El Instituto Nacional de Enseñanza Media de Figueras (IV)

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CRÉDITOS
Autor: Eduardo Rodeja .
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Exposición a S. M. pidiendo la creación del Instituto

SEÑORA:

El Ayuntamiento de la Villa de Figueras puesto a los P. P. de V. M. con respeto profundo expone:

Que en 1839 el Pbro. D. Julián González de Soto, Inspector de Escuelas de los Partidos Judiciales de la Provincia, y Profesor, que fue, del colegio de Limosneros en Francia, donde dirigió una sec­ción de alumnos españoles, estableció a expensas del Cuerpo Municipal y previa su completa autorización, un colegio de Humani­dades. Apenas abierto el establecimiento y a pesar de lo calamitoso de los tiempos, pues ardían estas provincias con fuego devorador, en guerra civil, fue considerado como digno del apoyo de las clases todas de la sociedad, y recibió tal impulso que le auguraba feliz porvenir.

Terminada la guerra y desahogado el Ayuntamiento en gran parte de los apuros a que durante ella era preciso atender con pre­ferencia, ora facilitando recursos a las divisiones del ejército, que los pedían con frecuencia, ora manteniendo a costas de la villa unas fornicaciones respetables, y dispuestos siempre los medios de re­chazar al enemigo, que una vez que otra invadiera el país en gran­des manas, debió naturalmente volver los ojos hacia el Colegio que tan buenos cimientos había echado en días lamentables y viendo que empezaba ya a dar frutos precoces, como prenda de los que un día ostentara, no pudo dejar de considerarse muy digno de su pre­dilección particular.

Se la prestó de consiguiente, que no de otro modo hubiera sido fiel intérprete de los deseos y de los intereses de sus adminis­trados.

Invirtió en la reparación del hermoso edificio que ocupa, can­tidades de consideración, y aplicó al mismo todas las sumas de que pudo disponer, previa la autorización que correspondía.

Creó una junta, cuyo especial cuidado fuera ocuparse asiduamente, con el Director, de la disciplina interior y de hacer todo lo que fuera preciso, para dejar el establecimiento al grade de pros­peridad de que era digno.

Trabajando constantemente en obras, ha conseguido, Señora, presentarle bajo su pie muy digno de ser particularmente atendido, pues visitado el Colegio por casi todos los jefes políticos que ha tenido la provincia, tales como los Sres. D. Dionisio Valdés, D. Tomás Bruguera, D. Nicanor Gonzalez, D. José March y D. Carlos Llauder, ha merecido los mayores encomios de todos y hasta los extranjeros no se han desdeñado de tributárselos demostrando con ello, que era muy digno de los mismos.

La organización que en él se diera a los estudios, es la que se recomienda mas conforme a las necesidades de los tiempos que alcanzamos, y el Ayuntamiento, Señora, ha visto con partictilar complacencia que V. M. en el nuevo plan de estudios prescribe la misma organización, con muy leves modiñcaciones en los Ins­titutos públicos.

En efecto, la idea que presidió en la organización de los cur­sos en este Colegio, fue et enlace de las ciencias exactas y naturales cuyo conocimiento es indispensable al desarrollo de nuestra indus­trie, con el estudio de las humanidades, rosa indispensable de la enseñanza.

Las lenguas antiguas, latín y griego, han sido también objeto de la instrucción que se diere en el Colegio, y al paso que las pri­meras han sido atendidas con particular cuidado, no han dejado de abrirse las puertas al estudio de las segundas; pues el Ayuntamiento se complace en reconocer a las lenguas antiguas como et fundamen­to de los buenos estudios.

La reputación que alcanzaron los que se educaron en este Colegio penetró hasta la Universidad de Barcelona, a los que obtuvieron agregación los cursos de Filosofía en él seguidos. La Física particular, ha podido estudiarse con brillantes resultados a beneficio de lo que secundaban las explicaciones del Profesor, con gabinete de Física Experimental, que puede competir en lujo y número de máquinas con muchos de los del Reino, y también posee todo lo conveniente al estudio de la Química e Historia Natural.

Esta enseñanza se ha basado siempre en los principios de sana educación religiosa, que desde la escuela de Párvulos hasta las más adelantadas se imbuye constantemente a los alumnos, pues nunca hubiera consentido el Ayuntamiento facilitar aquella instrucción impía, que aumenta en otras naciones la estadística de la corrupción y el crimen, y es la primera causa de las desgracias particulares y de los infortunios públicos.

Tal es, Señora, el cuadro que presenta la Enseñanza que se da en el Colegio de Humanidades de esta villa, y V. M. podrá dignarse verte con mas detención en la memoria que se acompaña junto con el prospecto del propio Colegio, y con su reglamento, documentos los mas propios para formar idea exacta del Establecimiento.

Este, Señora, depende en el momento presente de la resolución que se digne tomar V. M. acerca de su continuación bajo más felices y más poderosos auspicios, y su ruina instantánea.

