Los llamó y los envió
Como los apóstoles, todos nosotros hemos sido llamados, consagrados y enviados para ser testigos y testimonios vivos de Cristo para ser portadores de la Buena Nueva proclamada y ofrecida por el mismo Cristo a todos los hombres. La fidelidad a la Palabra de Dios recibida y el servicio generoso y desinteresado a los hombres, en especial a los más pobres, marcará la sinceridad de nuestra respuesta, respuesta dad en nuestro bautismo y manifestada públicamente en nuestra confirmación.
Por eso, y para eso el testigo tiene que pasar necesariamente por la escuela de Jesús. Es él el maestro a quien tenemos que escuchar, el maestro de quien tenemos que aprender. Sólo dejándonos llenar de Cristo, de su palabra, de su vida y de su amor, podremos ser fieles testigos de Él y cumplir la misión encomendada, pues el enviado como testigo es aquel que transmite, con su palabra y su vida, la Buena Nueva de Jesús siendo Él Buena Nueva para los hombres.
El testigo es el enviado por Jesús, no podemos olvidar esto, para ponerse al servicio del hombre. Servicio que exige entrega y no manipulación, ni imposición, libertad y no esclavitud. La Buena Nueva no debe imponerse por la fuerza y el poder, por el miedo o la condenación. Es la respuesta libre del corazón la que Dios quiere y la que debe buscar el discípulo enviado por el Señor. Cristo viene a salvarnos y nosotros debemos ofrecer salvación. Cristo viene a redimirnos y nosotros debemos ofrecer redención, siendo corredentores con Cristo. Cristo viene a manifestarnos y entregarnos el amor del Padre y nosotros, portadores de ese amor, debemos ser ofrendas de amor. Cristo viene a liberarnos del pecado y de toda esclavitud y nosotros debemos colaborar en la construcción de su Reino ofreciendo perdón, reconciliación, paz, justicia y amor.
Son nuestros “signos vivenciales” los que testificarán nuestra fidelidad a la misión encargada por el Señor. Sólo así habremos aceptado la Buena Nueva en nuestras vidas y seremos la Buena Nueva de Jesús para los hombres. ¿Ves? Cristo te necesita y confía en ti. No lo defraudes.