El hospital «San Francisco de Paula» y sus vidrieras

Mitxel OlabuénagaHistoria de las Hijas de la CaridadLeave a Comment

CRÉDITOS
Autor: Mª del Carmen Vázquez · Año publicación original: 1995 · Fuente: Anales españoles, 1995.
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La Fundación «San Francisco de Paula» se debe a la Excma. Sra. Doña Dolores Romero Arano, Viuda de Curiel, mediante escritura otorgada el 12 de febrero de 1912. Fue aprobada por Real Orden del Ministerio de la Gobernación el 8 de agosto de 1915 y se inauguró el Hospital, si­tuado en la calle Maudes, de Madrid, el 23 de junio de 1916 con la asis­tencia de sus Majestades los Reyes D. Alfonso XIII y D.1 Victoria Eu­genia y los miembros del Gobierno, a quienes recibió y acompañó su Fundadora.

Los Hermanos de San Juan de Dios se hacen cargo del servicio a los obreros enfermos desde 1915 hasta 1919 en que son remplazados por las Hijas de la Cari­dad de San Vicente de Paúl.

Institución de Beneficencia Particular, montada con todas las posibilidades de la época, se le dotó de máxima autonomía, quedando fuera de toda intervención de la Iglesia o del Estado, reservándose personalmente su Fundadora el Patronato de por vida y la más amplia facultad, durante ella, para alterar, modificar o supri­mir la fundación. En efecto, en 1919, firman un nuevo contrato la citada Funda­dora y la Dirección de las Hijas de la Caridad de la Provincia de España, tras la despedida voluntaria de los Hnos. de San Juan de Dios, cuya huella quedaba ya en el hospital, como la recuerdan las vidrieras de la iglesia. Se renueva su obje­tivo, que no era otro que el de atender enfermos; de ahí que se le llamara «Hospi­tal de Obreros».

En 1936 el edificio fue ocupado por el Socorro Rojo Internacional, que lo des­tinó a Hospital de Milicias. Fueron expulsadas las Hijas de la Caridad. Al finali­zar la guerra (1939), las tropas nacionales ocuparon el Hospital y fue adscrito a los servicios de Sanidad Militar, volviendo las Hijas de la Caridad al mismo.

En 1964 Sanidad Militar pasa al nuevo Hospital del Generalísimo Franco, si­tuado en la calle Isaac Peral, donde las Hijas de la Caridad seguirán atendiendo a los enfermos.

En 1972 el Patronato pasó a las Hijas de la Caridad siendo la Visitadora Patrona única de la Fundación. El edificio se encontraba muy deteriorado y su res­tauración exigía un dinero que la Fundación no poseía. Por eso se pensó en enaje­narlo y con las debidas autorizaciones del Protectorado sale a subasta pública en 1984, adquiriéndolo la Autonomía de Madrid, con cuyo importe se construye la actual Residencia «San Francisco de Paula», situada en el Barrio de Moratalaz, C/Valdebernardo, 29, en Madrid, e inaugurada el 23 de mayo de 1992. Sólo la Igle­sia del antiguo hospital no pasó a ser propiedad de la Autonomía de Madrid, que­dando reservada a las Hijas de la Caridad, que a su vez se la han cedido a la dió­cesis de Madrid por un tiempo determinado, para que pueda hacer de parroquia.

Como el fin fundacional dejó de existir, al estar los obreros incluidos en la Seguridad Social, se atiende a la necesidad más apremiante de este tiempo construyendo la Residencia Asistida, antes mencionada, para la Tercera Edad.

Las vidrieras

Tres cuerpos de vidrieras policromadas permiten una luminosidad placentera en el interior de la Iglesia. Llevan la firma de los Hnos. J.H. Mauménejean, cuyos talleres principales se encontrban en París, Madrid y San Sebastián desde 1913. La primera vidriera en revestirse de colores, colocada en el coro, está dedicada a Jesús obrero, con la inscripción evangélica: Venite ad me omnes que libarotis et ego reficiam vos. Distintas escenas de la vida de Jesús con los enfermos confirman la in­vitación que hace el Señor a sus preferidos los po­bres enfermos.

La segunda vidriera, colocada en la parte iz­quierda según se entra en el templo, reproduce la caridad de San Juan de Dios con los enfermos. El santo porta en sus brazos a un herido de muerte, con evidente admiración de los espectadores que contemplan tan insigne gesto de amor. A lo largo de la vidriera se pueden leer los textos bíblicos: Omnia vestra in charitate fiant. Qui manet in chari­tate in Deo manet et Deus in illo. Todo este conjunto artístico respira caridad, sin duda aludiendo a la que los Hermanos de San Juan de Dios practicaron en el citado Hospital.

Finalmente, en la tercera vidriera, colocada enfrente de la anterior, se contemplan escenas de la vida de San Vicente de Paúl, escenas del campo y de la mar. El santo aparece en
el centro rodeado de niños y de jóvenes necesitados que mendigan su amor. Los
textos bíblicos, grabados en amarillo, recogen la leyenda del sello de la Compañía de las Hijas de la Caridad y otro texto tomado del evangelista San Juan: Cha‑
ritas Christi urget nos. Diligamus invicem, quia charitas ex Deo est. El combinado de los colores, la expresión de los rostros, la dimensión y reparto de las figuras revelan la destreza del artista empeñado en plasmar la caridad vicenciana.

Al pie de la vidriera se levanta una talla majestuosa de San Vicente de Paúl, cuyo autor, por ahora, no he podido identificar, pero de reconocido valor artístico. El santo está representado con solideo en la cabeza, un libro en la mano izquierda y revestido de amplio manteo que baja de los hombros hasta los pies. Sobrio en su ropaje dentro del barroquismo de la imagen no desentona con el San Vicente figurado en la vidriera vestido con el mismo atuendo.

Son varias las hermanas que aún viven y que trabajaron en aquel hospital hasta 1964. A ellas va dedicado este recuerdo de su caridad con los enfermos cuando celebramos el V Centenario del nacimiento de San Juan de Dios. Este y San Vi­cente dejaron por medio de sus hijos una huella aún permanente en las vidrieras artísticas de la iglesia.

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