir su beneficiosa influencia desde que los Paúles se hicieron cargo de la Parroquia y se fundaron dos grandes colegios para hembras y varones por las MM. Teresianas y los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
En 1961 Guantánamo era la gran esperanza y el amplio campo de apostolado más hermoso que se podía concebir. Los Padres Paúles tenían planeadas dos parroquias en la población y alguna más fuera de la ciudad. Desde La Habana se iban a sostener dos misioneros permanentes con residencia en Guantánamo para misionar cada año todos los barrios de los Ingenios. Todos esos planes eran una hermosa perspectiva de un sueño que Dios ha permitido se esfumara dejando tan solo las ruinas de la desolación. Todos esos planes se los llevó el huracán de la Revolución. Casi todos los sacerdotes españoles fueron expulsados de sus parroquias, se concentraron en la Habana y poco después muchos de ellos abandonarían el país.
Pero volvamos a la historia. Alrededor de 1933 se compraron con dinero de la Comunidad dos terrenos sobre los cuales se construyó la Iglesia de la Milagrosa. También se compró un tercer terreno adquirido por el P. Alfonso Alonso, parte del cual se dedicó para la escuela parroquial.
La casa parroquial se construyó siendo superior el P.Tajadura Arnáiz y procuradores P. Salomón Sáenz y fue inaugurada el 13 de Febrero de 1931, día de Santa Catalina de Riccis, Patrona de la Parroquia. La casa fue construida con el dinero de la Comunidad de los Paúles, pero a pesar de haberse construido con el dinero de la Comunidad la propiedad quedó de la Diócesis ya que el solar se adquirió con los resultados de la rifa del Café Fornos.
El 17 de octubre de 1955, el P. Prudencio García, Visitador suplente escribió una carta al Obispo Pérez Serantes en los términos siguientes:
Escmo. Sr. Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago de Cuba. Palacio Arzobispal
Santiago de Cuba.
Excelentísimo Señor:
El que suscribe, Rvdo. Prudencio García Gutiérrez, Visitador Suplente de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, de la Provincia de las Antillas, en representación de tal y asesorado por el Consejo de Gobierno de dicha Congregación, A V. E. expone:
1) Que actualmente estamos construyendo en la ciudad de Guantánamo una Iglesia y adosada a la misma una casa de acuerdo con la voluntad de V. E. Manifestada verbalmente a los Padres de la Comunidad de la Congregación de la Misión que reside en Guantánamo.
2) Que el presupuesto de la construcción de la nueva Iglesia y casa asciende a la cantidad de ochenta mil pesos según la contrata con la Compañía Napoca, de cuya cantidad la Congregación de la Misión entregará cuarenta mil pesos para dicha obra.
3) Que dicha Iglesia sea declarada Parroquia independiente de la actual de Santa Catalina de Riccis, con el título de LA VIRGEN MILAGAROSA y concedida a los Padres Paúles en el mismo sentido.
4) Que dicha Iglesia y casa sean propiedad de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, y a la vez que funja de parroquia según lo expuesto anteriormente.
Agradecido a V. E. por tales concesiones pide al Altísimo conserve a V. E. por muchos años y b.s. s.p. su humilde servidor,
Prudencio García, c.m. Visitador Suplente.
Los Padres Paúles, según consta por la anterior carta, habían comenzado a construir una de las más modernas Iglesias, no solo de Guantánamo, sino de toda Cuba. El diario El País nos lo describe con las siguientes palabras:
La ciudad de Guantánamo contará, desde el próximo domingo 30 de Abril con una nueva Iglesia Parroquial, LA MILAGROSA, dirigida por los Padres Paúles de la Congregación de la Misión cuya comunidad y la cooperación desprendida del pueblo ha hecho posible que esta ciudad cuente con un nuevo templo, quizá el más moderno de la Isla.
Además se ha construido la casa Curial, con planta baja, portal, despacho y archivo. Hay un salón general, dos habitaciones con sus baños, patio interior y portal de fondo con garaje. En la plana alta hay un salón biblioteca, comedor y cocina, seis habitaciones y cuatro baños.