Como Colegio de Humanidades no puede seguir y, o es preciso contarlo entre los Institutos de 2ª Enseñanza o cerrarlo, pues a la clase de Colegio privado no es posible reducirlo, no encontrándose en disposición de poder costear el número de Profesores que exige el nuevo plan de estudios.

Dotado el establecimiento, en parte principal, con los fondos del común, pues forma parte del presupuesto que vota el Ayunta­miento, seguro de no poderles dar mejor utilidad y ser aprobado por V. M., deseosa siempre de secundar los esfuerzos de los pue­blos dirigidos a su prosperidad y ventura, debe limitarse a lo que estos fondos unidos al producto de la enseñanza puedan alcanzar, y esto no llegaría a al sostenimiento del número de Profesores indis­pensables a todo Colegio privado, aun deseando fuese dable encon­trar este personal que exige con razón el nuevo plan, con mayores garantías que si fuesen destinados a Institutos Públicos.

Es, pues, preciso que sea este Colegio, Público Instituto o que se cierre.

Expuestas…  la alternativa para esta villa por lo desconsolador de uno de sus extremos si no le quitara todo, toma la idea de que es V. M. la llamada a resolver, pues bajo este concepto la resolución puede ser funesta.

Lo sería en grado sumo, si trajera en pos de si la terrible con­secuencia de cerrar el Establecimiento.

Pero como temerlo el Ayuntamiento cuando el mandar V. M. que baya un Instituto Público de Segunda Enseñanza en la capital de caca provincia no puede haber sido su Real ánimo condenar iguales establecimientos que de sus propios fondos costeasen otros pueblos importantes, sujetándose en todo a las proposiciones del Gobierno.

V. M., Señora, sabe bien que alguno que puede no ser útil al Estado, de excesiva afluencia de cursantes a los estudios superiores ya sobrado atendidas, son sumamente provechosas a aquél el facili­tar la enseñanza secundaria  medios aquellos que proporcionan los conocimientos indispensables a toda persona medianamente educada, que es propicia para guiar al hombre en todas las ac­tas, en todas las operaciones de la vida y que debe inspirarse el sentimiento de su propia dignidad, elevar su alma y despertar sus nobles afectos.

De esta enseñanza, Señora, que V. M. se placera en defender, pues es la que forma al hombre provincial, que se exige en Gerona, se verían privados gran número de los habitantes de esta Comarca, si fuera indispensable para conseguirla acudir a la Capital de la pro­vincia, al paso que se le facilitaría si se les proporcionara como antes en nada obtenía el Instituto la influencia que la propia enseñanza ha de ejercer en la moralidad de sus habitantes, no se detendrá el Ayuntamiento en hacer presente a V. M., que sabe bien, que el me­jor medio de reformar un pueblo es reformar la educación de la juventud.

Limítrofe esta villa a un reino extranjero en continuas relacio­nes con él, es indispensable a sus vecinos el estudio de la lengua francesa y si éste no se les proporciona aquí, al mismo tiempo que se cursa la enseñanza secundaria, es preciso a los padres proporcionársela, o resolverse a separarlos de si, y en vez de enviarlos a Ge­rona los enviarían a Perpignan, como sucedió antes de establecerse el Colegio, y la educación que se recibe en el extranjero, sabe V. M., que no es la mas propicia para arraigar en el corazón los nobles sentimientos que inspira el patriotismo, ni para hacer brillar las letras.

Esta villa ha sido la primera de la provincia en procurarse, con sus solos fondos, la existencia de un establecimiento tan completo, y no será V. M. la que depare tales esfuerzos, con premio tan triste como sería el cierre del mismo.

En fin, Señora, el Ayuntamiento ha abusado ya de la atención preciosa de V. M., y puesto a sus RR. PP. respetuosamente suplica se digne tener en cuenta esta reverente exposición, y se digne con­ceder las autorizaciones para que tome el Colegio de Humanidades de esta villa el nombre de Instituto Público de Segunda Enseñanza de segunda clase, sostenido por los fondos de este común, en cuan­to no alcancen las matrículas, y sujetándose a la forma y prescrip­ciones del nuevo plan, dignándose al efecto aprobar la adjunta plantilla.

Con ello V. M. dispensara un beneficio particular a toda esta comarca, que siempre bendecirá el nombre de V. M. que guarde Dios para bien de la Monarquía.

(Documento perteneciente al archivo particular de D. Javier Fages de Climent y galantemente cedido por dicho Señor).

Concedida la petición, D. Narciso Fages de Romá en nombre del Ayuntamiento y de la Junta Inspectora declaró abierto el Insti­tuto de Segunda Enseñanza con las siguientes palabras: «Con arre­glo a lo prevenido en el plan de estudios, declaro instalado el Instituto de Segunda Enseñanza de Tercera clase de la Villa de Figueras.» (De otro documento perteneciente también al archivo particu­lar de D. Javier Fages de Climent).

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