Formación humana y cristiana de Luisa de Marillac (II)

Mitxel OlabuénagaFormación VicencianaLeave a Comment

CRÉDITOS
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  1. LA FORMACIÓN DE LUISA EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE SU VIDA
  2. LA FORMACIÓN EN EL REAL MONASTERIO DE DOMINICAS DE POISSY

El primer biógrafo de santa Luisa afirma que su padre «la puso a pensión en el monasterio de las religiosas de Poissy, donde él tenía algunas parientes, para darle en esta casa los principios de la piedad cristiana. De aquí la retiró algún tiempo después y la puso en París en manos de una dueña hábil y vir­tuosa, para que le enseñara a hacer cosas convenientes a su con­dición. No olvidó nada de lo que podía perfeccionarla en los ejercicios del cuerpo y del espíritu. La hizo instruir en la pintu­ra… Su padre, descubriendo su espíritu con capacidad para toda suerte de conocimientos, lo cultivó con todos los cuidados imaginables. Le hizo aprender la filosofía para formarle el razo­namiento y darle entrada a las ciencias más elevadas…».

No nos dice el primer biógrafo ni en qué momento llegó Luisa al convento de Poissy ni cuánto tiempo permaneció en él.

Los biógrafos más recientes concuerdan en asegurar que Luisa fue llevada a Poissy a los pocos meses de nacer y que permane­ció allí aproximadamente hasta la edad de 13 ó 14 años. No era raro en esta época que las familias nobles eligieran algún con­vento como lugar de formación para sus hijas, sobre todo si esta­ban destinadas a la vida religiosa.

En 1297, Felipe el Hermoso había transformado un antiguo convento agustino en un priorato dominico para mujeres, en conmemoración de la canonización de su abuelo Luis IX, que había nacido en Poissy. En 1304 el priorato, al que se le habían otorgado generosas dotes y privilegios, ya estaba listo para ser ocupado1°.

Cristina de Pizán, significativa representante del feminismo europeo medieval, dejó una descripción detallada, aunque algo idealizada, de la vida en el priorato de Poissy con los detalles de un viaje realizado a este monasterio donde vivía su hija de dieci­nueve años. «La muchacha se encontraba en una compañía de notable alcurnia, pues el convento, al ser una fundación real, sólo aceptaba jóvenes de familias nobles que, además, debían tener autorización expresa del rey para ser admitidas. En el mismo relato encontramos «la descripción de las maravillas del convento, su simplicidad bien organizada, pero elegante, y sus monjas modosas y devotas… el gran pino en el césped del claus­tro central… el excelente estado de los edificios y equipamientos del convento y el buen gobierno…».

Cuando Luisa es llevada allí, Poissy sigue siendo uno de los monasterios más prestigiosos de Francia; esplendente en su fulgor, bienes y ornato, cultiva a un tiempo los valores humanísticos y la piedad. Era priora Juana de Gondi y allí se encontraba tam­bién, entre otras religiosas de prestigio, una tía abuela de Luisa, de su mismo nombre.

En Poissy va a adquirir Luisa una formación verdadera­mente sólida:

  • El conocimiento de las letras, la lectura y la escritura, es simultáneo al conocer, amar y orar a Dios.
  • El estilo de vida de las religiosas es su ambiente natural durante los años en que las formas y expresiones van con­figurando la personalidad de la niña y adolescente Luisa.
  • Las lecturas y conversaciones sobre la vida cristiana y sobre los santos, especialmente sobre los modelos de san­tidad de la familia dominicana, van ofreciéndole referen­cias fundamentales para su vida.
  • Al lado de su tía, que traduce en verso al francés el oficio de la Virgen, ha aprendido la lengua latina, la literatura, la historia, la filosofía y se ha iniciado en la pintura.

Juan Corpus Delgado

CEME, 2010

 

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