Está situada en el perímetro de la ciudad, en las esquinas de las calles Cuartel y Peso. Cuenta pues Cuba con un nuevo templo, por lo que debemos felicitar a los Padres Paúles, representados por su visitador el P. Gregorio Subirlas y al párroco y superior de la nueva iglesia P. Desiderio López. Y de una manera especial felicitamos al Obispo misionero de Santiago de Cuba, Monseñor Enrique Pérez Serantes.
El trabajo se fue extendiendo y lo mismo con la población. Al llegar el P. Aquilino Sánchez a Cuba en el año 1947 ya se había pensado en dividir la ciudad al menos en cuatro parroquias como plan próximo. .E1 P. Vicente fue uno de los pioneros y trabajó extraordinariamente bien, pero lo que tenía de expansivo y trabajador lo tenía también de locuaz, lo que le produjo un encuentro con Mons. Guerra que le obligó a salir de Guantánamo, destinándolo los superiores a Baracoa.
Tanto el P. Salomón, procurador, como el P. Julián Pérez como superior, se cuidaron con mucho esmero de la parroquia sobre todo en los catecismos y atención a los hospitales y enfermos, dejando muy grato recuerdo en Guantánamo, como lo prueba las numerosas visitas que todavía recibe en la Merced, recordándole con cariño.
Quizás uno de los de más personalidad e impacto social fue el P. Desiderio López Burguete. Tuvo la satisfacción de ver construida la nueva Iglesia y ser el verdadero fundador de la parroquia de La Milagrosa.
Tiguabós: 1907
Adjunta a la Parroquia de Guantánamo tomaron a su cargo la antigua Iglesia de Tiguabós, erigida en el siglo XVIII. Respecto a la iglesia de Tiguabos no existe en el archivo provincial el expediente de la fundación canónica de esta parroquia. La existencia de este templo es casi tan antigua como el mismo pueblo que tuvo su origen en el caserío que se formó en la antigua hacienda de Tiguabos.. Consta en los libros que se hicieron reparaciones en la capilla.
La Iglesia de Tiguabós fue objeto de grandes reparaciones en 1886, pero quedó totalmente destruida con la Guerra de 1895. Cuando se presentaron los Padres Paúles en 1907, tuvieron que erigirla otra vez a costa de grandes inversiones y un tremendo esfuerzo. En 1925, una vez cada dos semanas llegaba un misionero para celebrar la Eucaristía y
explicar el Evangelio a los mayores y el catecismo a los niños. Esto como se ve es muy poco, se hace lo que se puede.
Las palabras «se hace lo que se puede» explican el inmenso trabajo que enfrentaban los Paúles. En la zona había mucho que hacer para muy pocos misioneros, y en el día de hoy resulta asombrosa la dimensión de su trabajo. Los Paúles asistían la Capilla de Jamaica, cabecera del Ayuntamiento del pueblo de Yateras y las de Caimanera y Sempre (a la mitad del camino de Guantánamo a Tiguabós), así como las capillas de los centrales azucareros San Antonio y Soledad. En el pueblo de Belona, en el central Almeida y en la Base Naval de los Estados Unidos no existían capillas, por lo que los Paúles celebraban el culto en casas particulares.
En el año 1935, 23 de octubre, escribía el P. Antonio López, Visitador, en Latín, al P. Joseph Scognillo, residente en Roma:
Quanvis contractus loquitur de duabus parochiis, nempe, Guantánamo et Tiguabos. Multis ab hinc annis, ob fidelium exiguitatem, parochia Tiguabos supressa fuit et ejus Archivum parochiale parochiae Guantánamo translatum est.»
En los contratos se habla algunas veces de dos parroquias, a saber, Guantánamo y Tiguabos. Hace ya muchos años, debido al escaso número de fieles, la parroquia de Tiguabos se eliminó 7 su archivo parroquial fue trasladado a la parroquia de Guantánamo.
Por otra parte, la administración de estas capillas y la asistencia espiritual de tantas personas en un territorio muy vasto requería grandes esfuerzos y muchos gastos:
por escasez de personal, sólo se puede ir a ellas cada quince días, lo que obliga a los dos sacerdotes que salen cada domingo a oficiar, teniendo que valerse de cualquier medio de locomoción para llegar… a la segunda de las capillas que tienen senaladas.
