Resumen
El documento de Río de Janeiro es breve y responde a los primeros pasos que se dan hacia una pastoral de conjunto en América Latina. Tiene la enorme validez de ser pionero en este aspecto. Su temática se centra en el análisis de la «situación religiosa de cada uno de los países de América Latina, poblada por más de ciento cincuenta millones de personas». Pero su lenguaje y tratamiento responde al tiempo en que se desarrolla,
Los Obispos destacan tres problemáticas: en primer lugar el problema más apremiante de América Latina: la escasez del clero, sobre lo que incidirán con fuerza; un segundo problema es el de la necesidad de una mejor instrucción y preparación de los seglares, problemática que trata bajo el título de «Auxiliares del clero»; y un tercer tema es el referido, es el problema social.
a) La problemática del clero: Los cuatro primeros títulos del documento los emplean los Obispos en tratar el grave problema del clero, tanto secular como religioso, nativo y extranjero.
Pide con insistencia que se empleen todas las maneras posibles: pastoral familiar, cultivo de los jóvenes en las Asociaciones, día del Seminario, etc., para procurar un mayor número de vocaciones. Insiste después en la importancia de una adecuada formación, espiritual, intelectual y humana. Asimismo recuerda la importancia de que se escojan los sacerdotes más doctos y virtuosos para los cargos del Seminario y dedica también todo un capítulo para preocuparse de la formación permanente del clero sugiriendo diversos medios.
Aunque considera que la solución del problema de vocaciones está en el aumento de las vocaciones nativas, agradece la cooperación necesaria del clero extranjero y pide a la Santa Sede que «interponga su valimiento ante los Ordinarios de las naciones de clero más abundante para que se facilite la venida de muchos sacerdotes». Y sugiere que en lo posible se les facilite la incardinación.
Con relación a los religiosos, hay un sincero agradecimiento a la labor desarrollada, también la petición de una colaboración en los suburbios de las grandes ciudades y en la zonas más alejadas de parroquias extensas, así como la petición de que «las familias religiosas puedan aumentar en los Países Latinoamericanos el número de sus miembros con abundantes y selectas vocaciones».
Más adelante se muestra una sana preocupación por el incremento del protestantismo, reclamando, entre las medidas para una mejor formación de los católicos, la intensificación del movimiento bíblico, sugiriendo toda clase de iniciativas: ediciones populares de la Biblia y Evangelios, semanas bíblicas, cursos de orientación, etc.
b) La cooperación de los seglares: Está considerado bajo el título IV «Auxiliares del Clero», y destaca la importancia de una mayor formación y responsabilidad.
Nombra expresamente a la Acción Católica que bajo diversas Organizaciones han alcanzado muchos frutos y manifiesta su deseo de que intensifiquen cada vez su trabajo apostólico. A pesar de reconocer otras formas de auxiliares del clero y colaboradores del sacerdote, pide expresamente que se organice e incremente la Acción Católica en todas las Parroquias, así como que se le dote de sacerdotes exclusivamente dedicados a ella.
Señala el apostolado social como responsabilidad del cristiano y ruega para que surjan verdaderas vocaciones a las actividades sociales y cívicas, estimulándolas hacia una óptima capacitación, no sólo técnica o científica, sino también práctica hacia el bien común.
c) La problemática social: En un breve Título (el VIII) Río de Janeiro aborda la problemática social que se queda más bien en constataciones y deseos: «La Conferencia General del Episcopado Latino Americano no puede dejar de expresar su honda preocupación ante los problemas sociales de América Latina y la situación angustiosa en que se encuentra todavía, -a pesar del cúmulo de bienes que la Providencia ha dispensado al Continente- una no pequeña parte de sus habitantes, y en particular algunas clases de trabajadores dei campo y de la ciudad, sin olvidar a la clase media, por los salarios insuficientes y la demanda de trabajo„
Alabando las obras que la caridad cristiana ha realizado en América Latina para remediar al menos en parte tantos sufrimientos y amarguras, sin embargo a la vista de que el problema social subsiste y se incrementa, proclama la urgencia de orientar e intensificar la labor social.
También los Obispos muestran su especial preocupación por las «Misiones, los indios y gente de color» (título IX) y pide para sus territorios una mayor atención en escuelas primarias y secundarias, de capacitación agrícola, de artes y oficios, así como obras de salud: hospitales, asilos, sanatorios, dispensarios, etc. y solicita a las Ordenes Religiosas el envío de personal capacitado y especializado en número y calidad cada vez mayor.