Todos somos sistémicos
Todos hemos sido un día «sistémicos», cuando éramos niños mirábamos la vida globalmente, sin interpretaciones, sin etiquetas. En efecto, un niño es capaz de ver y de comprender que existen lazos, una relación, después trabaja duro para olvidarlo.
Toda nuestra educación ha consistido en la determinación de rígidos límites de separación entre las cosas y en la construcción de objetos bien identificables, separados del mundo. El problema es que al separar así cada cosa de su entorno, hemos aprendido a creer en su autonomía y olvidado los miles de lazos, prácticos, ecológicos, mágicos, afectivos que las unen al mundo y a nosotros mismos.
Breve historia del enfoque sistémico
Encontramos la idea de «sistema» en los filósofos griegos de la antigüedad que veían el universo como un todo cuyas partes son interdependientes unas de otras. Sus enseñanzas, trasmitidas por la Edad Media y el Renacimiento, fueron dejadas de lado por los filósofos del siglo de las luces que insistieron más bien sobre la dominación del individuo frente al entorno social.
La «sistémica» ha nacido en el transcurso de los treinta últimos años de la fecundación de varias disciplinas.1 No es una idea nueva, lo que es nuevo es la integración de las diferentes disciplinas que alrededor de ella se realiza. Es un enfoque transdisciplinario, un enfoque de conjunto que permite comprender mejor y describir mejor la complejidad organizada, una nueva metodología que permite recoger y organizar los conocimientos con miras a una mayor eficacia de la acción.
Comenzar a «pensar sistémicamente»
Vivimos en un mundo complejo y diversificado e intentamos comprender sus disfuncionamientos como son la injusticia, la pobreza, la angustia humana. Estas situaciones son tan complejas que, a veces, tenemos la impresión de no poseer los conocimientos necesarios para tener una idea clara y precisa de la realidad. ¿Cómo avanzar en nuestra comprensión? El pensamiento sistémico es una manera de comprender dicha complejidad. Nos permite desarrollar aptitudes para establecer las relaciones, ver los lazos, que nos llevarán a comprender los disfuncionamientos y a encontrar las estrategias para erradicarlos de manera eficaz. Se trata de un profundo cambio de mentalidad ya que se abandona una visión fragmentaria en provecho de una visión de conjunto. Se considera un sistema (una persona, una familia, una organización, un país…) en su totalidad, su dinámica propia, y se concede tanta importancia a las relaciones e interacciones entre sus elementos, que a los elementos mismos. Es un enfoque ecológico, holístico. Es un enfoque que mira hacia el porvenir, hacia la realización del objetivo.
Qué es el Cambio Sistémico
El Cambio Sistémico es un proceso que favorece el cambio estructural de todo un sistema (para nosotras un proyecto, una acción, la sociedad….) contemplando todas las partes que lo conforman y las conexiones existentes entre ellas, con el objetivo de cambiar el sistema en su globalidad. Su objetivo es llegar a una transformación radical de la vida de los excluidos a través de las estrategias específicas requeridas para producir dichos cambios.
Así mismo, nos ofrece herramientas para interpretar nuestra experiencia, enfocándose en las relaciones entre los elementos, más que en los contenidos de los elementos mismos. Este tipo de pensamiento impide que inconscientemente usemos los mismos modelos mentales que están causando el problema que queremos resolver.