En todos estos pueblos y lugares muy distantes entre sí y sin que existieran buenas vías de comunicaciones, había que celebrar la Eucaristía, predicar el Evangelio y enseñar el catecismo. Como era imposible hacer todo eso en la mañana del domingo, los Padres llegaban el sábado por la mañana, enseñaban el catecismo, dormían en el lugar, celebraban la Eucaristía muy temprano en la mañana del domingo y luego partían a otra capilla para hacer lo mismo.
Todo esto significaba realizar un trabajo agotador un mes tras otro, lo que explica que en los diecisiete años que van desde 1907 hasta 1924, la Iglesia de Guantánamo tuviera cinco párrocos de la Congregación de la Misión: los Padres Maurilio Tobar (19071908), Joaquín Pato Rodríguez (1908-1913), Joaquín Vicente (1913-.1919), Anastasio Irisarri (1919 – 1922), y Luciano Martínez (1922-1924).
Caimanera, 1907.
Caimanera era uno de los barrios que más había crecido en la estación naval norte Americana. Caimanera estaba «relativamente» bien comunicada con Guantánamo. El P. Victor Santos, c.m. escribía desde Santiago de Cuba el 21 de Junio de 1956:
entre los recuerdos más desagradables surge aquel tren que tantas veces me ayudó a superar las distancias que separan a Guantánamo de Caimanera. Su locomotora parecía un caballo de raza. De tiempo en tiempo se sentía crujir aquella masa de acero sobre las ruedas con sus estridentes silbidos, el traqueteo de los cristales y el crujir de los ejes, aquel tren parecía una ferretería ambulante.
Según el P. Guell, en la carta que hemos citado arriba, Caimanera no contaba con Iglesia en el año 1907. El P. Joaquín Pato Rodríguez reparó la Iglesia Parroquial de Guantánamo que tenía problemas en el techo y en las paredes, le puso pavimento nuevo, y comenzó a construir una Capilla en Caimanera.
Para poder llevar adelante este objetivo comenzó a reunir fondos realizando rifas y utilizando otros medios a su alcance. Los norteamericanos católicos de la Base Naval dieron algunos aportes, y se dio el caso de que un protestante asumió la mayoría de los gastos.
El P. Vicente nos dice:
«Fueron dos Padres a Caimanera y me trajeron la noticia que se vendía un salón. Tratado el asunto con el sr. Obispo quedé autorizado para la compra del salón. Una vez comprado el salón se procedió al arreglo y pintura del mismo, se construyó un altar, bancos, y la estatua del Sagrado Corazón y se inauguró el 1 de Julio de 1916.
De 1914 a 1920, siendo párroco el P. Joaquín Vicente, se pudo terminar la Capilla de Caimanera y se reconstruyó la Iglesia de Tiguabós. El mismo P. Joaquín logró que las MM. Teresianas y los HH. de La Salle fundaran los primeros colegios católicos de Guantánamo. En particular, el Colegio de La Salle se levantó gracias a que el P. Joaquín Vicente entabló pleito al Ayuntamiento sobre la propiedad del antiguo cementerio, con lo que ganó el solar donde se construyó ese colegio. También inauguró una Capilla en el poblado de Sempré, que antaño perteneciera a los evangélicos, y fundó en Guantánamo la asociación de las Damas de la Caridad.
En tiempos del P. Anastasio Irisarri (1919-1922) se llevó a buen término el proyecto de levantar en el parque de la ciudad una Iglesia más grande. Se rifó por la lotería nacional la casa anterior y con el producto, se compró un solar donde se comenzó a levantar el nuevo templo.
Cuando el P. Chaurrondo visitó Caimanera y nos dice,
En el año 1919 encontré una capillita de madera, casi destartalada. Al volver hacia los años 1956, pudimos contemplar una bonita iglesia de mampostería, no muy grande, pero decentita, gracias a las diligencias del P. Cruz Gil, encargado de aquella circunscripción.