Excusas por el silencio debido al tiempo de exámenes. Pide que le devuelva un libro.
París, 6 de agosto de 1832.
Mi buen amigo:
¿Cuál es la razón de que no se te vea? ¿Estarás enfadado contra tu pobre Ozanam porque él no ha ido a verte desde su rápida visita a Charenton, o bien porque no ha respondido al envío amistoso de tus nuevas producciones? Si tú supieras lo angustiado que he estado, y que aún estoy, urgido, atormentado por el examen que voy a tener mañana, me perdonarías, estoy seguro, con todo el corazón.
Así pues, mi buen amigo, mañana tengo mi examen y me marcho pasado mañana; te esperaré hasta las diez, y tendré entonces muchas cosas que decirte sobre los sentimientos que me ha provocado la lectura de tus dos escritos: sobre Lyon, a la que voy a volver a ver, y sobre París, de la que me voy a despedir. Comparte tus conocimientos conmigo, si los tienes sobre ese tema, y por favor no te olvides de traerme Les Révolutions du Globe, de Cuvier, que te presté, pues ese libro es de mi padre. En cuanto a Tucídides, no lo necesito, lo puedes guardar si quieres. Como dejo aquí parte de mis libros, puedes tomar los que te puedan ser útiles. Si no quieres venir tú mismo a mi casa a la hora indicada, dime la hora y el lugar en el que te podría ver en París; y, en todo caso, vuelve a enviarme el Discours sur les Révolutions du Globe mañana o pasado mañana antes de las tres.
Adiós, mi buen amigo; ¿por qué no nos hemos visto más veces este año? ¿No sabes que te quiero mucho siempre, y que entre nosotros es cosa de vida y muerte?
Todo tuyo,
Ozanam.
Fuente: Archives Laporte (original). • Edición: LFO1, carta 50.