Hermosos textos de los Fundadores (Unidad de Vida)

Francisco Javier Fernández ChentoEspiritualidad vicencianaLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Desconocido · Año publicación original: 1977 · Fuente: Ecos de la Compañía,1977.
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San Vicente de Paúl: «Conferencias a las Hijas de la Caridad».

«…Haced siempre lo que podáis, a fin de que siendo la oración vuestra primera ocupación, vuestro espíritu se llene de Dios para todo el resto de la jornada. Es verdad que hay que preferir, en caso de necesidad, el servicio a los, enfermos; pero si tenéis cuidado, encontraréis tiempo para todo…».

Conf. del 2-8-1640, p. 50

..Una Hija de la Caridad que no hiciera oración todos los días no, podría agradar a Dios ni permanecer mucho tiempo en su vocación; y no podría ser verdadera Hija de la Caridad, ya que en la oración es donde se tornan fuerzas para, (mimarse en el servicio. de. Dios y del prójimo.

Conf. del, 31-5-1648, p.

«…pero, hermanas mías, en cuanto podáis, tenéis que acomodar a Mara con María y disponer vuestros quehaceres de forma que puedan encontrarse la acción y la oración».

Conf. del 28-7-1648, p. 395

«…Lo mismo pasa con nosotros, cuando realizamos nuestras obras. Por muy buenas que sean en sí mismas, sin una pura intención y deseo de gusto a Dios, no son más meritorias que si fueran cosas indiferentes. Si olie­reis que todas vuestras obras sean agradables a Dios, hacedlas con espíritu de humildad, de caridad en unión con las que hizo Nuestro Señor…

Conf. del 18-10-1655, p. 754

…La que abandone la oración o no la haga como es debido, irá arras­trándose. Llevará el hábito, pero carecerá del espíritu de Hija de la Caridad; si veis que algunas se salen es por eso.

Conf. del 17-11-1658, p. 1117

San Vicente de Paúl: Correspondencia, conferencias, documentos.

«…No hay nada tan conforme con el evangelio como reunir, por un lado, luz y fuerzas para el alma en la oración, en la lectura y en el retiro y por otro lado, ir luego hacer partícipes a los hombres de este alimento espiritual. Es hacer lo que hizo nuestro Señor y después de él, sus apóstoles; es juntar el oficio de Marta con el de María»…

Conf, a los Misioneros, 171, p. 734

«…aunque la vida contemplativa es más perfecta que la activa no lo es más que aquella que comprende a la vez contemplación y la acción, como es la suya gracias a Dios»,..

Carta 931 a Claude Dufour Tomo 3.° p. 150

Los párrafos siguientes han sido tomados del libro: «Reglas de las Hijas de la Caridad, Siervas de los pobres enfermos» (noviembre 1975).

«…procurarán vivir santamente y trabajar con mucho cuidado en adquirir su propia perfección, uniendo los ejercicios interiores de la vida espiritual los empleos exteriores de la caridad Cristiana, que ejercitarán con los pobres…».

Cap. I, párr. I, p. 67

«…Practicarán todos sus ejercicios, tanto espirituales como corporales con espíritu de humildad, sencillez y caridad y en unión de los que Nuestro Señor Jesucristo hizo en la tierra, dirigiendo su intención a este fin desde la mañana y al principio de cada acción principal, particularmente cuando van a servir a los pobres enfermos…».

Cap. I, párr. IV, p. 68

Cartas de Santa Luisa

«¡Oh Hermanas mías! No basta ser sólo de nombre Hija de la Caridad ni basta estar sirviendo a los pobres en el Hospital aunque esto sea para vos­otras un bien tan grande que jamás sabréis estimarlo bastante; es además indispensable tener las verdaderas y sólidas virtudes que como sabéis muy bien debéis tener para ejecutar bien la Obra en que tenéis la dicha de estar empleadas porque sin esto, Hermanas mías, vuestro trabajo sería casi inútil».

Nº 147 a Sor Magdalena en Angers, p. 233

«…Creo también que guardáis con la mayor exactitud que os es posible los pequeños reglamentos, sin perjuicio de los pobres…».

Nº 341 a Sor Claudia y Sor Ger nreva, p. 95

«Deseo de todo mi corazón, mis queridas Hermanas, que de nuevo reno­véis la resolución de estar todas perfectamente unidas unas con otras me­diante la exacta observancia del Reglamento no tanto en las cosas exteriores cuanto en la práctica de las virtudes interiores que consisten en recibir como enviados por la divina Providencia todos los acontecimientos y contradiccio­nes y tener unas con otras mucha tolerancia y perfecta armonía»

N.° 356 a Sor Juana Lepintre, p.121

«La pureza de intención de hacer todas las obras por amor de Dios, que deben renovar con frecuencia, las ayudará para mantenerse en el espíritu que debe animar a las verdaderas Hijas de la Caridad».

A una Hermana Sirviente, n.° 484, p. 299

«…Deseo que todas sean muy santas para trabajar con provecho en la obra de Dios. Porque no basta darse y prodigarse, sino que es necesario tener un corazón totalmente desprendido de todo interés y no cesar nunca de trabajar en la mortificación general ele todos nuestros sentidos y pasiones. Para lo cual nos es preciso, mis amadas Hermanas, que tengamos continuamente ante los ojos nuestro modelo, que es la vida ejemplar de Jesucristo a cuya imitación estamos llamadas no sólo como cristianas, sino también como ele­gidas por Dios para servirle en la persona de los pobres».

A Sor Ana Hardemont en Montreuil, 29-3-1648

«…Me ha satisfecho en gran manera lo que me han dicho de vuestras ocu­paciones; pero, sobre todo, vuestro modo de portaros, lleno de cordialidad y sufrimiento mutuo de la una con la otra, y el respeto, modestia y caridad en vuestro trato me ha causado un gran consuelo. Así es como debemos portarnos para servir de edificación al público y no como algunas que solamente tienen el nombre y el hábito de Hijas de la Ca­ridad, haciendo todo menos las obras propias de ellas, pensando en todo me­nos en la observancia de las reglas… ¡El Señor nos libre de tamaña desgracia!

N.° 735 a Sor Lorenza Dubois, p. 99

«…bien sabéis que las acciones exteriores, aunque sean para servir a los pobres, no pueden ser muy agradables a Dios ni merecernos recompensa, si no están unidas a las de Nuestro Señor, que trabajaba siempre mirando a Dios su Padre».

N.° 771 a Sor Juana de la Cruz, p. 151

Escritos de Luisa de Marillac

«Aunque las Hijas de la Caridad se ven obligadas, por razón de los trabajos y ejercicios a que se dedican, a tratar con toda clase de personas, no obs­tante, deben conservar siempre la soledad interior del corazón…»

Sobre la Castidad, p. 211

«En cuanto a mí se refiere he pensado que ahora debía ser más fiel a Dios que nunca, tanto respecto de mi bien espiritual como del servicio que debo a los pobres y particularmente en la instrucción y ayuda de nuestras Her­manas…»

«Conducta admirable de la Divina Providencia sobre la Compañía», p. 270

«Esforzaos, con la ayuda de Dios, en ser almas interiores y a este fin, andar continuamente en su divina presencia, obrando siempre con la pura intención de agradarle».

Compendio de lo que deben hacer las HH. de la C. para adquirir la perfección espiritual. Pf. 3, p. 323

«Su primer cuidado ha de ser buscar a Dios y su gloria y luego el bien de las personas con quienes estuvieren; para servirlas del mejor modo po­sible atendida la disposición de su espíritu».

Avisos a las Hnas. destinadas a Montreuil-Sur Mer, p. 323

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